Llega Milei (con muchas incógnitas), tras un mal gobierno de Fernández
Las fotos son conocidas: consumidores agolpados en los supermercados y ayer aumentaron los combustibles. Son las horas previas a la asunción de Javier Milei y las últimas del mal gobierno de Alberto Fernández.
El anecdotario de la gestión del presidente saliente es desopilante, o tragicómica. Sólo basta una de sus últimas frases: “La pobreza está mal medida”.
Hasta Cristina Kirchner pidió disculpas por haber fracasado en saldar la deuda social, aunque no hizo una autocrítica por el candidato que ella prohijó, animó y desconoció recién al final del mandato.
Nueve de cada 20 argentinos están sumidos en la pobreza; seis de cada 10 menores de 17 años no llega a consumir una canasta básica. Son los peores registros desde 2005, según la Universidad Católica Argentina.
La inflación rozará el 900% al cabo de cuatro años de Alberto Fernández, quien inició su gestión con un dólar libre a 69,50 pesos y la concluye con un valor de 990 pesos: la moneda norteamericana se apreció 1.424%.
La economía siguió estancada a valores reales de 2011, con una depreciación de las condiciones de vida para la mayoría de los argentinos.
No hubo asado ni las otras mejoras que había prometido Alberto Fernández.
Sin embargo, la CGT agregó un récord a su controvertido historial: no realizó ningún paro general, a contramano de los 13 que efectuó contra Raúl Alfonsín; ocho a Carlos Menem y cinco contra Mauricio Macri.
La central obrera, como compensación, se llevó millonarios subsidios para los sindicatos y las obras sociales. Algunos sindicalistas (o sus “empresas”) participaron en negocios con el Estado.
Llega Milei
Milei asumirá con el contexto socioeconómico descrito, agravado por un déficit fiscal enorme y sin reservas en el Banco Central, además de una enorme deuda con importadores y con los bancos, a través de las letras de liquidez (Leliq) y de pases de la entidad.
El designado ministro de Economía, Luis Caputo, calificó a ese cuadro como “la peor herencia que deja un gobierno” en 40 años de democracia.
La Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes de Córdoba (CIMCC) le puso un moño: “Las empresas están al borde del quebranto” por la parálisis de las terminales automotrices y la falta de insumos.
La entidad calculó en 6.000 millones de dólares la deuda contraída con importadores y casas matrices, por la falta de pago de las operaciones autorizadas pero no abonadas por el Banco Central.
Está en juego la continuidad de miles de autopartistas y talleres que dan empleo a 50 mil operarios, advierte la CIMCC.
Las obligaciones impagas del Central con todos los sectores sumarían 12 mil millones de dólares.
Martín Pesce se fue culpando al presidente electo de la catástrofe. Un clásico del albertismo-kirchnerismo: la culpa la tienen los otros.
Lo que viene
En su mensaje desde las escalinatas del Congreso, Milei recordará la herencia que recibe y anunciaría un severo recorte del gasto público, que no sólo impactará en empleados y áreas del Estado, sino sobre la actividad económica.
Aún persisten numerosas incógnitas sobre cómo encarará el recorte y cuáles serán las medidas para poner en caja a una administración desbordada en gastos.
El sinceramiento de precios en combustibles y alimentos ya comenzó, junto con la especulación y la retención de mercadería por parte de proveedores y fabricantes.
Los seguidores de Cristina Kirchner culpan a la administración que aún no asumió, pero se olvidan de los 16 meses del “congelamiento ficticio” de Sergio Masa, además de los descalabros de la gestión de Alberto Fernández.
Avanzar hacia un país normal requerirá mucho esfuerzo y paciencia por parte de la sociedad. El lunes se comenzarán a conocer esas respuestas.
Algo de optimismo
Más allá de la advertencia de funcionarios del próximo gobierno en el sentido de que vendrán “seis meses difíciles”, Ricardo Arriazu sembró algo de optimismo.
El economista, muy escuchado en los círculos empresariales, sostuvo que la Argentina tiene la gran oportunidad de ser un proveedor de energía del mundo (“tenemos gas por más de 200 años”, petróleo, litio y cobre).
A esos recursos, agregó la agroindustria, la economía del conocimiento y el turismo.
“Argentina es el país de la potencialidad de la economía”, sostuvo. Y enfatizó: “Hay una gran oportunidad”.
Mañana comienza una gestión apoyada por casi el 56% de los argentinos, que suscita grandes esperanzas.
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