La vuelta de Angélica Gorodischer, un merecido plan de reedición
La prolífica y versátil Angélica Gorodischer ha vuelto a las librerías gracias a un estratégico plan de reedición diseñado por el Grupo Planeta a través de su sello Seix Barral.
Gorodischer nació en Buenos Aires en 1928, aunque se proclamaba rosarina a los cuatro vientos, ya que allí vivió la mayor parte de su vida, y falleció en 2022. Desde pequeña, supo que sería escritora. En un diálogo que mantuvimos en la Feria del Libro cordobesa, hace muchos años, lo contó por enésima vez: “A los 7 años yo ya sabía que iba a ser escritora, cuando aprendí a leer, que fue lo más importante que me pasó en mi vida”. Pero, en esa ocasión, como entre el público que llenaba el auditorio del Obispo Mercadillo se encontraba su amado “Goro”, de inmediato agregó: “Goro, disculpame, lo más importante que me pasó en la vida fue casarme con vos, pero la otra cosa más importante que me pasó en mi vida fue aprender a leer”.
La concreción de aquel deseo infantil estuvo perfectamente enmarcada por eso que hoy llamamos, acaso con demasiada soltura y escasa reflexión, “cuestiones-de-género”: “Lo tenía al Goro, tenía mi casa, tenía tres hijos chicos, una gata, un perro, un jardín, y un empleo fuera de mi casa. Y en medio de eso me decidí por la profesionalización, yo iba a ser escritora profesional. Cómo lo iba a lograr, no sabía. A veces me preguntan: ¿cómo hiciste? No sé, porque yo no tenía doble jornada como todas las mujeres, sino triple jornada. Eso quiere decir que escribía a las tres de la mañana, cuando podía, sacaba la máquina de escribir de debajo de la cama y escribía mientras todos dormían. El resultado es que me dormía en mi trabajo, o iba a una fiesta y me sentaba en un sillón y me dormía. ‘El Goro’ una vez se asustó y me llevó al endocrinólogo, me hicieron estudios, de todo, y el médico dijo: ‘Su señora lo que tiene es sueño’”.
Todos los géneros todos
Hay una definición reduccionista de la obra de Gorodischer: decir que es una escritora de ciencia ficción, aun cuando se agregue de inmediato que es una de las mejores escritoras de ciencia ficción del mundo. Su libro Kalpa imperial (1983), uno de sus libros más conocidos, suele servir de ejemplo porque los 11 relatos que contiene sobre la historia del Imperio Más Vasto que Nunca Existió deslumbró nada menos que a Ursula K. Le Guin. Pero el registro narrativo de Gorodischer es mucho más amplio, como lo demuestran los casi 30 libros que publicó, si sumamos novelas, cuentos, artículos y reflexiones literarias.
Esa riqueza está en el centro de la decisión de reeditar una porción altamente significativa de su obra. Mercedes Güiraldes, directora literaria del Grupo Planeta, lo explica en estos términos: “El criterio general fue devolver a las librerías un mosaico representativo de las distintas líneas que fue trabajando Angélica a lo largo de su prolífica carrera literaria. En general, se la considera como una escritora de ciencia ficción, y lo fue en su origen. Pero lo cierto es que también tiene novelas y cuentos policiales, históricos, eróticos, de terror, autobiográficos. Y también ensayos y crónica. Creo, de hecho, que no hay género literario que no haya explorado. Su versatilidad de géneros y de temas es apabullante, solo comparable con la de un escritor como César Aira”.
Ana Ojeda, a cargo de la reedición, señala que los títulos se irán lanzando “de a poco, para dar tiempo a lectores y a lectoras para reencontrarse o encontrarse por primera vez con esta escritora fundamental de la literatura argentina”.
Y en este retorno, Gorodischer no llega sola, sino acompañada por prologuistas que estén trabajando su propia obra en línea con el texto que presentan. “Lo que determina la elección del prologuista es la cercanía de su propuesta literaria a la de la obra puntual de Angélica que prologa”, dice Ojeda.
Una escritora del margen
La idea es interesante por donde se la mire: ¿cómo leen a Gorodischer representantes de las nuevas generaciones? ¿Cuán cerca de sus propias búsquedas la pueden ubicar en un caso concreto?
“El objetivo –comenta Güiraldes– es encontrar o generar un público lector para la obra de Angélica, acercar a las nuevas generaciones una autora que pudo haber pasado debajo del radar. Gorodischer fue una escritora hasta cierto punto lateral, que de algún modo eludía el centro o era eludida por este. Mujer y rosarina por adopción, logró importantes reconocimientos y honores varios, como traducciones, premios y hasta una sala con su nombre en la Biblioteca Nacional. Sin embargo, su lugar no dejaba de estar en el margen. Es en ese margen que hoy abrevan muchos lectores y sobre todo lectoras, en especial jóvenes. A ellos queremos acercarles esta obra magnífica”.
Veamos, como ejemplo, los lanzamientos de este año: Tumba de jaguares (2005), una novela donde el tema central podría ser la escritura, pero también las distintas significaciones que puede alcanzar la palabra “desaparecido”, está prologada por Gabriela Cabezón Cámara; Doquier (2002), novela ambientada al final del 1600 y escrita contra la moda de la novela histórica, cuenta con prólogo de Selva Almada; y en La noche del inocente (1997), que relata las desventuras de un aspirante a fraile durante décadas por medio de un narrador que remite al cuentacuentos medieval, el prólogo es de Marina Closs.
Además, Kalpa imperial salió por Minotauro, justo antes del lanzamiento del plan de Seix Barral. Pero cuando se agoten esos ejemplares, saldrá también con prólogo en Seix Barral.
El proyecto para el año que viene contempla Casta luna electrónica (1977, cuentos), prologado por Agustina Bazterrica; Cómo triunfar en la vida (1998, cuentos), prologado por Mariana Komiseroff, y Trafalgar (1979, cuentos), prologado por Michel Nieva.
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