Madres que no quieren abortar: el sujeto meta
Durante el confinamiento, las iglesias evangélicas permanecieron abiertas. Lograron hacerlo a través de Zoom y de la consejería espiritual. Entre sus principales objetivos, apuntalaron el acompañamiento a las futuras madres que caían en la pobreza o atravesaban dificultades.
“Como cristianos, seguimos ayudando a las madres. Uno de los aspectos en los que intentamos colaborar fue en la defensa de la vida. Trabajamos en conjunto con el Portal de Belén, para dar un lugar de hospedaje a la mamá sola que no quisiera abortar”, relató el pastor Rubén Salcedo, que también es doctor.
Esa fue la tarea que reforzaron en la pandemia. Pero, reconocieron, es una acción sistemática. “Hay iglesias que ayudan a la mamá sola cuando queda divorciada, con tickets de supermercado”, destacaron los pastores.
El encerramiento, confirmaron, generó crisis en muchas parejas. Los evangélicos, ante estas situaciones, intervinieron.
“Con el consejo pastoral estuvimos atendiendo situaciones para que los matrimonios no entren en crisis y se provoque la ruptura de los lazos familiares. Pastoralmente, fuimos a ayudar y a colaborar y también económicamente”, detalló el pastor Gustavo Olivero.
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