La Voz del Interior @lavozcomar: La historia de José y Tango, el binomio presente en la búsqueda de Loan en Corrientes

La historia de José y Tango, el binomio presente en la búsqueda de Loan en Corrientes

En el corazón de Corrientes, en medio de la búsqueda del pequeño Loan, se encuentra José Pereyra. Se trata de un bombero voluntario de Porteña, localidad ubicada a 260 kilómetros al este de la ciudad de Córdoba, junto a su inseparable compañero Tango, un perro labrador negro.

Con una dedicación conmovedora y un vínculo inquebrantable, Pereyra cuenta cómo su vida fue transformada por la misión de ayudar y por su leal perro de búsqueda.

“Yo entré al cuartel de bomberos cuando me decidí a ayudar, hace ocho años ya”, relata el bombero con una voz que denota tanto orgullo como cansancio. José cuenta que sus comienzos fueron el primer nivel de Bombero Voluntario y después hizo el ingreso a la División Canes, más conocida como K9.

“A los dos años, me incorporé al K9. Estuve un año sin perro, y ahí aprendí cómo se usan los perros de infantes en las capacitaciones o cursos provinciales y regionales”, comenta al recordar esos primeros momentos marcados por el deseo de hacer una diferencia en la vida de los demás.

El comienzo de una relación especial

Después de un año de formación intensiva, Pereyra decidió especializarse en la búsqueda de restos humanos (RH). “Me decidí por los perros de restos humanos porque me pareció que podía hacer un aporte más significativo”, explica en diálogo con La Voz. Fue entonces cuando una amiga, también bombera, le regaló a Tango, un cachorro de labrador negro.

“A mí el perro me lo regalaron cuando tenía 45 días. La bombera que me lo dio había visto la camada y marcó a Tango porque era el que más jugaba con un trapito”, recuerda.

Desde el primer momento, José supo que la tarea no sería fácil: “Los perros son nuestros y cuando empezás no podés buscar un perro agresivo. Esta raza, junto al Golden, son los perros más dóciles, los más obedientes. Tenés que tener carácter para que ellos identifiquen quién es la autoridad”.

Tango junto a su adiestrador antes de empezar con el entrenamiento rutinario.

El camino hacia la certificación como perro de búsqueda fue largo y arduo, pero José no se dejó intimidar. Para llegar a operativo le llevó cuatro años. Tango ahora tiene cinco años.

“Cuando son chiquitos, la adiestración se empieza por menos de media hora todos los días porque si no se cansan. Empezás trabajando con una pelota o juguete y muestras de sangre o restos”, detalla José, y subraya la paciencia y la constancia que se necesita en el entrenamiento del can.

La evolución de Tango fue notable a pesar de que José tenía su primera experiencia en el adiestramiento y proceso que demanda llegar a ser un binomio con status operativo.

“En el entrenamiento inicial es menos de media hora. Ya una vez que pasó al intermedio, son más horas de trabajo y acá es cuando se busca que el perro ladre cuando llega a las muestras. Él llega y espera su premio, en el caso de Tango espera su pelotita; es un juego para él”, dice José.

La búsqueda de Loan

Ahora en la búsqueda de Loan, para José y Tango es un nuevo desafío que se presenta en vida activa como bomberos voluntarios.

“Cuando vinimos acá nos dijeron que había víboras, así que lo ando vigilando a cada rato para que no le pase nada porque me muero. Llevo las vacunas y el kit de primeros auxilios para los dos, pero uno nunca sabe qué puede pasar cuando entra al campo”, confiesa José, y agrega: “Somos familia. Yo me puse el objetivo de llegar a lo operativo y salir, por eso no me costó nada y disfruté todo el proceso”.

Capacitaciones constantes para Tango y José. (Gentileza / Bomberos Voluntarios de Porteña)

Un vínculo inquebrantable

José se emociona al hablar de su relación con Tango: “Cada vez que lo veo trabajar me llena de orgullo. No importa cuán cansados estemos, siempre le tengo fe al perro y confío mucho en él”.

Para entender el trabajo de estos héroes caninos, José detalla cómo es la metodología de trabajo que llevan entre ambos y las fuerzas actuales.

“Cuando los perros hacen una marcación, si no se ve mucho, por lo general se pasa con otro perro certificado para verificar el punto caliente que fue marcado, porque puede ocurrir que el perro esté cansado o simplemente haya volado la prueba hasta ese lugar”, explica José.

José Pereyra y Tango una vida juntos al servicio de la sociedad. (Gentileza / Bomberos Voluntarios de Porteña)

Para tener dimensión de la utilidad del olfato animal, según los especialistas, puede ser hasta 200 veces más potente que la de un ser humano.

Un apoyo invaluable

En Córdoba, apenas 20 de los 190 cuarteles de bomberos voluntarios cuentan con perros adiestrados para búsqueda y rescate, lo que resalta el valor y la singularidad de estos equipos.

Desde otra perspectiva

Roberto Schreiner, vocero de la Secretaría de Gestión de Riesgo Climático y también bombero voluntario de Villa Allende, destacó la dedicación de José y otros bomberos en la búsqueda de Loan.

“Mi misión siempre es visibilizar todas las historias que dan la vida como estas”, comentó Schreiner y añadió: “Entre toda la capacitación para ser bomberos voluntarios, pasan horas y horas capacitándose, sumado a su trabajo particular, y los que eligen tener un can, son más horas incluso”.

La conexión entre José y Tango va más allá de lo profesional. “Estos perros son familia para los bomberos, y en estas situaciones de búsqueda, el perro no va solo; siempre va con su adiestrador o dueño”, sostuvo Schreiner, y destacó el profundo vínculo que se forma entre el bombero y su perro.

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