La alta siniestralidad vial se puede revertir
Al menos 36 personas murieron en la provincia de Córdoba en setiembre a causa de choques, caídas, derrapes y otros siniestros viales. Hasta aquí, el segundo mes más trágico del año, después de julio, que terminó con 47 fallecidos por el mismo motivo.
Este diario inició en enero de 2007 un programa de monitoreo de los siniestros viales que ocurren en nuestra provincia y que provocan muertes. Datos policiales y judiciales, así como información difundida por la prensa, son chequeados por La Voz y luego son cargados en una base que nos permite hacer el seguimiento de una veintena de variables. Tipo de vehículo; circunstancias del choque; edad y género de las víctimas; lugar, día y hora del siniestro; etcétera. Vale destacar que no incluimos a los heridos y el tipo de sus lesiones, pero sí estamos atentos al fallecimiento posterior de algunos de ellos.
Ese registro histórico nos permite advertir numerosas regularidades sobre las que advertimos en reiteradas ocasiones. Una de ellas es que por lo general las tragedias se desencadenan por exceso de velocidad y la ejecución de maniobras temerarias o imprudencias de todo tipo. En no pocos casos, luego la Justicia comprueba que esos comportamientos estuvieron determinados por el consumo previo de alcohol u otras sustancias tóxicas o que al menos alguno de los conductores implicados estaba usando su teléfono celular mientras manejaba.
En los primeros nueve meses del año, han muerto unas 259 personas por siniestros viales. Las regularidades que podemos señalar en los fallecimientos de septiembre nos demuestran que siguen vigentes numerosos patrones que ya hemos descripto.
Por un lado, la mayoría de los muertos son varones (75%). La participación femenina en los siniestros viales siempre es acotada. Por otro, las franjas etarias donde se acumula la mayor cantidad de víctimas son los adultos jóvenes (14) y los adultos (15).
En cuanto a la alta implicancia de bicicletas y motos que se repite mes a mes, septiembre no fue la excepción: 22 de los 36 fallecidos se trasladaban en estos vehículos. Entre ellos, destacamos que hubo tres muertos por colisiones entre motos y otros tres fallecidos que conducían bicicletas (uno de ellos, en las calles de una pequeña localidad; los otros dos en rutas).
Sobre el tipo de vía en que ocurrieron estos siniestros, nuestro registro indica que 21 personas fallecieron en rutas o autopistas y las otras 15 en calles.
Como hemos afirmado en otras oportunidades, con muy pocos cambios en el comportamiento de los conductores se obtendría otro resultado. Nadie debe conducir si ha consumido alcohol u otras sustancias tóxicas. No se debe usar el celular mientras se maneja. Las normas de tránsito son de carácter obligatorio, no son optativas. Nuestra forma de conducir debe adecuarse siempre y en cualquier circunstancia a esas normas.
Quien transgrede estas premisas tan elementales, es consciente de que está poniendo en riesgo su vida, las de sus eventuales acompañantes y las de terceras personas. Son esas transgresiones las que se traducen luego en muertes. De nosotros depende, entonces, revertir las estadísticas de fallecimientos por siniestralidad vial.
https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/la-alta-siniestralidad-vial-se-puede-revertir/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/la-alta-siniestralidad-vial-se-puede-revertir/