La Voz del Interior @lavozcomar: La presión tributaria creció 50% y se concentra en impuestos distorsivos

La presión tributaria creció 50% y se concentra en impuestos distorsivos

La presión tributaria no sólo no cede en la Argentina, sino que ha venido creciendo de forma sostenida en las últimas tres décadas. Desde 2009, incluso, no baja del 30%.

Para peor, a pesar del paso de los años, la estructura tributaria casi no se ha modificado y el mayor nivel de carga sigue asentado en los impuestos distorsivos, lo que indica un deterioro en la progresividad.

Un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) dice que desde 1997 la presión tributaria argentina subió un 50%, pero la estructura sigue concentrada en los tributos como el IVA, Ingresos Brutos y otros indirectos, los que en conjunto explican el 56% del total recaudado.

El estudio del Instituto que preside el economista Nadin Argañaraz es el segundo de una serie de documentos que abordan los principales desafíos fiscales del próximo gobierno.

La investigación incluye la presión tributaria de los tres niveles de gobierno, es decir, la Nación, las provincias (más Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y los municipios. Examina el desempeño de los 10 tributos que más recaudan, los que representan alrededor del 90% de la recaudación total, desde 1997 y estimando lo que sucederá a finales de 2023.

En suba

Analizando la “película” desde 1997, se puede ver que en aquellos años, la recaudación tributaria total del sector público argentino representaba el 21,1% del producto interno bruto (PIB). Esta cifra se mantuvo relativamente al final del menemismo y en los primeros años de gobierno de la Alianza, hasta la crisis.

“A partir del mínimo de la serie registrado en 2002 (20,2% del PIB), se observa una trayectoria ascendente constante que alcanzó su punto más alto en 2015, llegando al 34,2% del PIB. Esto equivale a un aumento de 14 puntos porcentuales en un lapso de 13 años”, dice la investigación.

Durante el gobierno de Mauricio Macri, la presión tributaria efectiva descendió poco más de tres puntos porcentuales del PIB, hasta el 31,1% en 2018.

La crisis de ese año, que comenzó con una fuerte devaluación en el mes de mayo, la tendencia decreciente de la presión tributaria se frenó y se estabilizó apenas por encima del 30%.

Según las estimaciones del Iaraf, llegaría al 31,9% del PIB a finales de 2023, más de tres puntos por encima de la presión tributaria efectiva promedio del sector público argentino entre 1997 y 2023, que se ubica en 28,7% del PIB.

Discriminando por sector, la presión tributaria del Estado nacional al comienzo del periodo analizado (1997) era de 15,3% del PIB. Cinco años más tarde, en 2002, llegó a su nivel más bajo, 14,9% del PIB, para luego comenzar un crecimiento constante hasta su nivel máximo de 25,8% del PIB en 2015.

Fueron 10,9 puntos porcentuales más del PIB en 13 años. “Este notable crecimiento se debió principalmente al aumento de la recaudación de aportes y contribuciones sociales, una suba de la carga tributaria del impuesto a las ganancias, la reintroducción de derechos a la exportación y la introducción del impuesto al cheque”, dice el Iaraf.

Desde entonces, la presión tributaria nacional experimentó una ligera disminución y luego se mantuvo constante. “Esta caída puede atribuirse a la reducción de la carga de ganancias, un rendimiento menor en los aportes y contribuciones a la seguridad social, y una menor carga tributaria en los combustibles”, explica el informe.

El nivel de presión tributaria nacional promedio entre 1997 y 2023 fue de 21,7%, estimando una de 24,2% para este año.

En cuanto a la presión tributaria de las provincias (más Caba) en su conjunto, la trayectoria es similar: en 1997 era de 4,7% del PIB, su punto mínimo fue de 4,2% en 2002 y desde entonces, aumentó hasta encontrar su máximo en 2017 (7,31% del PIB).

Luego bajó hasta el 2021, pero volvió a subir “por la introducción del impuesto a los ingresos brutos a los intereses de Leliq por parte del gobierno de Caba”, explica el Iaraf, estimando que finalizará el 2023 en 6,6%, 0,76 puntos mayor al promedio del periodo (5,8% del PIB).

Por último, la presión de las tasas municipales tuvo una dinámica completamente distinta a la nacional y provincial. El punto máximo se dio en 2000 (1,26% del PBI) y luego comenzó un descenso hasta 2008 (0,92%). Desde entonces, retomó un sendero creciente hasta niveles máximos y continuar estable hasta la actualidad (1,15%).

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