Llega a los cines Furiosa: guerrera en marcha
Vuelven las persecuciones en el desierto, los coches tuneados y las revanchas horizontales: vuelve Mad Max, la saga de George Miller que hizo historia de la mano de un iniciático Mel Gibson y que vivió un gran relanzamiento en 2015 con la adrenalínica y espectacular Furia en el camino. Nueve años después llega a salas Furiosa, flamante precuela de aquel aclamado largometraje que retoma el personaje secundario de Charlize Theron trasladándolo al primer plano en versión joven de Anya Taylor-Joy.
La película estrenada hace unos días en Cannes muestra en su arco vital de 15 años cómo la protagonista es arrancada trágicamente de su hogar siendo niña, y cómo de adulta busca vengarse del responsable motociclista Dementus (un Chris Hemsworth de nariz prostética) acompañada por el aliado Praetorian Jack (Tom Burke), mientras el infausto Immortan Joe (Lachy Hulme) defiende su macabra Ciudadela.
Miller no necesita mucho más argumento para continuar su franquicia distópica, cuya impronta fue signada por la potencia de las imágenes, la inventiva técnica y las secuencias de acción. Sin embargo, en los 45 años que abarcan las cinco películas de Mad Max (Gibson protagonizó tres, entre 1979 y 1985) la línea fue de menor a mayor, siendo que Furia en el camino acabó siendo uno de los filmes más complejos y tortuosos de la historia, y de ahí que su minimalismo sea engañoso.
Furiosa no se queda atrás, elevando de 150 a 200 la cantidad de dobles de riesgo y convocando a un equipo de mil personas en el rodaje de seis meses y medio que tuvo lugar en Australia (una de las locaciones fue la ciudad minera de Broken Hill, donde se filmó Mad Max 2), además de aumentar la utilización de efectos especiales para desazón de sus fanáticos. Pero el veterano realizador no ha perdido sus mañas, y así una escena de acción de 15 minutos llamada “Escalera a ninguna parte” insumió 78 días de trabajo.
La ambición artesanal le ha deparado sendos beneficios a Mad Max, cuya primera y barata entrega se convirtió en la película más redituable registrada en los récord Guinness, mientras que la hiperbólica Furia en el camino cosechó seis Oscar y una taquilla mundial de 380 millones de dólares. Fue gracias a este último éxito que Miller pudo concebir Furiosa, que de andar bien dará lugar a una sexta entrega que contará lo que le sucedió al personaje de Max un año antes de los hechos de Furia en el camino, quizás con Tom Hardy repitiendo el rol.
Tanto Furiosa como este filme tentativo (llamado “The Wasteland”) habían sido pensados por el director en simultáneo a la gestación de Furia en el camino, pero un litigio con Warner Bros. por una bonificación no retribuida hizo demorar la seguidilla (si bien Warner produce Furiosa, con el juicio aún en arbitraje).
Sin palabras
Fue de hecho ese paréntesis de casi una década entre un filme y otro el que frustró las chances de que Theron repita el papel de la heroína rejuvenecida. Miller probó usar con la actriz la tecnología de rejuvenecimiento digital, pero los resultados no lo convencieron y debió sustituirla.
La asistencia fascinada del director a un corte temprano de El misterio de Soho (2021), que Taylor Joy protagonizaba, hizo el resto: el realizador de aquel filme, el inglés Edgar Wright, propició el contacto entre Miller y la ascendente actriz, que justamente había dado su primer paso importante con La bruja, estrenada el mismo año que Furia en el camino.
Taylor-Joy tiene así el reto de ponerle encabezamiento femenino a una saga rebosante de testosterona y salvajismo viril, acaso su papel de mayor exposición después del de la serie Gambito de dama (aunque su cameo en la reciente Duna: parte 2 anuncie su desembarco definitivo en el mainstream). Colaborar con Miller nunca fue fácil, y la actriz de pasado argentino (vivió en Buenos Aires hasta los 6 años, antes de radicarse en Londres) reconoció que llegó a sentirse sola en el rodaje de Furiosa.
No es para menos: Taylor-Joy debía despertarse de madrugada en el crudo invierno australiano, portar varias capas de maquillaje de sangre y mugre incluyendo un casco prostético para la cabeza rapada, expresarse casi sin palabras y con furia inhumana (ella dice que le llevó tres meses proferir su único grito en el filme), y practicar escenas de combate para los que se sirvió de su antigua condición de bailadora de ballet.
Y eso sin mencionar que la actriz no tiene carné de conducir, y que hace unos años durante una estadía en Buenos Aires llegó a chocar una moto Ducati contra un árbol en un accidente sin otras consecuencias que una cicatriz en la rodilla.
“Adoro a George, y si vas a hacer una película como esta lo mejor es estar en manos de alguien como él. De todas maneras él tenía una idea muy estricta de cómo debía lucir el rostro bélico de Furiosa, y eso me dejaba con la única opción de usar mis ojos durante gran parte de la película. Casi todo el tiempo la consigna era ‘boca cerrada, ninguna emoción, hablá con los ojos’. Ese era todo el repertorio del que disponía”, le dijo la actriz al New York Times.
Y completó: “Si te fijás en los héroes clásicos e inevitablemente masculinos como los de John Wayne o Clint Eastwood, por lo general son lacónicos. Cuando hay alguien que está atravesando un montón de cosas y se mantiene callado la audiencia se ve empujada a absorber eso que está pasando. Y esa posibilidad solo la permite el cine”.
Para ver “Furiosa: de la saga Mad Max”
Australia, EE.UU., 2024. Guion: George Miller y Nick Lathouris. Dirección: George Miller. Con: Anya Taylor-Joy, Chris Hemsworth y Tom Burke. Duración: 148 minutos. Clasificación: apta para mayores de 16 años. En salas.
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