Ian Debiase: La generación del Cordobazo tenía mucha conciencia de lo colectivo
Ian Debiase, nacido y criado en Buenos Aires, ilustrador e historietista con varios libros rubricados tanto a solas como en colaboración con guionistas, en 2021 se “mandó” a contar en viñetas varios episodios de la emblemática revuelta obrero-estudiantil encendida en Córdoba el 29 de mayo de 1969.
¿Por qué el Cordobazo? Porque es “la insurrección urbana más importante de la segunda mitad del siglo 20 en Latinoamérica –valora Debiase–. Y uno de los mejores ejemplos de organización y mancomunión entre trabajadores y estudiantes, y de toda la sociedad, porque tenían un enemigo en común: la dictadura de Onganía”.
“Y porque aquella generación tenía mucha conciencia de lo colectivo –amplía el autor de la novela gráfica La rebelión–. Entonces todo estaba puesto al servicio de esa solidaridad. No fue solamente una expresión de rebeldía, sino también una muestra muy clara de que el pueblo era consciente de sí mismo y de lo que quería para sí; y de que estaba dispuesto a pelear la calle para obtenerlo”.
“Si encima a eso le agregás que las estrategias y los modos que se usaron denotan una altísima preparación, inteligencia y gracia, ¿cómo no me van a dar ganas de hacer un libro sobre eso?”, remata Ian, también creador de un cómic sobre el Subcomandante Marcos publicado en Grecia y en Hungría.
La belleza de las estrategias
Debiase comenzó a trabajar sobre lo que ocurrió en el mayo cordobés de 55 años atrás mientras escribía otro proyecto que incluiría un flashback ambientado en el Cordobazo. “Siempre me atrajo el ingenio con que se planificó y se llevó adelante la protesta –aclara–. Pero cuando empecé a documentarme con bibliografía, documentales, crónicas…, fui conociendo en detalle las estrategias que hacen del Cordobazo algo único y le agregan belleza. Y me fascinó tanto que preferí hablar directa y enteramente de él”.
En 2022, el historietista porteño hizo el primero de cuatro viajes a Córdoba, alrededor de un mes de estadía en total, para complementar y profundizar su investigación documental entrevistando a personas vinculadas con el suceso. Primero, conversó con la historiadora Mónica Gordillo para ahondar sobre datos que “en distintos libros o crónicas se contradicen”. Después lo hizo directamente con protagonistas del Cordobazo –como Lucio Garzón Maceda, Cristina Salvarezza, Soledad García Quiroga, Juan Villa e Isabel Guzmán– y con familiares de Elpidio Torres, Agustín Tosco y Atilio López.
“También recorrí los lugares y visité archivos”, agrega Ian. Y sobre lo que sintió al caminar las calles donde pasó todo aquello que había indagado, dice: “Es movilizante. Dos momentos memorables: cuando con Villa recorrimos juntos el camino que hizo con su columna saliendo de (la fábrica de motores) Perkins; y cuando con Salvarezza recorrimos los locales de la avenida Colón para encontrar la casa de sepelios donde ella y sus compañeros se escondieron de la Policía”. En ese ocultamiento salvador se centra “Los servicios funerarios”, uno de los 11 capítulos que componen el volumen de 144 páginas publicado por el sello Hotel de las Ideas.
Construcción colectiva
“La estructura en episodios no fue algo que pensé desde el principio; fue saliendo –transparenta Debiase–. Lo que tenía claro es que algunos hechos puntuales, como el incendio de un banco, la recolección de gatos, la elaboración de folletos y el corte de luz fueran centrales. Eso me hizo pensar en tener muchos protagonistas y encaré para el lado de historias autoconclusivas”.
El escritor-dibujante notó durante el proceso creativo que esa forma de mosaico “ayudaba a la sensación de pluralidad”, lo que favoreció para representar el espíritu del evento conmemorado. “Porque, si bien tuvo la admirable dirección de Torres, Tosco y López, el Cordobazo fue una construcción colectiva y diversa. Entonces no hubiese podido contar todo lo que quería contar desde un único punto de vista”, agrega.
Aunque basadas en vivencias reales y respaldadas en el esmerado trabajo de pesquisa, las pequeñas grandes historias de ese momento bisagra de la Historia argentina que Ian Debiase relató mediante el lenguaje de la historieta “son ficciones”, como él subraya.
“Traté de hacer equilibrio entre dos pilares: las estrategias y la emoción. El ingrediente que no hay que perder de vista en una ficción es la emoción, porque estás creando una realidad sensible que incluye la imaginación, no solo un enunciado de los hechos. Entonces traté de que el libro también expresara las distintas emociones que componen el Cordobazo”, dice.
El espacio más apropiado
Coherentemente, aunque La rebelión se editó desde Buenos Aires, será presentado en Córdoba antes que en cualquier parte; y en dos días sucesivos. Primero, el mismísimo miércoles 29 de mayo, a las 18, en el espacio más apropiado: el museo Casa Histórica CGT (Vélez Sarsfield 137).
“Presentar esta obra ahí tiene un valor simbólico enorme y es un honor para mí –destaca el artista–. Te diría que ahí se ‘planificó’ el Cordobazo. Si bien en ese momento la CGT estaba dividida y había otra sede, la CGT de los Argentinos, de Ongaro y Tosco, la invitación a los demás sectores se realizó desde Vélez Sársfield, donde estaba Elpidio Torres, secretario general de Smata, que fue el gremio principal y pilar fundamental de la sublevación”.
Al día siguiente de su presentación en la emblemática institución sindical, esta historieta de ficción histórica que contó con el apoyo de una Beca Fondo Nacional de las Artes para su finalización se presentará en la comiquería Crossover (General Paz 174, local 5). Esto será a las 19 del jueves 30. A esa hora de esa fecha, hace cinco décadas y media, algunas barricadas dispersas, montadas por obreros mecánicos y apoyadas por vecinos, todavía se mantenían como focos de resistencia a la represión de un gobierno dictatorial.
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