Julieta Cardinali y Vera Spinetta, vienen a Córdoba: “La obra es de una actualidad social y política, total”
Cuatro mujeres se pusieron al hombro un proyecto autogestivo con la idea de “darse un gusto” y de trabajar sobre una obra que las represente.
Julieta Cardinali y Rita Cortese comenzaron en diciembre a gestar la obra No tiene un desgarrón, adaptación del primer acto de Plaza de los héroes de Thomas Bernhard.
Pero en este caso Cortese decidió bajarse del escenario y dirigir por primera vez esta pieza que ya había interpretado muchos años antes y que ahora adaptó junto a Carolina Santos.
Según relata Cardinali, la idea surgió de su amistad con Cortese: “Hacía mucho que queríamos trabajar juntas. Ya habíamos trabajado muchos años atrás cuando nos conocimos y ahora se nos ocurrió pensar en un proyecto que nos interpele, algo que nosotras elijamos”.
Pensaron en hacer unas seis funciones de la obra y el “boca en boca” hizo que tuvieran cuatro meses de cartel y que luego decidieran hacer una gira que ahora las trae a Córdoba, al teatro Real.
“Encontramos esta obra, nos pusimos a ensayar, conseguimos un gran productor, armamos una cooperativa y acá estamos. Fue todo autogestión”, dice Cardinali.
Cuando tuvieron el texto llamaron a Vera Spinetta y hoy dicen que no se equivocaron, que el trabajo con ella es hermoso porque pese a ser la primera vez que se sube al escenario de un teatro, es una gran actriz que está “volcada a aprender”.
La historia relata un momento crucial entre dos mujeres que son amas de llave de un profesor y que, al momento de una muerte, deben repensar su futuro.
Ambas atendieron a La Voz en entrevistas diferentes para hablar de la magia del teatro y de la difícil situación en la ficción.
¿Por qué eligieron esta pieza? Cardinali dice: “Lo que nos impresionó fue la absoluta actualidad que tiene la obra, pese a estar escrita a fines de los ´80. Es de una actualidad social, política, total. Nos interpeló ver cómo es el ciclo de las cosas que van dando vuelta y vuelven por lo general al mismo lugar. Fue movilizante leer la obra y dijimos ‘esto es lo que tenemos ganas de contar’. Queremos contar algo sobre lo que está pasando, algo que tenga que ver con nuestros pensamientos”, dice.
−¿Qué nos pueden contar de sus personajes?
−Cardinali: Son dos amas de llaves. Mi personaje trabaja hace 30 años para el profesor y el de Vera hace 4 o 5 años, ella es una joven que aprende de mi personaje que se llama la señora Zittel. La obra sucede cuando ocurre una tragedia en la familia y ellas están desarmando la casa del profesor. Mi personaje es una desclasada y la otra es alguien con mucha luz, juventud y con ganas de que las barbaridades que dice la señora Zittel puedan cambiarse.
−Spinetta: Estos personajes se encuentran en una situación límite después de una tragedia y tienen que ver cómo seguir con sus vidas a partir de esto que acaba de pasar y que les cambia el rumbo. Es una crisis existencial, no puedo contar mucho, pero mi personaje tiene una mirada que representa la juventud, la inocencia, la esperanza, las ganas de que todo se transforme en algo más luminosos. El personaje de Juli está más ensombrecido. Es linda la combinación. Están en la misma circunstancia pero atravesándolo de manera distinta. Se complementan, se van regulando.
−Es la primera vez que Cortese dirige y es la primera vez que Vera hace teatro…
−Cardinali: ¡Para todas es la primera vez de algo! Yo, es la primera vez que hago un texto clásico en teatro. Las tres estuvimos aprendiendo mucho. Rita es un pez en el agua en el teatro. Es una actriz absolutamente del teatro, que trabajó con los mejores directores y a la hora de dirigir tiene espalda. Haber estado bajo su mirada fue muy tranquilizador. Vera es generosa, intuitiva, es una gran compañera y está muy volcada a aprender, a acompañar. Es un placer trabajar con ella.
−Spinetta: Desde la primera conversación, Rita sabía muy bien lo que quería con esta obra. Ser guiada por ella y su visión de la vida y del teatro, es increíble. Es muy buena, tiene una formación como actriz muy vasta, completa y compleja y trabajó con los mejores. Eso la fue formando con una visón y una experiencia muy rica. Nos transmitió todo su aprendizaje. El proceso de ensayo fue hermoso. Fue muy generosa con lo que proponíamos. Ella lo tomaba, lo probaba. Es muy lúdica y es muy exigente. Hasta que no encontraba lo que quería, no paraba y eso está bueno porque no se conforma con algo poco desarrollado. Por otro lado, trabajar con Julieta es increíble. Es una compañera bárbara, superconectada, muy inteligente, es como una fecha… tiene un norte muy claro y como actriz es exquisita. Fue un proceso superenriquecedor para mí. Era mi primera vez en teatro y al estar rodeada de estas dos mujeres me sentí protegida para tirarme al vacío.
La crisis en la ficción nacional
−Las plataformas han sido una buena fuente de trabajo, pero la crisis en la ficción y el desmantelamiento del Incaa se hace sentir…
−Cardinali: Las plataformas son superbienvenidas, pero la crisis en la ficción también golpeó a las plataformas en nuestro país (…) Acá teníamos ficción de aire en cuatro canales, luego fueron dos, luego uno, y ahora es cero, nada. Ahora con lo que está pasando con el Incaa no se está produciendo cine. Es una industria que está absolutamente castigada y en una crisis muy grande, como el resto del país (…) Es un poco arbitrario el desfinanciamiento del Incaa. Esto no golpea solo a los actores, que también somos personas que necesitan vivir, sino a mucha gente… maquilladores, iluminadores, camarógrafos. Si uno lo piensa en términos globales por supuesto que queremos que el país salga adelante para que todas las industrias puedan salir adelante, ese es mi deseo. No es una industria que generaba pérdida, lo que hicieron fue arbitrario. Y si vos ves que algo no está funcionando, arreglalo si para eso te votó la mayoría, no para que cierres industrias enteras. Lo pienso en todas las industrias, no solo en esta. Acá hay un ensañamiento. Eso entristece y asusta.
−Spinetta: Estoy en la misma situación que el resto. Yo venia trabajando un montón y este año fue durísimo en ese sentido. Hay muy poco trabajo, poca ficción y sabiendo que soy una privilegiada que puede trabajar de lo que ama. Teniendo eso en cuenta, nos está golpeando a todos de la misma forma igual que a la gente que trabaja de otra cosa, está muy complicado.
−La contratara de esta crisis es que florecieron muchas obras y Buenos Aires hoy es una de las capitales mundiales del teatro. El público se siente convocado y apoya las obras como una forma de seguir en contacto con la ficción…
−Cardinali: Buenos Aires tiene una plaza de teatro enorme y la gente va al teatro. Espero que en Córdoba también nos acompañen. Estuvimos en Rosario y fue emocionante y hermoso. Yo soy un poco cordobesa porque mi madre es cordobesa y toda mi familia vive en Córdoba. Para mí es volver a casa.
−Spinetta: Tenemos un teatro muy fuerte, es uno de los más fuertes del mundo. Eso es fáctico. Hay muy buenas propuestas. Los actores y los directores estamos yendo ahí porque es un espacio para seguir entrenando. Trabajamos con nuestros cuerpos y emociones y en cuanto te apartás de eso, se oxida, como todo instrumento. Es a través de la práctica que uno va expandiéndose. Para los actores es fundamental entrenar, si no hacés teatro, hacer clases, seminarios. Ahora más que nunca, a nivel político, social y cultural, está bueno darle mucha bola a eso. El teatro siempre convoca a las personas a pensar, a reunirse, de la manera que sea (…) es un arte que no va a morir porque es esencial. Está buenísimo volver ahí (…) El teatro es un arma de comunicación, de pensamiento. Cumple un rol fundamental en la cultura del nuestras vidas.
Actrices versátiles de cine y series
Tanto Cardinali como Spinetta han ido forjando una carrera a base de papeles diversos y desafíos de todo tipo, sobre todo en cine y en series.
Desde ser Claudia Villafañe en Maradona sueño bendito, hasta papeles como los de Romancero, o El Reino, Julieta ha probado diferentes registros de actuación.
Y ahora reflexiona: “Esto es lo que me gusta de mi profesión, poder hacer cosas que impliquen un desafío, es lo más lindo. Para esta obra estuvimos cuatro meses ensayando. Para Claudia estuvimos como siete meses. Preparar un personaje es lo que más me gusta”.
En otro momento de la charla, Cardinali asegura que ella también es una privilegiada que, pese a todo, trabaja mucho. “Trabajo desde muy chica, desde los 14 años. Ahora el 14 de noviembre por Flow se va a estrenar una serie que se llama Un león en el bosque que hicimos a mediados de año que cuenta la historia de una familia que se va a vivir a Pinamar porque tienen un hijo con autismo al que le gusta la naturaleza”.
Sobre este nuevo proyecto, la actriz adelanta misteriosa: “Deciden irse ahí para encontrar paz y les pasan muchas cosas contrarias a la paz. Mi personaje es la madre. En la obra actúa Federico D’Elia y Julián Cerati”.
En el mismo sentido, Vera acaba de estrenar una película llamada Bajo naranja protagonizada junto a Sofía Gala del director estadounidense Michael Taylor Jackson.
Sobre ese proyecto dice: “A mí me encanta hacer cine, me divierte un montón. Sobre todo por el trabajo en equipo, me encanta que cada uno cumpla su rol pero todos estén tirando para el mismo lado. Es un trabajo de confianza plena. Se arma una especie de familia temporal de mucha confianza y apoyo”.
Sobre la película, que no fue estrenada aún en Córdoba, Vera cuenta que fue una experimentación colectiva: “Hace como dos años que filmamos. Comenzó siendo un laboratorio expresivo con ideas de Michael, el director. Fue muy divertido el proceso, pero el cine tiene eso de que pasa mucho el tiempo entre que rodás y sale. Y eso hace que te vayas alejando del proyecto”.
Ahí es cuando vale preguntarle qué le pasó cuando se subió al escenario de No tiene un desgarrón, su primera experiencia: “La magia del teatro es lo que sucede ahí por única vez. Cada función es totalmente distinta y cada día es distinto. Uno va con lo que trae de su vida y te subís al escenario y estás en un universo paralelo en el que todo lo que sucede es mágico y real. Es lo más mágico que me pasó a nivel profesional. Es muy potente. Conecté con el deseo primero de mi vida, el de ser actriz. Me pasó ahora de acordarme por qué elegí actuar, por qué elegí jugar de esta manera, porque es un juego muy comprometedor (…) En el cine tenés pocas tomas y tenés que repetir hasta que te salga pero acá en el teatro es lo que es. Es una sola vez, un solo momento. Tenés a la gente ahí reaccionando. Sentís un intercambio real”.
Y sobre girar por el país con este proyecto, la joven actriz dice: “Es hermoso hacer gira. Giré bastante con mi papá (Luis Alberto) cuando cantaba con él. Giré con mi hermano cuando cantaba con él y he hecho alguna fecha a dúo en algunas provincias con temas míos, me encanta poder llevar lo que uno hace a otros lugares. Esta bueno cambiar de espacio, subirse a otro escenario, con otras condiciones, con otra propuesta de luces. Cada teatro es distinto. Es como si se renovaran las energías, pasan otras cosas”.
Cardinali llevaba unos siete años sin hacer teatro y hoy reflexiona sobre eso: “Estaba muy nerviosa, muy ansiosa, fueron muchos ensayos. Es una obra de mucho texto, un texto clásico. Una vez que subí al escenario estaba feliz. Nos fue muy bien, a la gente le gusta mucho. Es una obra no tan larga pero que te deja en shock”.
Para ver “No tiene un desgarrón”
La obra se presentará 15 y 16 de noviembre a las 21, en el teatro Real, San Jerónimo 66, de la Ciudad de Córdoba, con entradas a la venta en boletería del teatro y por Autoentrada.
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