Incendios: no relajar las tareas de prevención
Los incendios forestales en los valles serranos y otras regiones de la provincia de Córdoba quemaron miles de hectáreas durante las últimas semanas. Se vivieron escenas de pánico y de devastación, hasta que llegaron las lluvias típicas de esta época, que lograron extinguir lo que quedaba activo luego del titánico esfuerzo de los bomberos.
Los ansiados chaparrones también contribuyeron en algo a revertir la desoladora postal que presentaban los cauces de ríos y arroyos, muchos de los cuales son tributarios de lagos y embalses de los que se potabiliza el agua que consumimos los cordobeses o la que se utiliza para generar electricidad y para riego agrícola.
Sin embargo, en materia de incendios, sería un error inferir que todo ha concluido y que hay que guardar las mangueras y levantar las guardias hasta nuevo aviso. El calor extremo y los suelos escasos de humedad pueden detonar renovados focos en el momento menos pensado y engrosar así la importante estadística de terrenos quemados.
Los registros nos dicen que unas 100 mil hectáreas de campos y de bosques nativos fueron arrasadas por el fuego en lo que va de 2024. Demasiada destrucción como para no tomar las medidas del caso en bien de proteger lo que va quedando en pie de los preciados ecosistemas y de la biodiversidad.
No hay que declinar las precauciones, tanto en los peligros acechantes de nuevos incendios como en el cuidado del agua en tiempos de crisis hídrica.
En un informe que publicamos días atrás, el director del Plan Provincial de Manejo del Fuego, Martín Degano, coincidió en que, a pesar de las lluvias recientes, el riesgo de incendio no se ha modificado, sobre todo en áreas donde se acumuló material combustible que se enciende ante la primera chispa y en las regiones menos favorecidas por las lluvias.
La Provincia y los municipios comprometidos deben estar en alerta máxima. Y, en lo que atañe al Gobierno nacional, hacer cumplir sin artimañas la ley de emergencia por los incendios en la provincia de Córdoba, sancionada por el Congreso Nacional.
De tal forma, la gestión de Javier Milei debe disponer de una partida de fondos extraordinaria con destino a remediar los estragos, entre los que se priorizan los sufridos por las víctimas indefensas de los incendios, muchas de las cuales perdieron todo.
Lo concreto es que más temprano que tarde pueden registrase eventos incendiarios en las sierras y otras zonas, en un marco de pronósticos que no anuncian elevados milímetros de lluvias en determinados parajes. Un problema por partida doble, si tomamos como indicador la bajante en los reservorios de agua.
La Provincia asegura que se encuentra en atención permanente. Resta el aporte necesario de la comunidad, en orden a evitar encender fogatas en zonas no autorizadas o embarcarse en una quema de pastizales que en cuestión de segundos puede desencadenar siniestros de envergadura.
Aun con tecnologías de combate avanzadas, los incendios forestales causan devastaciones en el mundo. Y, en el mapeo general, la provincia de Córdoba figura entre las zonas con puntos rojos.
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