La Voz del Interior @lavozcomar: Gestión económica de Milei: por ahora, todo está atado con alambre

Gestión económica de Milei: por ahora, todo está atado con alambre

Una incógnita atraviesa de modo transversal a todos los sectores del país. Economistas, empresarios, sindicatos, dirigentes políticos, buena parte de la sociedad y los mercados de capitales se preguntan si este Gobierno nos lleva por un camino que resolverá los problemas y las expectativas de la sociedad argentina o si todo el esfuerzo y el sacrificio que se está realizando va a terminar en un nuevo fracaso.

Fracaso que podría abrir el camino a propuestas que generan una desconfianza aun mayor. Fracaso que podría conducirnos de nuevo al lamentable camino que nos trajo hasta acá.

Pero un análisis de la realidad despojado de fanatismos y de anteojeras ideológicas permite advertir que quizá haya razones suficientes para afirmar que, por ahora, parece que todo sigue atado con alambre.

Señales de alerta

El equilibrio fiscal como ancla está llegando a un límite, en la medida en que gran parte de lo logrado fue producto de la fuerte devaluación inicial; del no pago de la deuda del Estado, cuando no su aumento; de la paralización de la obra pública; del aumento del impuesto Pais, y de una licuación feroz de los ingresos de la población. Cuestiones estas que difícilmente puedan sostenerse.

La política de regulaciones cambiarias impuestas al dólar oficial y a los financieros, y un tipo de cambio real que se viene apreciando a ritmo acelerado desde la devaluación de diciembre, han puesto un freno al ingreso de divisas por parte del Banco Central en un período del año que, por estacionalidad, el ritmo de compra debería ubicarse mucho más alto.

Esto genera preocupación, si se tiene en cuenta que el Gobierno debe enfrentar la normalización de los pagos de importaciones e importantes vencimientos de deuda en moneda extranjera –unos U$S 4.500 millones en las próximas semanas– correspondientes a vencimientos con bonistas, con el FMI y otros organismos internacionales y a las primeras cuotas de los Bopreal, en momentos en que el mercado internacional de crédito está cerrado por un riesgo país que se resiste a bajar y por la inexistencia de reservas netas.

Infografía: Compras del BCRA

Sebastián Vargas, economista jefe de Barclays, describe que “devaluar con cepo es meramente comprar tiempo para llegar a algún lugar que no sabemos bien cuál es”. En Argentina, “siempre estamos esperando la próxima cosecha, el próximo desembolso de algún tipo, colchoncitos de liquidez que nos permitan comprar tiempo mientras el tipo de cambio se vuelve a apreciar”.

Parece que la política económica del Gobierno ha quedado encerrada en un laberinto del que resulta difícil salir. No abrir el cepo cambiario impide una recuperación económica genuina, y abrirlo puede tener consecuencias impredecibles.

La disminución de la inflación también parece haber llegado a un límite, en la medida en que ha sido en parte producto de una gigantesca recesión que no puede seguir profundizándose, de un manejo arbitrario de las tarifas de los servicios y del transporte, y de otros precios, como los de las prepagas o el impuesto a los combustibles. Y la tablita cambiaria que se usa como ancla inflacionaria también está mostrando signos de agotamiento.

La concentración de vencimientos de deuda de corto plazo, generada por el traspaso de la deuda del Banco Central al Tesoro, complica el programa financiero y pone en riesgo el proceso de baja de tasas de interés, otra de las banderas del Gobierno.

Economistas de todos los colores políticos, el FMI y algunos analistas de mercado advierten acerca de la falta de previsibilidad respecto del rumbo económico y de las inconsistencias del programa.

Los artilugios financieros y los recursos contables que pueden haber sido útiles en una primera etapa para generar expectativas se van agotando frente al avance de la realidad.

Futuro incierto

El Gobierno confía en que el “innegociable” equilibrio fiscal, el régimen de grandes inversiones (Rigi), las privatizaciones y las desregulaciones serán suficientes para atraer las inversiones y los dólares necesarios para salir del cepo y emprender un camino de crecimiento. Me permito dudar.

Argentina únicamente será viable el día que el ahorro de los argentinos y de los inversores permanezca en el sistema argentino, producto de la confianza y la previsibilidad que sus instituciones sean capaces de ofrecer, y de los incentivos y los estímulos adecuados que el país sea capaz de generar.

No suelo hacer predicciones. Sólo he intentado describir la foto actual. Y esa foto no permite ningún optimismo desmedido. Lo constatable hoy es que la verdadera ancla del Gobierno no es su política económica, sino el apoyo social de medio país que no quiere volver al camino que nos trajo hasta acá.

* Licenciada en Administración

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