La llegada del arte a la Luna: proyectos extravagantes y una travesura de Andy Warhol
Buzz Aldrin, uno de los tres astronautas estadounidenses que aterrizaron en la Luna a bordo del Apolo 11, era un cristiano hecho y derecho. Así en la Tierra como en el Cielo, podría decirse. Por esa razón, se llevó consigo en la famosa nave un trozo de pan, un poco de vino y un cáliz pequeño. ¿Su objetivo era comulgar en el espacio? ¿Acompañar aquella proeza de la ciencia y la tecnología con un testimonio de la fe en otros mundos?
La historia de los viajes al espacio y de las creaciones humanas que fueron enviadas en esas expediciones tiene aspectos poco conocidos y rarezas al borde de lo verosímil.
Por estos días se conocieron dos nuevas extravagancias. Por un lado, el proyecto “Lunar Codex”, que pretende dejar en el satélite natural de la Tierra unas 30 mil obras de arte, música, películas, pódcast y libros provenientes de 157 países. Ese corpus artístico, digitalizado, viajará en una cápsula del tiempo como parte de una misión de la Nasa, en módulos no tripulados.
El otro proyecto fue craneado por Jeff Koons, el artista vivo más cotizado. Se denomina “Moon Phases” y consistirá en llegar a la Luna con esculturas documentadas por NFT, alojadas en un cubo transparente, revestido térmicamente. El módulo con las piezas será lanzado a fines de 2023 desde el Centro Espacial Kennedy.
La idea de llevar arte al espacio tiene un antecedente en un episodio muy curioso (y escatológico): el intento de crear el “Museo de la Luna”. Fue el escultor Forrest Myers quien, entusiasmado con el primer alunizaje, pensó que la siguiente misión era la oportunidad de dejar en la superficie lunar un poco de arte terrícola.
El “Museo de la Luna” era en realidad una ínfima pieza de cerámica, apenas un poco más grande que un chip de celular, intervenida por algunos de los artistas estadounidenses más conocidos de su generación.
Robert Rauschenberg dibujó una raya. David Novros hizo un cuadrado negro con líneas blancas. John Chamberlain ejecutó una suerte de plantilla. Claes Oldenburg hizo una versión muy esquemática del Ratón Mickey. El propio Meyer generó un dibujo con ordenador. Hasta acá todo bien.
Hay distintas interpretaciones sobre la obra de Andy Warhol, quien dibujó un pene de formas hipersimplificadas, como los genitales que se garabatean en una piedra o en la puerta de un baño de bar. En el Museo de Arte Moderno de Nueva York, que conserva una de las cerámicas, explican que en realidad se trata de las iniciales de Warhol acomodadas de un modo muy singular.
Forrest Myers nunca obtuvo el aval de la Nasa para su proyecto, de modo que la minúscula oblea con los dibujos habría sido incrustada de manera clandestina (gracias a los oficios de un ingeniero) en el módulo lunar Intrepid del Apolo 12, que aterrizó en la Luna el 19 de noviembre de 1969 en un área conocida como “Océano de las Tormentas”.
Con respecto al dibujo de Warhol, podría ser un cohete alusivo al viaje, dibujado con trazo infantil. Pero todos sabemos a qué se parece de verdad.
https://www.lavoz.com.ar/numero-cero/la-llegada-del-arte-a-la-luna-proyectos-extravagantes-y-una-travesura-de-andy-warhol/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/numero-cero/la-llegada-del-arte-a-la-luna-proyectos-extravagantes-y-una-travesura-de-andy-warhol/