Gastón Cocchiarale, un comediante en pleno ascenso: Pasé de tener a Francella de ídolo a compañero
Con perfil de laburante arduo e inquieto, Gastón Cocchiarale (32) está cimentando una carrera brillante en el mundo de la actuación en Argentina.
En la calle (el mejor termómetro para el público masivo) confiesa que lo reconocen por varias cosas: el chico que los hacía reír en Atav, el que trabajó con Beto Brandoni y Robert De Niro en Nada, el protagonista en varios videos de Bizarrap y, por supuesto, el elegido por Guillermo Francella, con quien compartió varios proyectos.
“La gente por suerte es muy amable y muy amorosa con mi trabajo y siempre se acercan a decirme cosas lindas. Ser reconocido por el público si bien no es el objetivo final de ser actor, es parte de ser actor, porque quiere decir que tu trabajo está siendo visto”, dice en diálogo con La Voz.
Ahora justamente vuelve a estar en la palestra por su rol como Miguel, el otrora aprendiz de portero en El encargado. La tercera temporada de la serie creada por Mariano Cohn y Gastón Duprat estrenó ayer dos episodios, con Franchella en otro papel muy celebrado por la audiencia.
“El vuelco que pega la tercera temporada es maravilloso, creo que es la mejor de las tres. Los guiones son bárbaros, desde que los leí hasta que los hicimos, quedé fascinado con el trabajo. Por lo general, cuando las series se extienden, empiezan como a achanchar su barco dramático, ser repetitivas, y la tercera temporada de El encargado le escapa totalmente a eso, se vuelve algo muy interesante”, adelanta Gastón.
Sin entrar en terreno de spoilers, anticipa algo del arco narrativo que va a tener Miguel, que fue creciendo mucho respecto de las dos anteriores. “Mi personaje crece mucho, trabaja codo a codo con el personaje de Eliseo, en un nuevo proyecto que este tiene, esta especie de aplicación de porteros, y él es como el que recauda toda esa información”.
“Es la temporada más política de todas, creería yo, porque se mete mucho con los sindicatos, con lo que tiene que ver con el trabajo informal, con este nuevo mundo de las aplicaciones, y de esta cosa de que no haya intermediarios. Es muy interesante la serie en el sentido bastante sociocultural, y no deja de tener el humor, la profundidad y la picardía que tienen las temporadas anteriores”.
–¿Es la más “Cohn-Duprat” de todas?
–Yo creería que sí, porque hay una mirada muy personal, muy política, y me parece que en ese sentido le sacan el jugo a fondo. Creo que ellos tienen un humor muy ácido, y suelen meterse en lugares muy incómodos, e instalar preguntas sociales que creo que están buenas, por lo menos para debatir y reflexionar. La tercera temporada de El encargado no solo va a entretener, sino que va a generar debate, pensamiento, discusión.
–A nivel elenco, hay un verdadero dream team de muchas figuras. ¿Cómo es salir a tirar paredes con semejantes talentos, además muy eficaces en términos de la comedia ácida, irónica?
–Está buenísimo. Creo que Mariano Cohn y Gastón Duprat han llegado a un lugar en que todos los actores y actrices quieren trabajar con ellos, por el lugar que ocupan en la industria, y por el tipo de ficciones que hacen. Me parece que han reunido un grupo muy lindo para esta tercera temporada y para mí es un placer ser parte. Es un honor desde el día uno que estoy filmando El encargado, que me lo tomé con mucha responsabilidad y con mucha alegría, sobre todo porque bueno, yo llego a la serie porque Guillermo Francella me recomendó. Ir compartiendo con actores como Manuel Vicente, Benjamín Vicuña, Dani Araoz o Claudia Fontán… está bueno que estén en el proyecto porque lo nutren, lo enaltecen, y lo hacen de más calidad todavía.
El mimado por Francella
Como Cocchiarale revela, él pasó de tener como ídolo a Francella a que sea su compañero de trabajo y algo más, porque el actor evidentemente lo valora profesionalmente.
“Mi vínculo con Guillermo comenzó en la película El clan de Pablo Trapero. Yo estaba haciendo el casting y afortunadamente me eligieron para interpretar a ´Maguila´ Puccio. Ahí tuvimos un desayuno/prueba de cámara con Guillermo al día siguiente y fue muy potente para mí, porque yo crecí viendo todas sus películas, sus programas de televisión. Era y es mi ídolo. De pronto me tenía que encontrar con él en la situación de compañero, de colega. Él se ocupó de que sea todo muy ameno, muy agradable, y a partir de ahí pegamos muy buena onda”.
En 2021 lo llamó Gastón Duprat diciéndole que quería que participara en una serie que iban a filmar, llamada El encargado. “‘¿Cuándo es el casting?’, le pregunté. Y él me respondió ‘no, no…, no hay casting, te recomendó Guillermo, él quiere que lo hagas’”, me dijo”.
Tres años más tarde de aquel momento, llegaron a la tercera temporada de una de las series más exitosas de Disney+, que además ya tiene confirmación para una cuarta que se empezará a filmar a fines de 2024 o principios de 2025.
“Estoy muy feliz de lo que Guillermo deposita en mí, de la confianza que tiene en mí y del valor que me da como actor, para mí es un montón”, dice emocionado.
–¿Qué es lo que más le envidiás en el buen sentido de la palabra a Franchella como actor?
–Yo creo que hay un elemento muy clave, que trato de nutrirme de eso y absorberlo como una esponja, que es su rigor de trabajo. Es un tipo muy riguroso con el trabajo, muy obsesivo de la letra, de la puesta de cámara, de los guiones, de los actores que lo acompañan. Creo que por eso también llegó a ser quien es. Se toma el trabajo con mucha seriedad, no boludea, y si bien lo hace con humor y es un compañero muy agradable para trabajar, siempre está por delante el rigor, estar concentrado. Por algo tiene la carrera que tiene.
–Y en ese mismo sentido, ¿qué te dejó tu participación en “Nada” junto a dos también grandes, como Brandoni y ni más ni menos que Robert De Niro?
–Fue muy emocionante. Para mí ya era un honor trabajar con Brandoni, a quien siempre admiré y que respeté, y cuando me enteré que Mariano y Gastón iban a filmar esta serie con él les pedí estar. “Aunque sea denme un bolo, no sé, le sirvo un café a Brandoni, lo que quieran”, les dije. Ellos muy amablemente me dieron un papel un poquito más poderoso que eso. Aprendí un montón, y pegamos muy buena onda con Beto. Después la frutilla del postre que fue compartir un ratito ahí en el set con una una leyenda como Robert de Niro. Te imaginarás que para mí como joven actor que soy, en crecimiento y en proceso, fue algo inolvidable.
–Ahora, ¿De Niro era medio Luis Miguel con esas exigencias de que por ejemplo no hay que mirarlo a los ojos o cosas así?
–No, para nada. Fue un caballero. Es un extranjero, hombre mayor, que está filmando en Argentina 12 horas por día… no tuvimos la oportunidad de tomar un café y charlar, yo no puedo decir qué tipo de persona es, pero se lo vio como un tipo muy profesional, muy caballero, muy amable y predispuesto al trabajo. Gastón y Mariano tienen anécdotas muy lindas con él, de ir a cenar y charlar. Vino a pasarla bien, a disfrutar de Argentina, y a disfrutar de hacer una serie, un hito porque nunca hizo una ficción televisiva en su carrera.
Un hombre del teatro
Gastón se mantiene siempre activo en el circuito teatral porteño, ya sea como actor como director de algunas obras. Además, tiene una escuela de teatro llamada Querer es Crear, donde tiene 180 alumnos.
–¿Sos profesor o estás más como coordinador?
–No, soy profesor, casi todas las clases las doy yo. Tengo una una mano derecha maravillosa que se llama Juli de Moura, que es quien coordina la escuela y quien da el curso de principiantes, y después está Maru Blanco, que también es la que da la actuación frente a cámara, pero en general estoy en todas las clases yo. Le dedico mucho tiempo, es un espacio que respeto y que quiero mucho, sobre todo porque también a mí me nutre desde lo artístico y ni hablar desde lo económico, cuando como actor no tengo laburo, o entro en zonas de inestabilidad laboral. La escuela es fuente de refugio en todo sentido.
–¿Qué te interesa inspirarle a un alumno que acude a tu academia, por dónde lo llevás en esa búsqueda?
–En principio, guiarlos a un lugar de autoconocimiento, porque actuar es autoconocerse y ver qué cosas tiene uno para ofrecerle a los personajes, qué cosas hay que desarrollar de uno mismo para poder actuarlas. Trato de que desarrollen ciertas herramientas de lo humano porque uno hace un oficio del humano, el actor es eso. Y por otro lado, sembrar la semilla de la autogestión: a mí me gusta mucho la producción propia, entablar un vínculo con este oficio desde el punto de vista vocacional y decir, bueno, che… juntémonos cuatro y hagamos una obra de teatro. Ese viejo mandato de tener que esperar que alguien te llame para ser actor no me va.
–¿La comedia es el ámbito donde vos te sentís más a gusto y sacás todo tu potencial?
–La comedia es un género que a mí me parece maravilloso. Me divierte, me gusta, me estimula. Es un género que se ocupa no solo de hacerle pasar un buen momento a la gente y de disfrutar un lindo momento, sino que también la buena comedia, la comedia inteligente como la que hacemos en El encargado, tiene un trasfondo, tiene una búsqueda, un pensamiento, una reflexión, una pregunta. Ese tipo de comedia ácida, áspera, incómoda a mí me gusta. Pero a mí me gusta actuar: si el cuento está bueno, a mí me me divierte. Después si es drama, comedia, terror, es indistinto.
Para ver
Los siete episodios de El encargado se irán subiendo todos los viernes hasta el 23 de agosto. Ya están disponibles los dos primeros, en Disney+.
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