La Voz del Interior @lavozcomar: Inseguridad que no cede

Inseguridad que no cede

Muy cerca del Centro de la ciudad de Córdoba, en un radio muy reducido, los hechos de inseguridad se repiten a diario. Nos referimos a los alrededores de la Plaza de las Américas, uno de los límites de la Ciudad Universitaria, zona densamente poblada y con mucho movimiento de gente.

Tanto los vecinos como los comerciantes están angustiados. Se sienten encerrados en sus domicilios y locales. Unos no viven tranquilos y tienden a no salir de sus departamentos por temor a los robos. Los otros se ven obligados a trabajar a puerta cerrada, y sólo abren a personas conocidas.

Entre todos han armado una red relativamente formal para reclamar ante las autoridades policiales e interactuar con los medios de comunicación. Entre sus acciones, se puede mencionar una pegatina de carteles en la vía pública para señalar “el pasaje de los arrebatos”, un recoveco por donde escapan habitualmente los delincuentes.

Hace unos meses, La Voz reflejó en un par de crónicas la realidad que viven los vecinos de esta zona. Cuando los medios se ocupan del tema, los hechos de inseguridad bajan. Pero al tiempo vuelven a subir. En consecuencia, el grupo de vecinos convocó a este diario una vez más para recorrer el área con ellos.

Entre los testimonios recogidos, podemos destacar el de una mujer que fue encañonada con una pistola a la salida de un supermercado. Hubo gritos, tironeos y amenazas. Un grupo de automovilistas, al comprender lo que estaba ocurriendo, comenzó a tocar la bocina. La mujer fue golpeada y los delincuentes huyeron.

La dueña de un local comercial que, en principio, no nos abrió la puerta nos contó luego que le habían robado dos veces en una semana. En la primera de ellas, un chico la distrajo para que su cómplice pudiera robarle mercadería.

Sobre la calle Santiago Temple, estuvimos con una joven pareja que habita un departamento en un primer piso con balcón. Un par de adolescentes, más un tercer joven con aspecto de tener algunos años más, entraron por el balcón y le llevaron dinero, celulares y tarjetas que luego utilizaron para realizar compras.

Por las cámaras que hay en el lugar, pudieron ver a los intrusos corriendo hacia el famoso pasaje. Las caras de los tres muchachos se repiten en numerosas filmaciones, lo que lleva a otra de las acciones coordinadas por los vecinos: todos los hechos son denunciados en la comisaría, cuando se puede, con aporte de fotografías y de filmaciones. Los damnificados están convencidos de que se trata de la misma banda. A veces, algunos de sus miembros son detenidos. Pero a las pocas horas quedan en libertad.

La Policía reconoce que en la zona se repiten arrebatos y robos con múltiples modalidades. De hecho, una consigna policial vigila el lugar. Pero el reclamo social es inequívoco y racional: es necesaria una mayor presencia policial. No sólo en número, sino también en tiempo.

El lógico deseo es que esa presencia policial actúe de manera preventiva y desanime a los ladrones. Como hemos dicho en otras oportunidades, es responsabilidad del Estado proteger a la ciudadanía.

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