Los frases del “depredador” Carmona que provocaron indignación en la sala de audiencias
Si quedaban dudas respecto del temperamento que asumiría cuando fuera interrogado en la primera audiencia del juicio por el crimen alevoso del taxista Javier Rodrigo Bocalón (45), el acusado Roberto José Carmona (62) las despejó por completo: eligió el protagonismo al pronunciar frases que dieron muestra de su desapego emocional.
El ocupante del banquillo de los acusados en realidad estaba dentro de un cubículo blindado y con dos imponentes “marines” a sus espaldas.
Aceptando tácitamente que mató a Bocalón para robarle el Chevrolet Corsa y así afianzar su huída el 13 de diciembre de 2022, Carmona culpó a la víctima porque “eligió el auto y no la vida”.
Con frialdad y cinismo, se dio el acusado el gusto de tener un trato irrespetuoso con el fiscal de cámara Hugo Almirón y con el abogado querellante Carlos Nayi, quien asiste como acusador privado al padre de Bocalón.
Mientras aceptaba del presidente de la Cámara 8ª del Crimen Marcelo Jaime las preguntas de sus condiciones personales, equivocó su edad (dijo 63 años), dijo que tomaba medicación para el insomnio y se dirigió a Nayi reprochándole que él no había sido “jamás condenado por violación”, en referencia al homicidio de Gabriela Ceppi (16, 1986) que el letrado mencionó en la presentación del caso ante el jurado popular.
Nayi había dicho que Carmona violó reiteradamente a la adolescente, algo que no alcanzó a probarse en el juicio de 1986 porque la medicina forense no pudo ser precisa ante el deterioro que tenía el cadáver cuando lo hallaron un mes después del crimen.
Pero sorprendió lo que dijo Carmona cuando espetaba a Nayi su desprecio: “Por personas como usted, yo tuve que matar otras personas”. Lo dijo en referencia a los dos reclusos que asesinó durante su encierro en las penitenciarías de San Martín (Córdoba) y Chaco. Acaso también lo haya hecho porque el taxista se negó a darle el auto.
Cuando Almirón lo interrogó sobre sus datos personales, le preguntó si tenía hijos y Carmona respondió “uno”. Luego, tras decir que sólo lo había visto nacer, sin que le pregunten definió de modo tajante: “Padre es el que lo cría”.
Siempre dentro del trámite inicial de contestar sus datos personales, algunos de los cuales eligió no decirlos, el acusado insistió en formular reclamos: que el tribunal le aclarara si su teléfono celular estaba secuestrado por la Justicia o si había sido robado por la Policía. Después de responderle que formaba parte de la causa, Carmona insistió con algo similar: “Quiero saber si tienen secuestrada mi alianza de casamiento, cosa que intuyo que también la Policía me lo robó en la Jefatura”.
Respuestas despiadadas
Luego, fue el turno de que el presidente del tribunal -siempre en tono de máximo respeto- le preguntara si iba a declarar sobre el hecho, tras relatárselo por completo en sus tres actos: crimen de Bocalón, robo de un auto con amenazas y lesiones, y lesiones a dos mujeres a las que quiso robarles otro vehículo.
Carmona se abstuvo en ese trámite, pero cuando lo interrogaron si respondería preguntas, respondió: “Que pregunten; siempre que sean reales…”.
Entonces, Almirón -también con respeto- pidió que le informara si había intentado fugarse de la Penitenciaría N° 2 de Chaco, días antes de su última visita a Córdoba para ver a su esposa Ángela Etudiez.
El acusado reconoció que lo había intentado. “He estado a punto (de escapar), pero me fallaron los cálculos”.
El fiscal le pidió a Carmona que explique cómo se trasladó desde el CPC Villa El Libertador (donde chocó el Gol que sustrajo a una pareja) hasta la Clínica Vélez Sársfield, lugar donde hirió a dos mujeres para robarles su vehículo. Primero, se negó a responder y Almirón le indicó que “había un buen trecho” entre esos dos lugares. Pero el acusado salió del paso: “Soy un buen corredor”.
Lo más doloroso para los familiares y allegados a la víctima fue cuando respondió lo que había sucedido dentro del taxi. El fiscal le preguntó si reconocía el crimen de Bocalón. La respuesta dejó un silencio sepulcral: “Retumba en mi cabeza ‘no me mates, no me quites la herramienta de trabajo’; él eligió el auto a la vida. Yo era un depredador”.
El ego más que el amor
En otro tramo, Carmona dijo que había traicionado a su mujer escapándose, acaso para cubrirla. Etudiez está acusada junto a los guardiacárceles chaqueños de haberle facilitado la fuga de su casa cuando estaba jugándose la semifinal del Mundial de Fútbol, entre Argentina y Croacia.
El reo relató que ella ignoraba sus intenciones pero que él le había anticipado a Etudiez que el sistema era vulnerable y que podía escaparse cuando quisiera. Según contó, ella se quejó: “Quiere decir que no me amás, que no vamos a hacer nuestros proyectos…”. Como si reflexionara para sí, el múltiple asesino soltó una frase: “Pudo más mi ego que el amor.
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