La Voz del Interior @lavozcomar: Lo que dejó la derrota de Talleres ante Newell’s

Lo que dejó la derrota de Talleres ante Newell’s

Talleres perdió ayer un partido increíbleen su debut en la LPF frente a Newell’s, en Rosario. Al término del primer tiempo lo ganaba 2 a 0 y pensar que se vendría una goleada en el segundo tiempo no podía descartarse. Pero fue extraño, inusitado e imprevisible cómo el equipo de Eduardo Gamboa se lo terminó dando vuelta y se quedó con un triunfo final por 3 a 2 inesperado, a juzgar por lo que se había visto hasta entonces.

Una caída que, finalmente, tuvo su justificación en un mal que a Talleres lo persiguió durante las dos últimas temporadas, que aún no puede superar y que ayer quedó otra vez plasmado: la pelota parada. En tres jugadas calcadas, desde el córner, como sucedió varias veces en la Copa Diego Maradona y en la última Copa de la Liga Profesional, la “T” se quedó sin nada, cuando dispuso de todo para quedarse con los tres puntos.

¿Por qué fue extraño que el Matador se fuera dos goles arriba en el primer tiempo? Porque hasta que llegó el gol de Michael Santos, la Lepra había jugado mejor y, aunque sin llegadas elaboradas, se puso a tiro del arco de Herrera y con chances de marcar. Soltó a Cacciabue y Castro por las bandas y, con Julián Fernández armando juego, comenzó a complicar al fondo albiazul. Newell’s presionaba y asfixiaba. Y estuvo cerca de convertir a través de un frentazo de Mansilla, un tiro libre de Fernández y un remate de afuera de Cacciabue.

Pero a los 27 minutos llegó lo imprevisible, eso que hace al fútbol tan atractivo. Cacciabue metió un zapatazo en el travesaño, Auzqui recogió el rebote y con una asistencia larga y vertical habilitó a Santos, quien se escapó y definió entre las piernas de Aguerre. Newell’s quedó mal parado y desacomodado en el retroceso y el charrúa no perdonó.

El uruguayo lo volvió a tener en bandeja a los 40 y a los 43, respectivamente. Primero, tras un pared con Martino; y después a los pies de Aguerre, tras recibir de Valoyes. Santos estaba encendido y dos minutos después, volvió a facturar. Valoyes salió rápido, Santos picó largo como lo hizo en el gol, lo vio llegar solo a Auzqui por el otro costado y se la sirvió para el gol. “El Perro” le pegó mal, pero la pelota entró y la “T” quedó cómodamente arriba en el marcador sólo porque el retroceso de Newell’s fue espantoso y vulnerable al juego directo del Albiazul. Tanto que Gamboa se quería comer el pasto.

Se fue así Talleres al descanso. Tranquilo por el resultado cómodo y con la idea de que si las cosas seguían así se podía volver a Córdoba con una goleada.

Goles calcados

Después de que Santos y Auzqui lo tuvieran a los 4 y 10 minutos, respectivamente, uno tirándola por arriba y otro obligando a una contención de Aguerre, el partido pasó a ser propiedad de Newell’s. Castro comenzó a ser indetenible por izquierda y cada centro que llovía al arco de Guido traía fragancia de gol. Así, a los 15, vino el primer error de pelota parada que condenó a Talleres. Córner a la olla de Castro y Compagnucci, quien recién entraba a la cancha en lugar de Escobar, cabeceó libre de marcas y sin que nadie de la “T” atinara a saltar.

“El Cacique” Medina desde el banco lo vio llegar solo, pero sus jugadores no. “¿Quién toma al 27?”, gritó. Nadie de azul y blanco lo escuchó.

Después, el Matador comenzó a extraviarse mientras Newell’s lo presionaba más y más. Pero aún así, el todavía encendido Santos pudo marcar el tercero, a los 28, con un remate en un palo, tras una pared con Auzqui. Fue sólo un encandilamiento porque un minuto después Herrera salvó su arco de Compagnucci y, acto seguido, a los 31, vino el empate con un gol calcado. Vino el enésimo corner de Castro y Garro, recién ingresado, saltó libre de marcas a cabecear. Ninguna casaca albiazul reaccionó.

El partido estaba empatado, pero la “T” se derrumbó como si el partido ya tuviera un final inexorable de derrota. Por eso llegó el tercero, dos minutos después. Y sí, del mismo modo. A partir de una córner, que derivó en una jugada confusa en el área para el gol de Cristaldo, con una ayuda de Mastrángelo, quien no vio un claro agarrón a Diego García.

Y así se fue Talleres derrotado de Rosario, mascando bronca, cuando bien pudo haberse vuelto a Córdoba con los tres puntos. Estará en “el Cacique” Medina mensurar si esto que le pasó al equipo no sólo tuvo que ver con la inocencia, como dijo en la conferencia de prensa posterior al juego, y sí por cuestiones más estructurales, que siempre quedan expuestas cuando a un plantel se vuelve a revelar corto. Como le pasa al suyo y pudo corroborarse ayer en el Parque de la Independencia.

Especial Mundo D: Cecilia Biagioli

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