Los cordobeses que competirán en los Juegos Paralímpicos: la historia de superación de Verónica Blanco
“Mi primer provincial fue en Córdoba, fue como mi primer trofeo. Porque me animé a salir sola y a superar varios obstáculos ese fin de semana, sin depender de mi marido. Nunca me voy a olvidar de ese fin de semana. A partir de ahí dije ‘este es mi camino; esto es lo que yo quiero’”.
La que habla es Verónica Blanco, la riocuartense de 40 años que encontró en el tenis de mesa la llave de su independencia. Cinco años después de descubrir ese camino, es una de los ocho representantes del deporte adaptado de nuestra provincia que desde el martes y hasta el 5 de septiembre competirán en los Juegos Paralímpicos de Tokio, como miembros de una delegación argentina nutrida de 57 representantes.
Verónica sufrió hace 11 años un infarto de médula y no pudo volver a caminar. Su debut paralímpico será en tenis de mesa adaptado, la misma disciplina en la que Fernando Eberhardt tendrá su tercera experiencia en Juegos de esta magnitud.
Eberhardt tiene 44 años y, aunque es nacido en San Jerónimo Norte (Santa Fe), desde hace más de dos décadas es un vecino más de San Antonio de Arredondo. Un accidente a los 20 años le provocó cuadriplejia.
Como Verónica, Gustavo Fernández también sufrió un infarto de médula y no volvió a caminar. Pero al riotercerense le ocurrió cuando tenía sólo dos añitos y transitó toda su vida a bordo de una silla de ruedas. El tenista llega con 27 años a sus terceros Juegos como una de las esperanzas argentinas.
Ariel Atamañuk, gendarme misionero que desde hace 13 años vive en Jesús María, perdió sus dos piernas en 2015 en un gravísimo accidente que involucró a un ómnibus de Gendarmería Nacional en el marco de las inundaciones que azotaron Sierras Chicas ese año. Tiene 37 años y tendrá su debut paralímpico en canotaje adaptado en Tokio 2020.
Otra debutante se suma desde Arroyito: Elizabeth Noriega. La nadadora de 34 años tiene parálisis cerebral desde que nació y tendrá su primera experiencia paralímpica en la cita japonesa, después de haberse consagrado como la cordobesa con más medallas en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019, con tres podios.
El deporte que más representantes de nuestra provincia tendrá en Tokio 2020 es el fútbol sala para ciegos, con Nicolás Véliz, Maximiliano Espinillo y Nahuel Heredia.
“Nico” tiene 30 años, es de Malagueño y quedó ciego completamente a los 5 años; junto a “Maxi” (27, de Córdoba capital), quien perdió su visión a los 4, ganaron la medalla de bronce en los Juegos de Río 2016. Nahuel (26) tendrá su debut paralímpico y también quiere su podio. Él es de la ciudad de Córdoba y quedó ciego a los 10 años por una mala praxis.
La historia de Verónica
Instalada desde el miércoles en la Villa de Tokio 2020, “contenta” por la accesibilidad de la misma, su belleza y amplitud, Verónica Blanco repite lo “feliz” que está de vivir su primera experiencia paralímpica.
En Lima 2019 tuvo una “aproximación” a este gran evento cuando participó de sus primeros Juegos Parapanamericanos y ganó la medalla de bronce en el dobles del tenis de mesa adaptado. “Fue un experiencia hermosa. Nunca pensé que en tan poco tiempo iba a poder estar en unos Juegos Paralímpicos”, valora la riocuartense y reconoce: “Estoy muy contenta por todos mis logros y los avances que he tenido en muy poco tiempo. Feliz, disfrutando, aprovechando que tengo mucha gente que me acompaña y me ayuda. No puedo pedir más que esto, y pasarlo lo mejor posible, porque estos días se pasan rapidísimo y no sé cuándo voy a volver a tener una oportunidad como esta. Lo estoy disfrutando a full”.
Valeria se casó con Javier “muy jovencita”, con sólo 16 años. Y juntos son padres de Gastón (23), Tobías (17) y Thiago (12).
Cuando Thiago era aún un bebé, al regreso de unas vacaciones, la cordobesa amaneció “con las piernas adormecidas”. “Me agarró un infarto de médula”, cuenta. “Al principio fue bastante duro porque teníamos una vida ‘normal’, con todo acomodado”, reconoce.
Admite que “toda la familia quedó shockeada”, que “fue bastante duro salir a la calle con la silla de ruedas y los niños chiquitos, en una ciudad que no era tan accesible y sin saber nada del tema de discapacidad…”, pero que “había que darle para adelante porque no quedaba otra”.
Al tiempo empezó su rehabilitación y allí se acercó al deporte por recomendación, para “tener la mente ocupada en otra cosa”. “Y me vino muy bien porque mi vida era esa: mi casa y la rehabilitación. No tenía otra cosa. No tenía independencia”, relata.
Los viernes, entonces, pasaron a ser un día de entretenimiento para Verónica y sus compañeros. “No teníamos ni idea de cómo se jugaba al tenis de mesa. Pero era hermoso porque nos matábamos de risa. ¡No le pegábamos a la pelotita!”, recuerda.
Hasta que en 2016 llegó el turno de ese primer Provincial que la marcó para siempre.
“El deporte, el tenis de mesa, a mí me ayudó a abrir las puertas de la independencia. Me ayudó a aprender muchas cosas no sólo del tenis sino de la vida, de las personas con discapacidad, de cómo se pueden superar día a día más allá de los obstáculos que te ponga la sociedad, los lugares… A las personas con discapacidad les digo que se lleguen a hacer deporte. Te ayuda a salir, a pensar en otra cosa que no sea le rehabilitación. Todos los días aprendés algo nuevo”, asegura.
A la espera de su debut paralímpico (la clasificación de su categoría WS3 comenzará el martes a las 21.40 de nuestro país), Verónica promete que hará “lo mejor posible” en Tokio.
“Estoy muy contenta. Verme acá, en un Juego Paralímpico, es un orgullo y un premio para mí, para mi fuerza de voluntad, y para toda mi familia y gente amiga”, concluye.
https://www.lavoz.com.ar/deportes/y-mas/los-cordobeses-que-competiran-en-los-juegos-paralimpicos-la-historia-de-superacion-de-veronica-blanco/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/deportes/y-mas/los-cordobeses-que-competiran-en-los-juegos-paralimpicos-la-historia-de-superacion-de-veronica-blanco/