La Voz del Interior @lavozcomar: Gracias, Pérez, la importancia de la salud bucal

Gracias, Pérez, la importancia de la salud bucal

Alrededor de los 6 años de edad –meses más, meses menos– chicos y chicas inician el recambio de sus dientes caducos por los permanentes.

Las grandes ventanas que aparecen en sus sonrisas distinguen a los, hasta hace poco, infantes de “salita naranja” (o del color que sea) de quienes son novatos alumnos de primaria.

Esta transición ofrece una excelente oportunidad para evaluar tanto hábitos alimentarios como higiénicos, con la inestimable ayuda de renovar mitos como el del ratón Pérez o personajes sucedáneos.

Porque Pérez no es el único ni el primero.

Ya la cultura vikinga asociaba los dientes infantiles con la buena suerte en batalla, donde se acostumbraba a intercambiarlos por monedas, para engarzarlos en collares que lucirían en combate.

Una creencia menos amable recorría la Baja Edad Media: las brujas buscaban apoderarse del alma de los niños atrapando dientes. Por eso, apenas caían, las familias evitaban hechizos enterrándolos.

En la actualidad, la anglosajona Hada de los Dientes disputa protagonismo con el ratón, aun cuando los documentos acerca de Pérez son apabullantes.

Calle Arenal 8, Madrid. Una placa en la puerta indica: “Aquí vivía, dentro de una caja de galletas en la confitería Prast, el ratón Pérez según el cuento que el padre Coloma escribió para el rey niño Alfonso XIII”.

Clara prueba de la existencia del personaje; al menos desde 1894, fecha en que el jesuita Luis Coloma Roldán escribió la historia a pedido de María Cristina de Habsburgo, madre regente de España, y destinada a su hijo Alfonso XIII, rey desde la cuna, aunque asumió personalmente la Corona al cumplir sus 16 años.

La muerte de Alfonso XII mientras su esposa estaba embarazada condicionó una crianza complaciente del sucesor: la mejor comida, los mejores maestros y las sábanas más suaves para el pequeño monarca; y, por supuesto, cuentos personalizados.

Uno de esos relatos surgió al perder el niño su primer diente de leche. Ubicaba al rey junto al ratón en un viaje por el territorio español. Dejarían una moneda de oro bajo la almohada a cambio de cada diente perdido.

De algún modo, Coloma profetizaba la sabiduría de Alfonso si, de pequeño, lograba acercarse al pueblo. El valor testimonial del cuento es adorable, aunque algunas personas suelen dudar de ciertos datos acerca del roedor.

Como quienes aseguran que su domicilio es la estación Banco de España del Metro de Madrid, dato sólo explicable por razones estratégicas: acceder a la sede del Banco a través de las redes subterráneas y así financiar su actividad.

Frágil hipótesis, ya que en 1894 no existía el Metro. Sería el mismo Alfonso XIII quien inaugurase la primera línea en 1919.

Más aún: las galletas Huntley (en cuya caja vivía Pérez) eran las favoritas de Alfonso, sólo comercializadas en la confitería Prast, ¡en la calle Arenal 8!

Pero volvamos a la salud bucal.

Para prevenir enfermedades, los adultos repiten sentencias: consumir poco azúcar, mucha fibra y realizar una higiene adecuada dos a tres veces al día con cepillos de cabeza pequeña y cerdas suaves. Cambiarlos cada tres meses o cuando estén demasiado destruidos.

Es posible adivinar quién logrará una limpieza autónoma (capacidad psicomotriz) al observar si ya escribe en cursiva o si aprendió a atarse los cordones solo/a.

Muchos chicos escuchan con atención, pero luego se olvidan de esas normas; aunque nunca de los personajes de fantasía.

Por ello importa Pérez, también el Hada y hasta la buena suerte en batallas, para construir una buena salud bucal con elementos impensados como la ilusión.

* Médico

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