La Voz del Interior @lavozcomar: La motosierra necesita educarse

La motosierra necesita educarse

“Si me dan 20 años como presidente, vamos a ser Alemania”, seduce Javier Milei toda vez que puede; ubicando a la potencia europea como uno de sus aspiracionales favoritos, para motivarnos a aguantar sacrificios en pos de un futuro virtuoso.

La zanahoria es muy acertada. La economía alemana ha logrado generar para sus ciudadanos un envidiable bienestar. Precisamente, esta semana pasó por Córdoba Dieter Lamlé, el nuevo embajador germano, para participar de un foro cuyo foco fue insistir en la necesidad urgente de formar a más trabajadores calificados y explicar cómo el modelo alemán de educación dual (teórica/práctica) es una alternativa probada.

Allí aprovechó para insistir en algo que no sorprende: la educación es el principal pilar del éxito de la economía alemana, como así también la fluida relación entre universidades y empresa.

Verdad universal, ¿quién puede discutirla? Dudar, a esta altura, de que un sistema educativo robusto y eficaz es “el” motor de desarrollo de cualquier país es como discutir la redondez de la Tierra. Es por eso que alarma y desconcierta el maltrato que el gobierno de Javier Milei le está propiciando al sistema universitario público argentino.

Los rectores de las 57 universidades estatales nacionales vienen advirtiendo desde hace meses la asfixia derivada de estar funcionando con el mismo presupuesto de 2023: 75% menos dinero y ninguna solución ni hoja de ruta oficial al respecto.

Es más, la “respuesta” que hasta ahora recibieron de parte de la máxima autoridad nacional los intranquiliza aún más: acusaciones de “adoctrinamiento” que rayan lo infantil.

En la red social X, el propio Milei repostea fotos de pasillos con pegatinas de la izquierda llamando a defender la universidad pública o con alguna “V” peronista grafiteada, como si estuviera exponiendo un submundo sórdido de los claustros. Dan ganas de responderle al estilo de sus muletillas, “¿en serio?”

Podríamos preguntarle: ¿Nota usted que de ese sistema público adoctrinante y monocorde salieron, por ejemplo, el “keynesiano” Axel Kicillof y el liberal Diego Giacomini, su socio y coautor de ensayos económicos? Ambos compañeros de facultad en la Universidad de Buenos Aires, al igual que el autor del mega DNU liberador, Federico Sturzenegger, y el exministro peronista Martin Guzmán.

Los dos se formaron, en este caso en distintos años, en las mismas aulas de la Universidad Nacional de La Plata. Sólo cuatro ejemplos de lo obvio.

Gran paradoja mostrar semejante pobreza intelectual para justificar un ajuste hasta ahora transversal y sin norte claro sobre los principales espacios de formación y generación de conocimiento del país, baluartes de la sociedad argentina a pesar de sus dificultades.

Este apego amenaza con expresarse con fuerza en las marchas convocadas para el 23 de abril en todo el país.

Motosierra a la bartola no sirve

Lo dicho hasta ahora no implica que el sistema universitario público no tenga problemas que atender, vicios que erradicar y múltiples oportunidades de eficiencia y mejora. Todo lo contrario.

Como cualquier brazo del Estado argentino, es susceptible de examen minucioso en cada aspecto, incluida la asignación y ejecución de gastos; y debe ser un blanco de necesario debate colectivo.

¿Hay que poner límites al modo en que la militancia se desarrolla en las universidades? ¿Hay allí cajas negras de la política a desactivar? ¿Cómo logramos mejorar la relación entre ingresantes y egresados? ¿Qué hacer para bajar el lapso de cursado real de las carreras de grado, arriba de la década, como lo documentan los datos de la UNC y otras instituciones? La lista de temas a atender es larga y diversa.

El problema es que la gestión Milei no dio aún señales de querer responder esas preguntas ni expuso con claridad qué propone hacer con la universidad pública.

Pasar la motosierra a la bartola, como hasta ahora se hizo, dista años luz de estimular una reforma inteligente y moderna del sistema que lo evolucione, lo ayude a cumplir mejor su principio de ‘educación pública, gratuita y de calidad’ y lo ecualice como motor de desarrollo nacional.

Claro está, se trata de un desafío mucho más trabajoso que postear fotos en X. pero infinitamente más útil. Una oportunidad ineludible cuando tanto se insiste en la necesidad de transformar planes sociales en empleo, se cita a la “economía del conocimiento” como uno de los cuatro sectores –junto a minería, energía y campo– que pueden sacar a la Argentina adelante y se coincide en que para abrir la economía, urge hacerla más competitiva. Sería importante escuchar voces de todo ese ese arco pronunciándose sobre la crisis en los claustros.

Si entendemos a la “motosierra” como la chance de una transformación superadora, el aparato necesita con urgencia ponerse a estudiar. Y, de preferencia, en la universidad.

https://www.lavoz.com.ar/negocios/la-motosierra-necesita-educarse/


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.lavoz.com.ar/negocios/la-motosierra-necesita-educarse/

Deja una respuesta