La Voz del Interior @lavozcomar: Llega Salvajes, de Rodrigo Guerrero: Hay un salvajismo visible y otro sofisticado, que es más violento

Llega Salvajes, de Rodrigo Guerrero: Hay un salvajismo visible y otro sofisticado, que es más violento

Una escena omnipresente abre Salvajes, la quinta y nueva película del cordobés Rodrigo Guerrero: tres asaltantes irrumpen en la elegante casa del matrimonio compuesto por Sonia (Beatriz Spelzini) y Arturo (Luis Gnecco), quienes hasta entonces disfrutaban de lectura, música clásica y una cena agradable.

Mientras que Arturo obedece a regañadientes las agresivas órdenes de los delincuentes, Sonia desarrolla una especie de empatía con el más joven de ellos, Mauricio (Alan Taty Fernández), que le dice a la mujer que se calme y que todo va a estar bien.

Finalmente, la pareja termina encerrada en el baño, pero un movimiento oportuno de Arturo interrumpe la huida de los atracadores y la situación de sometimiento se invierte.

Backstage de la película

Decir más sería anticipar demasiado, pero alcance con decir que el policial irá mutando hacia un thriller psicológico y truculento de clase a lo Michael Haneke (Funny Games fue una referencia directa para Guerrero), en donde la perversión y el sadismo expuestos trastocan la noción de aquello que se tiene por civilizado o por “salvaje”.

Filmada en Mendoza con apoyo del gobierno mendocino y de coproducción chilena, Salvajes podría pensarse en contraste con la anterior Siete perros (2021); si allí se desplegaba la historia de un hombre de bajos recursos en un departamento céntrico, acá el foco está puesto en un hogar lujoso en las afueras residenciales.

Guerrero vuelve a exhibir destreza con planos interiores y mantiene la tensión en un espacio relativamente fijo, recurriendo a un tono de corte clásico a pesar de la efervescencia mediática de lo evocado. ¿Qué lo llevó a abordar el tema?

“Siempre lo asocio a un hecho particular, un acontecimiento de robo de hace muchos años, de cuando todavía vivía con mis padres –dice el director–. Entraron cuatro pibes armados a casa y a mí me tocó estar reducido y custodiado por uno de ellos en el lugar en donde estaba mi mamá. Y el pibe fue amable con ella, le preguntaba si necesitaba algo, le decía que se quedase tranquila, que no nos iba a pasar nada. Incluso me acuerdo de que le preguntaba si tenía frío, si quería agua, ella estaba nerviosa y el tipo la tranquilizaba. Esa amabilidad en un contexto tan violento para mi familia me generó una dualidad que quedó ahí latente y picando mucho tiempo, hasta que se fue configurando esta historia en mi cabeza”.

Rodrigo Guerrero, el joven director

Y continúa: “Hay también algo en el contexto de violencia en el que estamos viviendo desde hace años en la Argentina y en toda Latinoamérica que me llevó a preguntarme cómo se configura esa violencia, a qué responde y cómo la sociedad es violenta independientemente del estrato social. Uno se pregunta por qué algunos tienen tanto y otros tan poco, las clases sociales están bien diferenciadas y la brecha se está ampliando cada vez más. A la vez siempre existió esta situación de linchamiento o esta idea de justicia por mano propia en la clase media, clase media alta. Es un discurso fuerte y con el que yo no estoy muy de acuerdo. Es un tema complejo y la película aborda esos dilemas, esas contradicciones, es una película no tan cómoda en ese sentido, pero que puede generar reflexión”.

–¿Por qué “Salvajes”? ¿Qué connotación adquiere el título en la película?

–Justamente es esto, la diferencia de clases donde socialmente el otro desde el sector burgués y acomodado es el salvaje, el incivilizado, el distinto. La distancia que se establece con un otro considerado como poca cosa, alguien primitivo, con menos avances cognitivos y sociales y que reacciona más impulsivamente y que es más agresivo. Esto de que el violento es el otro, el que no está educado, el que corrompe las leyes del sistema y que encima se apropia de lo que no es de él cuando hace un robo. Por eso me interesaba jugar a pensar cómo este matrimonio más allá de su historia personal desarrollaba este salvajismo, este estado de locura. Hay claramente un salvajismo que es más visible o adjudicado a una clase y otro más sofisticado, más educado y en el que las miserias humanas, la violencia y la oscuridad están igual o hasta más presentes.

La película fue rodada en una casa de Chacras de Coria

Relaciones humanas

–Sos uno de los directores locales con mayor continuidad desde tu debut con el “El invierno de los raros” (2010). ¿Cómo evaluás el contexto actual?

–Soy un afortunado, un perseverante, a pesar de que ahora estoy en una situación de incertidumbre, viendo cómo seguir haciendo películas. Estoy planteándome fuertemente qué hacer, si me quedo, si me voy, si me dedico a otra cosa o si complemento mi labor audiovisual con otra dedicación, porque va a estar difícil. Yo también tengo una productora, entonces humilde o modestamente vivía de las películas, pero porque nos permitíamos tener una cadena de producción donde había políticas públicas que nos ayudaban. Ahora el contexto cambió notablemente y es una pena porque en Córdoba estamos aún en surgimiento e íbamos creciendo, sería drástico para la filmografía provincial que ahora esto se corte. En términos colectivos el sector creció, había trabajo y gente que podía vivir de hacer películas, pero ahora estamos en una situación tan distinta que me cuesta ser optimista. Estoy bastante frustrado, angustiado.

Una de las escenas más cruda, representa un un hecho real vivido por el director.

–¿Qué balance hacés de tu trayectoria? ¿Qué aspectos en común encontrás?

–En El invierno de los raros había algo del orden de lo personal, de lo psicológico, del universo de las relaciones humanas que en Salvajes se mezcla con los elementos de género, pero algo de base entre ambas se mantiene. Siempre me preguntan de qué hablan mis películas, y yo charlando con amigos deduzco que hablan de relaciones y de vínculos humanos. Que suena algo básico, pero en definitiva todas mis películas hablan de eso, de cómo podemos llevar o no esos vínculos, de cómo podemos dialogar o no. Salvajes es la más de clase que hice hasta ahora, pero en definitiva también tiene algo de los vínculos, de los vínculos perdidos, los vínculos irresueltos, los vínculos que se extrañan, los vínculos de locura, los vínculos entre parejas, y que yo creo ver en todas mis películas. Aunque es verdad que son todas distintas, son muy diferentes.

Para ver

Salvajes. Argentina, Chile, 2024. Guion y dirección: Rodrigo Guerrero. Con: Beatriz Spelzini, Luis Gnecco y Alan Taty Fernández. Duración: 90 minutos. Clasificación: Apta para mayores de 13 años. En Cineclub Municipal Hugo del Carril (Bv. San Juan 49), del jueves 22 al miércoles 28 de agosto, en distintas funciones. Horarios, aquí.

https://www.lavoz.com.ar/espectaculos/cine-series/llega-salvajes-de-rodrigo-guerrero-hay-un-salvajismo-visible-y-otro-sofisticado-que-es-mas-violento/


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.lavoz.com.ar/espectaculos/cine-series/llega-salvajes-de-rodrigo-guerrero-hay-un-salvajismo-visible-y-otro-sofisticado-que-es-mas-violento/

Deja una respuesta