La Voz del Interior @lavozcomar: La dupla Sofía y Alfonso viene con muestra de dibujos, desfile de kimonos y fiesta

La dupla Sofía y Alfonso viene con muestra de dibujos, desfile de kimonos y fiesta

Dejarse polinizar, en un ida y vuelta que también permite afectar al otro. Con esa idea en mente, Sofía Bergallo y Alfonso Barbieri se pusieron a mover las manos según la dinámica del “cadáver exquisito”. Ella dibujaba de día, con acuarelas. Por la noche, utilizando tinta china, él continuaba lo que veía, o arrancaba para otro lado.

En plena pandemia, ese juego fue el germen de la transformación del dúo musical Sofía y Alfonso en una dupla creativa que derivó hacia un cruce muy singular entre arte y moda. Decidieron que los dibujos fueran los motivos para estampar en una línea de kimonos, prenda tradicional de Japón, un país por el que ambos sienten fascinación.

Kimono con el diseño

Actualmente, la colección está conformada por tres modelos: uno corto de microfibra plana, uno largo de la misma tela y una muy reciente línea de Otoño-Invierno, de ketten, kimonos forrados internamente y con botones en el frente. Todos los modelos tienen bolsillos, y hay más de 80 diseños unisex disponibles.

Lo que empezó como un juego se transformó en un boom. No sólo por la cantidad de pedidos que empezaron a recibir a través del perfil de Instagram (@sofiayalfonso). Las prendas fueron elegidas (y tuvieron su correspondiente promoción), entre muchos otros y otras, por Dolores Fonzi y Cecilia Roth para lucir en eventos.

Sofía y Alfonso grabaron el disco

Artistas multifacéticos, Sofía y Alfonso comparten vida, amor y trabajo en una casa – taller – atelier en Munro, provincia de Buenos Aires. En 2023 alcanzaron una especie de clímax. Concretaron un anhelado viaje a Japón para exponer las obras originales y los diseños. Pero la gira mágica y maravillosa recién empieza.

El próximo sábado 20 de julio harán una parada en la ciudad de Córdoba con un evento que incluye la exposición de obras en papel, desfile de kimonos y fiesta. La cita es a partir de las 20 en el Sindicato de Maravillas (Libertad 326).

Música, moda, fantasía

–¿De qué manera se disparó esta aventura de trabajar juntos? ¿Fue una válvula de escape al encierro pandémico por la vía de la creación?

–A.B: Definitivamente, la sensación de apocalipsis en el 2020 nos estimuló para hacer cosas como “dúo/equipo” e imaginar que dejábamos obra para extraterrestres curiosos. Una pareja creativa en estado de amor, dramatismo y humor, que son temáticas que nos gustan a ambos. Mientras grabábamos nuestro primer disco del dúo Sofía y Alfonso, Absolutos Principiantes, comenzamos el juego de hacer un cadáver exquisito pictórico. En un mes teníamos 200 obras e hicimos un libro con la editorial Coney Island, que se agotó rápido.

–S.B: Siempre nos unió el gusto por la música, el cine y la moda. Fue por eso que este dúo tuvo sus inicios con la música. Respecto a la moda, cada uno venía haciendo su camino. Yo, diseñando y confeccionando mi propia ropa y con la idea fija de hacer un proyecto de kimonos en algún momento. Con Alfonso, esa idea se materializó, de un modo que no me esperaba y que fue, de por sí, bastante superador, porque se dio estampando las obras que habíamos hecho, en su gran mayoría, en pandemia. Crear obras al estilo cadáver exquisito fue una propuesta de Alfon. Sin dudas, fue una invitación amorosa para abstraerse de la realidad que estábamos viviendo.

Uno de los diseños en acuarela y tinta china para kimonos que realizan a cuatro manos Sofía y Alfonso.

–¿Qué les aporta la estrategia del cadáver exquisito? Es un procedimiento que, en algún sentido, implica ceder el control total sobre la obra…

–A.B: Estábamos cediendo el control de muchas cosas como humanidad en ese momento. Por dentro y por fuera. Cactus y almohadas. Por algo salió el juego surrealista de confianza y sorpresa. Perder el control de la totalidad, quizás como un pequeño espejo de lo que veíamos y sentíamos. La única estrategia era sobrevivir. Como, en algún punto, desde otra perspectiva, lo es ahora también…

–S.B: Más que ceder el control, ¡diría perderlo! Es un gran ejercicio. Lo recomiendo. Debo admitir que varias veces traté de direccionar (por no decir manipular) la intervención de Alfonso. Hacer una mancha o figura que casi obligadamente lo llevara a él a hacer el dibujo que yo esperaba. Nunca pasó. Creo que es también por eso que, en algunos casos, yo devine más figurativa en algunas obras. Hay un ejemplo muy gracioso de una acuarela que pinté. Hice un pulpo entre unas algas en el fondo del mar. Al día siguiente, veo la intervención de Alfonso: había dado vuelta la imagen, dibujando una figura vegetal antropomorfa tomando un ascensor con una regadera goteando al lado. ¡Nunca vio el pulpo! Ese abanico de posibilidades nos divierte mucho.

–¿Se sorprenden con lo que ven cuando una pieza está terminada?

–A.B: El motor es la sorpresa. Cuando al cactus lo usás para apoyar la cabeza, dormir y soñar. El chiste es acordarse del sueño al día siguiente y tener quien lo escuche para poder inventar cosas. Metodología que aún usamos. Nos sacamos algunas espinas e ideamos. Esa situación nos encontró saliendo de pozos muy profundos en esas épocas. Encontrarme con las acuarelas de Sofía e intervenirlas con mis tintas es un ejercicio sanador y de conocimiento íntimo.

–S.B: Siempre me sorprendo con el resultado final de la obra, y me parece muy interesante entender qué interpreta Alfonso de esa mancha y hacia qué rumbo lo lleva.

–¿Les resulta de alguna manera “natural” que el hecho de compartir la vida haya derivado en esta labor a cuatro manos?

–A.B: En mi caso, sí. Valoro mucho el trabajo que rompe verticalidades. El equipo artístico por sobre los egos y jerarquías. Sin duda, esto no quita problemáticas, sin embargo genera otro tipo de tensiones que me parecen muy desafiantes.

–S.B: De alguna manera estas cuatro manos se complementan muy bien, ya que hay cuestiones que yo delego, y confío plenamente en la visión de Alfonso. Y viceversa. Hay una división natural de tareas que cada uno sabe hacer muy bien. Por supuesto, no fue todo tan armónico como lo decimos ahora. Fue con muchísimo aprendizaje en el medio, y seguimos aprendiendo.

Una guarida de resistencia

–¿Por qué eligieron llevar las obras a una prenda tan particular como el kimono?

–A.B: ¡Preguntale a Walter Benjamin! Jajaja!!! Primero fueron remeras estampadas. Después, pañuelos. Les fue muy bien. En 2021 queríamos una prenda donde poder diseñar y estampar todas las partes con nuestras obras más en detalle. La idea del kimono venía dando vueltas hacía rato en Sofía. Años antes, 2017/2018, Sofía me decía que con mi obra plástica tenía que hacer kimonos. En ese momento yo estaba haciendo remeras y chalinas con una serie de collages de 1993, y Sofía tenía su marca de bikinis.

–S.B: En 2018 comencé a estudiar corte y confección en “La Jungla”. En todas las clases confeccionábamos las prendas que cada unx quería. Todas mis telas siempre terminaban siendo kimonos. Cortos, largos, con variaciones en los tipos de cuellos y mangas. Cuando empezamos a estampar nuestras obras sobre remeras, Alfonso me decía: “Necesito que toda la prenda esté estampada”, pero no lo imaginábamos sobre remeras. Ahí fue cuando le volví a proponer que viéramos todas las molderías que tenía de kimonos y que hiciéramos la prueba en el que más nos gustara. Un molde que no diferencie géneros. Una prenda versátil para distintas ocasiones de uso. Formal e informal. Nos pareció interesante, de alguna manera, jugar a romper la tradición japonesa, en la que cada tipo de kimono y accesorio tiene un significado. Una simbología. Somos grandes admiradores de la cultura japonesa.

Kimono con el motivo

–El cruce entre arte y moda tiene una historia. Un ejemplo que viene rápidamente es el de Vivienne Westwood, en los orígenes del punk. ¿Se sienten parte de una tradición? ¿Buscan incrustarla en el contexto contemporáneo y local?

–A.B: La historia de la vestimenta humana es algo que también nos fascina. Sobre todo en relación a la música, el cine y el teatro. Desde la austeridad en negro sado/minimalista de The Velvet Underground, pasando por la variedad performática de Bowie con el Kabuki y el Noh japoneses, el cuadriculado multiracial de The Specials, el Camp, el art rock de The Residents, los trajes de La Mona Jiménez, el kitsch de Almodóvar, hasta el bigote de Charly. Obvio que Batato Barea, Urdapilleta y Tortonese. Los diseños serigrafiados del bajista de The Clash. ¡Y cómo se vestían Las Viudas e Hijas o Los Twist! Y muchos más. Pero nos llena de orgullo que el famoso “Do it yourself” del punk se transforme desde Sofía y Alfonso en algo novedoso. También, que se mueva por todos lados (se viene expo en el Museo del Traje de Buenos Aires en agosto, y muestras en Europa para 2025) en un contexto tan cruel y dañino del país, desde esa pequeña idea que surgió en pandemia, nos resulta un espacio valioso. Estamos muy agradecidos. Sigue siendo nuestra guarida de resistencia.

–S.B: Nos viene pasando algo que nos saca una sonrisa de oreja a oreja y nos llena de orgullo y ganas de seguir, y es que nos escribe gente a nuestro Instagram contándonos que conocieron a otra persona en una fiesta, en el subte o en la calle, porque llevaba un kimono Sofia&Alfonso y terminaron conversando. Hay bandas musicales, DJs, astrólogxs, actrices y actores que usan nuestros kimonos como vestuario/armadura. De alguna manera, sí sentimos que se está generando una identidad, con su simbología. Una tradición que nace y se expande. ¡Nos encanta!

–¿Cómo fue la experiencia de viajar a Japón? ¿Cómo recibieron allá este trabajo?

–A.B: Con Boojil, una amiga japonesa, artista y dueña de la galería Okappachan de Tokyo, veníamos desde 2013 diciendo de hacer intercambio de exposiciones con mis obras y las de ella (una acuarelista extraordinaria). Por distintas razones no se concretaron las muestras. Dieza años después, ya con el proyecto Sofía y Alfonso, pudimos viajar y fue un mega súper flash enriquecedor. También expusimos obras y kimonos en otra galería gigante del centro de Tokyo que se llama Design Festa Gallery. Fue alucinante la respuesta, el respeto y el humor con los que tomaron nuestras intervenciones en su vestimenta más tradicional. Nuestros kimonos siguen en la tienda de Okappachan. Japón es hermoso e hicimos unos cuantos amigos artistas y diseñadores. Vamos a volver.

S.B: Fue maravilloso y enriquecedor. Apenas volvimos, decidimos hacer una nueva edición de kimonos basados en nuestras vivencias allá. Hicimos 10 obras nuevas y las estampamos. “Los Cuervos de Kyoto”, “Sol Naciente”, “EsCultura contra Demonios”, “Los Gallos de Shikoku” y “Los Ríos de Osaka” son algunos de ellos.

–¿Qué tienen preparado para Córdoba?

A.B: Con Luciano Delprato hace rato que queríamos hacer la expo/desfile en el Sindicato de Maravillas. Vamos a exponer 50 obras originales, y actorxs, musicxs y amigxs mostrarán en el desfile unos 60 diseños de kimonos con la coreografía de Marina Sarmiento, presentados por Jorge Monteagudo como maestro de ceremonias. Será una reunión de trabajo y celebración con amigxs de hace muchos años que culminará con una super fiesta musicalizada por Tebi Tazzioli (D.j. Volumen). Las obras y los kimonos estarán a la venta. La barra brillará para el deleite de todxs y la entrada es libre y gratuita. ¡La mejor y original celebración para el día de los amigxs en años!

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