Instituto y el partido que “ganó” la hinchada: la historia del 1 a 0 ante San Martín
Lo único bueno que tienen las rachas negativas es que una maldita tarde se terminan. Entonces, ese hincha que sufrió, que lloró, que puteó, que se calentó, que tuvo días horribles en la semana posteriores a una derrota, una tarde mágicamente vuelve a reír.
Es un segundo, en ese grito de gol, donde todo lo malo se evapora. Donde mira al cielo agradeciendo que este jodido momento se terminó. Ya no existe.
Es apenas un instante, que se extiende unos minutos más, y la victoria llega sobre el final, de manera agónica. Son esos minutos de éxtasis entre el grito de gol y el silbatazo final. Apenas por esos momentos, el fútbol es el fútbol. Y se disfruta y sufre en partes iguales.
Ayer, Instituto cortó una racha negativa de 55 días sin conocer la victoria. Siete partidos horribles. Donde en algunos jugó un poco mejor y empató. Otros no tuvo suerte y los perdió. Y, en los restantes, se vio vapuleado por rivales que terminaron festejando.
La última derrota, el 4-1 ante Lanús, amagó con tirar toda la estantería abajo. El DT Pedro Troglio estaba en la cuerda floja. Obviamente, el hincha estaba caliente con la campaña. Muy.
En ese contexto, Instituto empataba 0 a 0 ante San Martín de San Juan por la fecha 11 del Torneo Apertura 2025 y el partido iba irremediablemente a eso: un cierre negro, con puteadas y renuncias sobre la mesa.
Pero el Instituto de los milagros lo hizo de nuevo. Cuando el partido se iba y en uno de los últimos córners de un equipo que no podía ni arrimar peligro, el zaguero Nicolás Zalazar saltó con alma y vida, intentando cambiar todo lo malo por algo bueno.
Y su frentazo se metió contra un palo del muy buen arquero Borgogno, que ya era figura. La explosión fue rabiosa. Entre lágrimas, insultos al aire y abrazos con desconocidos, todo Instituto gritó un gol que se hizo esperar muchísimo. Que el club entero necesitaba como el agua.
Los tres puntos le permitieron llegar a las 11 unidades en la Zona B y meterse nuevamente, aunque sea por unas horas, en zona de clasificación. También le dan algo de aire al DT Troglio que sabía que tenía que ganar “sí o sí” para continuar en el cargo.
Por todo eso y más, el triunfo sumó mucho más que tres puntos. Revivió a un equipo que se hundía, cuando estaba al límite, en el precipicio.
Una imagen que explica todo
Esto sucedió en la previa del partido, cuando el cotejo todavía no había comenzado. Un par de plateístas insultaron al mánager Federico Bessone, que se calentó y subió unos escalones para intercambiar palabras en un tenso momento. No pasó a mayores, pero pintó la situación del equipo.
Lo que sucedió no reviste demasiada explicación. La Gloria iba a los ponchazos, con una mochila enorme a cuestas, ante un rival que ni se arrimaba a Roffo, con mil limitaciones y un DT recién llegado como “Pipi” Romagnoli. Aún así, Instituto no podía. Erraba goles abajo del arco y se iba al entretiempo 0 a 0. El segundo tiempo pintaba para película de terror. Pero ahí fue cuando el hincha, el genuino hincha de Instituto, empezó a ganar este partido.
Abajo de una garúa que mojaba, empezó a alentar cuando el equipo no podía dar dos pases seguidos.
Y cuando un grupo intentó cantar el famoso “jugadores, la c… de su madre”, el resto del estadio los tapó con un aliento que emocionó.
Entonces, el equipo fue a buscarlo sin muchas luces, pero con la rebeldía de cambiar un momento horrible para todos. Y llegó ese cabezazo final de Zalazar y la explosión generalizada en uno de esos momentos que hacen nacer nuevos hinchas.
Estar ayer en Alta Córdoba en ese momento y ver cantar a la gente con lágrimas en los ojos deja en claro que para ser de Instituto hay que estar enfermo, como reza ese himno albirrojo. Instituto hacía siete partidos que no ganaba. Hasta que una tarde gris volvió a reír.
Fue el partido ante San Martín que ganó la gente.
Lo que viene: Copa y Tucumán
Instituto tendrá una semana movida ya que jugará el jueves, a las 18.45, por los 32avos de Copa Argentina ante Deportivo Madryn, en l acancha de Estudiantes de Caseros.
Luego, el lunes 7, a las 21, visita a Atlético Tucumán por la fecha 12. Anoche, Acevedo, Cordero y Batallini salieron con distintas lesiones. Están en duda.
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