La inseguridad vial necesita un plan integral
La Municipalidad de Córdoba lanzó la campaña “Bajá un cambio” para concientizar sobre los riesgos de conducir a alta velocidad. En otras palabras, el objetivo es que los conductores de todo tipo de vehículos respeten los límites de velocidad máxima establecidos para calles, avenidas y rutas.
Para el desarrollo de la campaña, el municipio contó con el apoyo de una organización internacional especializada en salud pública, que además aportó el soporte técnico de otras instituciones internacionales vinculadas con cuestiones de infraestructura, comunicaciones, fiscalización y control para la implementación de mejoras prácticas de seguridad vial.
La realidad es que a nivel local, tanto en nuestra ciudad como en nuestra provincia, se repite el principal factor de riesgo en la vía pública que ha señalado la Organización Mundial de la Salud a nivel global: el exceso de velocidad es el elemento que provoca la mayoría de los siniestros de tránsito con víctimas fatales.
Lo constatamos mes a mes desde enero de 2007, fecha en que este diario lanzó un monitor vial para analizar cada muerte que se produjera por un siniestro vial en el territorio provincial.
Alta velocidad, conductas temerarias e imprudentes. Esa es la descripción que habitualmente hacemos del factor principal que detectamos en los accidentes que evaluamos en nuestra estadística mensual.
A propósito, en abril registramos el fallecimiento de 34 personas, el registro más elevado de este año: en enero fueron 30 muertes; en febrero, 23, y en marzo, 30. Así, en el primer cuatrimestre se perdieron 117 vidas en 120 días: casi una por día.
La campaña contará con el testimonio de María Alejandra Alfaro, cofundadora del Foro de Familiares de Víctimas de Siniestros Viales de la Provincia de Córdoba y madre de Javier, quien falleció en un accidente.
Es una medida positiva, pero de duración limitada. Se estima que estará vigente por sólo tres semanas. Cualquier campaña de sensibilización pública, sin importar su tema específico, debe sostenerse en el tiempo para alcanzar medianamente sus objetivos. Si sólo dura 21 días, es muy probable que gran parte de la población a la que se quiere concientizar ni siquiera llegue a saber de la existencia de la campaña.
Por ejemplo, testimonios como el de Alfaro podrían multiplicarse y diversificarse para que la sociedad tenga noción de todo lo que gira alrededor de los accidentes de tránsito. Normalmente, restringimos el tema a lo más evidente e inmediato: quienes fallecen. Pero a la par de esas personas, hay otras miles que sobreviven con distintos grados de discapacidad y pueden estar internadas durante meses. Hace años que el sistema público de salud provincial se refiere a los motociclistas heridos como una nueva epidemia social, porque ocupan gran parte de las camas disponibles.
Y además de las campañas de difusión, se requieren otras medidas. El control del tránsito necesita un mayor número de inspectores. Y para desestimular el uso del propio vehículo es imprescindible un buen sistema de transporte público. Todos esos elementos nos ayudarán a que las calles y rutas sean más seguras para todos.
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