Las razones por las que Los que se quedan es un filme excelente
La Navidad extiende su manto de celebraciones estridentes y vínculos rotos cada vez que se la invoca en pantalla grande, generalmente con resultados mil veces vistos. Si bien Los que se quedan parece cumplir a rajatabla con todos los requisitos de una perezosa fábula de Dickens, Alexander Payne consigue que la Navidad parezca única de nuevo gracias a un manejo cuidadoso de los recursos del cine.
Por empezar, todo es distante en tiempo y espacio en esta historia que acontece en los últimos días de 1969 en la elegante Academia Barton de Nueva Inglaterra, donde Paul Hunham (Paul Giamatti) se destaca como profesor estricto entre sus alumnos de clase privilegiada.
El bizco y acartonado Hunham lleva hasta el extremo el convencimiento ético de ser un auténtico “chico Barton”, reprobando exámenes a diestra y siniestra mientras pondera citas grecolatinas y se gana el rechazo tanto de los jóvenes como de sus colegas.
El bullicio escolar sin embargo mengua con el fin de clases, y en el gigantesco lugar van quedando pocas personas. La cámara se concentra en el trío improvisado que construyen Hunham; la tenaz cocinera negra Mary Lamb (Da’Vine Joy Randolph), que acaba de perder a su hijo en Vietnam, y el alumno problemático Angus Tully (Dominic Sessa), cuya madre y padrastro se lo sacan de encima para las fiestas.
Con maestría gradual, Payne acerca a estas tres almas marginales en su reclusión navideña develando facetas vulnerables de sus personalidades y haciéndolas confrontar con situaciones inesperadas que las ponen a prueba. La escuela vacía, las escapadas a Boston y los bares, casas y negocios suministran a su vez la clave de un universo finísimo, de una sensibilidad que Payne calca de las grandes películas de su infancia: Los que se quedan no es en ese sentido un viaje al pasado, sino memoria fílmica y personal en carne viva.
No es un tema menor que la película esté atravesada por la educación, bastión de transmisión histórica y comunitaria que comienza a hacer agua en un planeta sin rumbo. A pesar de su afición terca al eterno retorno, Hunham suelta un monólogo clave cuando admite que algo parece haberse roto para siempre: “El mundo ya no tiene sentido. Está en llamas. A los ricos no les importa un carajo. Los pobres muchachos son carne de cañón. La integridad es un chiste. La palabra ‘confianza’ es solo un eslogan de banco”.
Lo grandioso del filme es que esa encrucijada no se resuelve con cinismo ni con ingenuidad sino con cine, y por eso docente y alumno asisten a una sala cinematográfica en otra escena clave. La empatía y la mirada lo son todo en Los que se quedan, y la lección es la película misma.
Para ver “Los que se quedan”
EE.UU., 2023. Guion: David Hemingson. Dirección: Alexander Payne. Con Paul Giamatti, Da’Vine Joy Randolph y Dominic Sessa. Duración: 133 minutos. Clasificación: apta para mayores de 13 años.
https://www.lavoz.com.ar/vos/cine/las-razones-por-las-que-los-que-se-quedan-es-un-filme-excelente/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/vos/cine/las-razones-por-las-que-los-que-se-quedan-es-un-filme-excelente/