La Voz del Interior @lavozcomar: Los empresarios tendrán que enfrentar un año de restricciones

Los empresarios tendrán que enfrentar un año de restricciones

El Ministerio de Economía de la Nación y el Banco Central de la República Argentina (BCRA) mostraron en los últimos días algunas señales (y evitaron otras) sobre lo que se puede esperar de 2022.

El grupo de empresarios cordobeses que participaron de la nota Después del rebote, qué se viene en la economía cordobesa hizo un listado de lo que necesita el sector productivo para seguir creciendo.

La gran mayoría pide condiciones razonables. El problema es que las señales oficiales parecen ir en contra de estas necesidades. Lo veamos en detalle.

Bajar la inflación. La estabilidad de los precios es una condición fundamental, ya que la suba generalizada de los precios reduce la capacidad de compra de los salarios y, por lo tanto, achica la demanda interna. Además, eleva los costos por sobre los precios que se presentan al consumidor y distorsiona el mercado.

Las reuniones públicas del titular de Economía, Martín Guzmán, durante la semana pasada no aportaron señales acerca de cómo hará para estabilizar precios; por el contrario, el Gobierno insistió en los acuerdos de precios. Las expectativas inflacionarias para el primer trimestre de este año van de 11,8 por ciento del Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM) del BCRA hasta el 15 por ciento, por ejemplo, del analista Salvador Di Stefano.

En escenarios como estos, la industria y el comercio venden menos a precios más caros.

Financiamiento barato. Las empresas requieren financiamiento a tasas subsidiadas para capital de trabajo e inversión.

El sector productivo necesita robótica y tecnologías de la industria 4.0, sobre todo si con el rebote de 2021 empezó a llegar al tope de su capacidad productiva.

El comercio, si quiere avanzar en el comercio electrónico, necesita invertir en mercadería, informática y recursos humanos.

Pero el jueves pasado, el BCRA aumentó la tasa de interés que paga por las Leliq a 28 días de 38 a 40 por ciento anual (tasa de referencia de la política económica), toda una señal de que podrían venir tiempos de restricción al crédito como intento de frenar la inflación, medida que será insuficiente si la autoridad monetaria no mejora sus niveles de credibilidad.

Eliminar la brecha cambiaria. La diferencia entre la cotización oficial de la moneda estadounidense y los tipos de cambio alternativos le está quitando recursos humanos a firmas de la industria del software. A su personal especializado le conviene más trabajar para una compañía internacional, ya que puede cobrar en criptomonedas que se transforman en pesos al valor del dólar blue.

Si bien hay rubros que hicieron buenos negocios con la brecha en los primeros tiempos de la pandemia, porque los precios se volvieron atractivos en términos del dólar blue (como la construcción privada y los vehículos), la realidad mostró que esta golondrina apenas duró un verano.

Pero eliminar la brecha implica una fuerte devaluación y por ahora el REM proyecta el tipo de cambio oficial a 161 pesos en diciembre de este año, lo que implica una suba de 49 por ciento (la inflación proyectada es de 55,4 por ciento). Tampoco hay señales oficiales de alguna modificación en la política sobre el tipo de cambio.

Consenso político. La inversión es una apuesta a futuro, por lo tanto el empresario necesita de confianza, seguridad jurídica y consenso en la clase dirigente. Las exposiciones de Guzmán sobre el posible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) generaron la sensación de que aún está lejos; la reacción de la oposición tampoco ayudó.

Inversión pública. La inversión en materia de obra pública es fundamental para la construcción y la industria de materiales. Hasta ahora, es tal vez una de las pocas señales positivas que dio el Gobierno nacional al sector privado, ya que el malogrado Presupuesto 2022 proyectaba en este ítem una expansión de 77 por ciento en términos nominales (casi 604 mil millones de pesos), que, si finalmente se concreta, dará un empuje al sector.

Menor presión impositiva. La nueva adenda al Consenso Fiscal abrió la puerta a potenciales aumentos impositivos en las provincias. Además, las palabras del ministro de Economía para explicar que el tema fiscal viene trabando las negociaciones con el FMI tampoco fueron una señal positiva.

Por ahora, las señales oficiales apuntan más a un año de restricciones, y no a alentar el crecimiento en el sector privado. Habrá que ver si son suficientemente fuertes como para frenar el espíritu emprendedor.

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