Luego de 9 años, el productor le bajó el pulgar al maíz
Las principales instituciones como la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) están confirmando una fuerte caída en las intenciones de superficie de siembra de maíz. La proyección de la BCR aparece como las más negativa con una estimación de perdida de superficie de dos millones de hectáreas.
“El cultivo estrella de Argentina, que se consolidó como el abanderado del avance tecnológico, cae ante la incertidumbre de la “chicharrita” y el clima. El maíz podría sufrir una baja interanual de 21% en su superficie, caída que representaría 2 millones de hectáreas”, indicaba el informe de la BCR.
Luego de 9 años de crecimiento, caería el área de maíz.
De concretarse esta baja en la superficie de siembra tendremos una potencial caída en la producción de maíz de 10 millones de toneladas equivalentes a U$S 2.000 millones . Una muy mala noticia para el gobierno ante el impacto negativo que podría tener en el futuro ingreso de divisas para 2025.
“En el norte del país los rindes han caído entre un 50 y 70% y las pérdidas en áreas que no se cosecharon, van del 25 al 60% del área total cultivada. Chaco y Santiago del Estero son las dos provincias más afectadas. Allí manifiestan que esta campaña es definitoria para gran parte del sector: no pueden fallar este año para seguir en negocio de la producción agrícola”, advierte la entidad.
Precisamente, en estas provincias se está manifestando una caída en la intención de siembra del maíz de 50 a 80%.
En el centro y norte de Córdoba y Santa Fe, las pérdidas de área (superficie que no pudo ser cosechada) por los efectos de la “chicharrita” van del 20 al 35%. La caída en la intención de siembra manifestada va de 30 a 50%.
“Siguiendo la información brindada por el sistema Integrado para el seguimiento y estimación de granos de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber), la caída en la intención de siembra de maíz estaría en torno de 30%. Lo mismo se manifiesta en la región núcleo. El centro y sur de Buenos Aires y la provincia de La Pampa no han registrado el impacto del achaparramiento que conlleva la ‘chicharrita’ en los rindes de la campaña 2023/24 y, en principio, manifiestan una intención de siembra 2024/25 similar a la de la campaña precedente”, describe el informe de la BCR.
Estamos ante un desastre nacional y ante la primera caída en el área de maíz, luego de 9 años consecutivos de crecimiento. Podemos también argumentar que en muchas zonas del país falta humedad para la siembra y los productores esperan las lluvias para comenzar con la preparación de los lotes.
Por cómo vienen los pronósticos climáticos se esperan en el corto plazo lluvias entre 10 y 25 milímetros en muchas zonas de la pampa húmeda, con máximos de hasta 50 milímetros en zonas bien localizadas en el Oeste de Buenos Aires y Este de La Pampa.
Esta condición podría ser un punto de quiebre a la hora de movilizar a los productores a comenzar con sus labores de presiembra También es cierto que la incertidumbre por la salida del cepo genera cierta dosis de parálisis en la compra de insumos, al igual que la baja anunciada por el Gobierno del impuesto país que debería tener impacto teóricamente bajista en el precio de los insumos importados.
Un reciente análisis de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires muestra que la baja en los precios de los fertilizantes fosfatados (3%) nitrogenados (13%) y herbicidas (10%) no logran mejorar los márgenes del negocio. En cambio, el mismo informe destaca el aumento en el precio de la semilla de maíz del 9% y de los combustibles del 15%.
El aumento de los combustibles lo podemos considerar como un mandato del Gobierno, y es imposible reducir su precio. En el caso de las semillas parece contradictorio que su precio aumente el 9% en momentos de una fuerte caída en su demanda.
Esta situación difícilmente impulse un aumento en la superficie de siembra ante un escenario donde los márgenes del negocio son muy ajustados, en la mayoría de los casos negativos y con rindes de indiferencia tan altos que hacen inviable producir maíz.
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