Ferrer, tras ganar en Río Tercero: Hay que reconfigurar el radicalismo, hacer las cosas de manera distinta
El radical Marcos Ferrer (41) fue reelecto intendente de Río Tercero en las elecciones municipales del pasado domingo, por Juntos por el Cambio. Se trata de la séptima ciudad en población de la provincia y la mayor que ponía en juego este año la UCR, que la gobierna desde hace 20.
Ferrer se impuso con el 48,3%, con una ventaja de 21 puntos respecto del segundo, Nicolás Rodríguez, del recién creado partido local Nuevas Ideas. Tercera fuerza fue, como en las anteriores cuatro elecciones locales, el peronismo.
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El triunfo lo posiciona como un referente del radicalismo más allá de los límites de la ciudad: la proyección provincial es inevitable.
Dentro de su partido, se mantiene alineado al sector de Rodrigo de Loredo en la UCR cordobesa y al de Martin Lousteau en el escenario nacional. En la interna nacional reciente, Ferrer apostó por Horacio Rodríguez Larreta, pero ahora enfatiza su apoyo a Patricia Bullrich.
Tras la elección y el festejo, Ferrer dialogó con La Voz.
-¿A qué adjudica el triunfo municipal y por semejante diferencia?
-Fundamentalmente a la gestión. Cuando uno va a la reelección la razón por la cual la gente nos elige es por lo que hemos hecho. Hay una ratificación del rumbo de la ciudad, de la gestión. Seguramente con cosas para corregir, por eso creo que hay que hacer un balance general cuando estemos llegando al final de estos cuatro años. Siempre hay para mejorar. Tenemos que ir, por ejemplo, hacia la posibilidad de concretar un plan de viviendas; eso es un desafío para lo que viene. Pero para eso necesitamos estabilidad económica en el país, sino es muy difícil. Después, renovar el equipo de gobierno. Habrá cambios. Estoy analizando recortar el gabinete, pero no tengo definido aún cómo. Haremos lo necesario en el contexto que viene, que es incierto, de cara al 2024.
-Fue jefe de campaña de Luis Juez para la gobernación y de Rodrigo de Loredo para la Capital, y ambos perdieron. ¿El triunfo local es una especie de revancha?
-No. Para que sea una revancha tiene que ser de la misma envergadura, no es lo mismo una elección provincial, que la de la ciudad.
-Pero la UCR y Juntos por el Cambio de Córdoba festejó el resultado en Río Tercero como un alivio…
-En el contexto en el que estábamos, es un triunfo importante porque de alguna manera había una sensación de que nos resulta difícil ganar este año y sobre todo que les resulta fácil a los otros ganarnos. Esto derriba un poco eso. No es que vamos a ganar o perder por la voluntad de otro, sino que depende mucho de nosotros. Juntos por el Cambio debe avanzar hacia procesos más colectivos, donde todos se sientan parte, donde todos estén contenidos, donde no pase que algunos se sientan representados y otros no cuando se arma un proyecto político. En 2021, con De Loredo y Juez logramos eso en la campaña de diputados y senadores nacionales, que ganamos de manera contundente. No lo pudimos lograr en 2023, pero bueno, fue al final una elección más pareja de lo que venían siendo las elecciones a gobernador. Después, en la ciudad de Córdoba hubo una valoración a la gestión de Martín Llaryora. Igual que la hubo ahora conmigo en Río Tercero.
-¿Cómo ve el escenario de Juntos por el Cambio para lo que sigue, siendo ahora más referente provincial del espacio que hasta días atrás?
-Hay múltiples factores. No hemos sabido construir procesos colectivos donde no vayamos en la búsqueda de un liderazgo mesiánico, sino que nos sentemos todos en una mesa redonda y todos tengamos parte en la discusión, todos seamos parte. Muchas cabezas piensan más que una sola. Después, creo que hay aciertos del otro lado también. No podemos atribuirle todo a desaciertos nuestros. También hay aciertos de los otros. No por casualidad gobiernan desde hace 24 años la provincia de Córdoba. Hay que tener un acto de humildad frente a eso porque es muy común caer en el facilismo de decir que todo lo otro es malo; ese no es un buen diagnóstico para construir algo mejor. Si partís de que lo otro es malo y lo tuyo es bueno, no te permite construir un proyecto político superador. Hay que hacer autocríticas. A mí me tocó en 2019 ganar una elección de manera ajustada. Eso me hizo saber que la forma de gobernar estaba agotada y que tenía que cambiar y construir otro tipo de consenso. Mi primera acción de gobierno fue convocar a todos los candidatos de la oposición a una mesa. Hay que reconfigurar el radicalismo, hacer las cosas de una manera distinta.
-¿Juntos por el Cambio tienen chances de ganar la elección presidencial? ¿Cómo lee el impacto electoral de Milei, que ganó en Río Tercero semanas antes de que usted también ganara?
-Juntos por el Cambio tiene más despliegue territorial que el partido de Milei. Creo que tenemos que hacer un trabajo de docencia para que la gente nos entienda por qué somos la mejor opción para gobernar el país. No quiero decir que será fácil. Nos estamos enfrentando a un fenómeno diferente de la política como es Milei, disrruptivo y comunicacionalmente acertado, por lo cual su mensaje llega. Tenemos que combatir en esa misma trinchera, interpretando bien lo que está pidiendo la gente, buscando las canales para llegar a sectores de poblaciones que no estamos pudiendo llegar con el mensaje. No se trata de que nuestro mensaje no sea mejor. Tendremos que buscar la manera. En su momento la irrupción del PRO en la política modernizó las formas de hacer política. Con Milei está pasando hoy lo mismo. Él es una vuelta de rosca a la política, ha encontrado maneras de imponer su juego. Y ha logrado instalar agenda. Últimamente en Argentina de lo único que se discute es sobre la agenda que impone él. Tenemos que salir de esa trampa para poder hablar de la agenda importante de los argentinos. Hay cuestiones menores que él la instala y dejamos de discutir lo verdaderamente importante, los problemas profundos del país. Para hacer eso, hay que tener profundas convicciones y decir dónde queremos ir. Esa es la tarea más importante de Juntos por el Cambio, tener en claro el norte, no hablar tanto de personas, de personalismos, sino de las ideas para llevar al gobierno.
-¿Cómo es la relación con el gobernador electo Martín Llaryora?
-La relación de gobernabilidad entre ambos será muy buena. Voy a trabajar bien con el gobernador para llevar soluciones a Río Tercero. Como lo hicimos con Schiaretti. También lo haría como intendente gane quien gane a nivel nacional.
-¿Por qué De la Sota y Schiaretti siempre ganaron en Río Tercero pero para el municipio se impone la UCR?
-La gente vota a gobernador para uno y por intendente por cercanía o por otro tipo de cuestiones. También habrá cuestiones organizativas que no funcionan bien. El peronismo tuvo tres gobiernos consecutivos a nivel municipal en su momento; tres mandatos consecutivos no es bueno, hubo un desgaste muy grande. Después, cuando el radicalismo empezó a gobernar lo supo hacer bien y eso le dio continuidad a largo tiempo. Eso siempre está sujeto a revisión: cuando la ciudadanía siente que tiene que cambiar, cambia.
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