La Voz del Interior @lavozcomar: La crisis de Nissan no contagia al resto de las terminales en Córdoba

La crisis de Nissan no contagia al resto de las terminales en Córdoba

Aquella ceremonia en la planta de Santa Isabel –el 22 de diciembre de 2017– fue intensa en misticismo. El gobernador Juan Schiaretti y el por entonces director General de Nissan, Diego Vignatti, dibujaron con paciencia un ojo en el Daruma.

Se trata de una figura de tradición budista, redonda, llamativa, a la cual se le atribuye el poder de cumplir deseos, de fundar situaciones. El día que el segundo ojo se pintara, quedaría expresado que el proyecto estaba totalmente completado.

Ello ocurrió un año después, tras una inversión de U$S 600 millones que implicó también la puesta en marcha del proyecto de Renault, para ensamblar la camioneta Alaskan. Una tercera iniciativa en ese plan, un modelo de alta gama para Mercedes Benz, nunca se concretó por decisión de la automotriz alemana.

Las cosas iban en general bien, en un terreno donde hay productos con liderazgos indiscutidos. En 2022, Nissan lanzó un nuevo modelo que, con más y menos, exportó exitosamente. En cinco años produjo 100 mil unidades y alcanzó un 15% de participación en el segmento. Pero, por motivos propios y ajenos, la producción comenzó a decrecer.

Según fuentes del autopartismo cordobés, en 2023 ensambló 34.000 unidades, al año siguiente 17.500 y para este año prevé 12.000. Todas las alertas sonaron cuando la empresa confirmó a fuentes sindicales que el ritmo caería drásticamente y que el 31 de diciembre, concluiría el contrato que tiene con Renault.

Nunca trabajaron los 1.500 operarios anunciados originalmente, pero sí hay 200 hombres y mujeres en esa plataforma. El Sindicado de Mecánicos de Córdoba (Smata), que accedió a múltiples flexibilizaciones para poder asegurar la inversión, teme ahora por esos puestos y este lunes dará a conocer su versión sobre el destino final de Nissan en Córdoba.

Es que la semana pasada la planta no funcionó bajo el argumento de que había inconvenientes en la cadena de suministros por un embarque que debía llegar de México. Instantáneamente, su principal proveedor de chasis, Maxion Montich, solicitó la declaración de Procedimiento Preventivo de Crisis ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia.

Esa proveedora cordobesa tiene dos plantas a disposición de la marca japonesa y, según argumenta, no le podrá escapar al achique, algo que en la actividad se considera de rigor: nadie se va a fundir esperando que el proyecto reverdezca. Montich se mantendrá activa mediante el contrato que sostiene con Iveco, cuya producción de camiones está firme.

Hay, por otro lado, una veintena de autopartistas, con unos 1.500 empleados, rezándole al Daruma de Nissan por su futuro. F2J Techplast, Fumiscor, Denso, Lear, Magna y Famma Automotive son las más conocidas.

Si bien Nissan señaló que no ha anunciado “ningún cambio en nuestros planes de producción en Argentina”, en el ambiente autopartista se preanuncian días complicados. “La percepción es que no habrá más plata para la Argentina y todo lo nuevo terminará en su planta de México”, comentan en ese ámbito.

Otros proyectos. Más allá de las dificultades que atraviesa Nissan, otras automotrices radicadas en Córdoba impulsan nuevos proyectos, como el caso de Fiat, por ejemplo.  (La Voz / Archivo)

De inmediato, también se disparó una disputa política. “Pregúntenle a Milei”, respondió un funcionario cuando La Voz quiso saber la opinión del Gobierno de Córdoba sobre la problemática. La Provincia puso mucha plata en Nissan por vía de su tradicional exención tributaria a nuevas inversiones y también obras y servicios. Ahora le reclaman al Gobierno nacional por algo ya conocido: “La falta absoluta de un plan productivo”, expresan en el Panal.

Ahí, en esa objeción, se mezcla el diseño de un programa económico basado en lo financiero y el desapego a cualquier incentivo para motorizar la industria. También, las demoras en sacar el cepo cambiario que, entre otras cosas, impide el giro de beneficios al exterior por una cifra que algunos economistas sitúan en los U$S 15.000 millones entre todas las compañías de capital internacional que operan en la Argentina.

Y le endilgan, además a Milei, una mirada ‘noventosa’ que le permitiría, a Nissan dejar de fabricar en Córdoba pero traer las pick-ups desde México, y complementar el resto de su gama con vehículos importados. “Para eso ellos han ido dando pasos, como la eliminación del impuesto país o el impuesto a los autos de alta gama, y el dólar anclado”, reclaman.

Pese a la consulta efectuada por este medio, la Secretaría de Industria y Comercio de la Nación prefirió no responder preguntas.

Es verdad que Nissan afronta, asimismo, dificultades a nivel global. El 18 de diciembre pasado, la revista de negocios Forbes reveló que Honda y Nissan habían iniciado conversaciones para “salvar” a la segunda. Pero esas conversaciones estarían estancadas, afirman los medios de Japón.

El resto, a full

¿Puede la sombra de Nissan proyectarse sobre el resto de la industria automotriz de Córdoba? Si bien el verano es tiempo de paradas técnicas y mantenimiento, todo parece indicar que no.

La propia Renault, partner de la japonesa, tendrá movimientos en Santa Isabel y proyecta para fin de año el fin de serie de su modelo Logan. Pero, a cambio, avanza a paso redoblado en la nueva pick-up compacta que reemplazará a la actual Oroch importada de Brasil.

Por el lado de Stellantis, la dueña de la fábrica de Fiat en Ferreyra, donde se produce el exitoso Cronos, la actividad continúa sin alteraciones significativas y prepara la planta para el inicio de producción en serie de la pick-up Titano que sería presentada en mayo o junio. El desafío es enorme, la compañía aspira a competir con Hilux, Ranger y Amarok.

En la fábrica de camiones Iveco, que en diciembre festejó sus 55 años, son todas buenas. Con mil empleados, en Córdoba fabrica vehículos medianos y extrapesados. Se trata de la familia Tector, con versiones de 9, 11, 15 y 17 toneladas en su variante diésel y el Tector GNC; y la familia Hi (Way, Road y Land), además de chases de bus a GNC.

Finalmente, el Centro Industrial de Volkswagen, sostiene la producción de camiones y buses de los modelos Delivery y Constellation, con la expectativa de llegar a 1300 unidades este año y 2700 a partir de 2026.

Si bien el sistema CKD tiene mucha influencia en la producción, que funcione es un dato alentador, tras los fuertes momentos de inestabilidad y reducción de personal que atravesara esa compañía.

Proyectos en pleno avance

“El sector del transporte en Argentina viene mostrando algunos signos de recuperación, por lo que, en Iveco, iniciamos este 2025 con un ritmo sostenido de producción y con proyecciones de aumento de volúmenes durante el año”.

La frase pertenece a Ricardo Cardozo, presidente de Iveco Group en Argentina, y habla del buen momento que atraviesa la histórica fábrica de camiones.

“El compromiso con la industria local también se refleja en nuestra cadena de valor, trabajando de manera conjunta con una red de proveedores nacionales que contribuyen al desarrollo de nuestra producción”, agregó Cardozo de Iveco.

El ejecutivo destacó la sintonía que existe con el Sindicato de Mecánicos, “apostando al empleo local con un equipo de operarios especializados y una importante circulación diaria de personas en nuestra planta, que en total reúne a cerca de 1.000 trabajadores y colaboradores”, agregó.

Por el lado de Ferreyra, hay un entusiasmo similar. “El plan operativo de este año prevé la producción de 70 mil Cronos”, indicaron fuentes de la empresa. A ello, se sumará el inminente inicio de producción de la pick-up Titano, cuya presentación e inicio de ventas comenzaría a mitad de año (mayo o junio).

En Renault, en tanto, ya comenzó a materializarse la inversión de U$S 350 millones para producir una pick-up de media tonelada de carga, conocida como el reemplazo de la Oroch, aún cuando se trata de un producto totalmente nuevo. Se trata del proyecto “más significativo de su historia”, afirmó en su momento Luiz Fernando Pedrucci, CEO de Renault América Latina.

Claro que la situación de Córdoba no es la de todo el país. Cuando se alza la mirada hacia las terminales repartidas en Santa Fe y Buenos Aires, las conclusiones son dispares. General Motors, en Alvear, lanzó un retiro voluntario para unas 300 personas motivado en la caída de ventas. VW, en Pacheco, complicada con los productos que fabrica, espera un anuncio de inversión que se viene postergando y Toyota, que viene de un retiro voluntario, ya prepara otro.

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