La Voz del Interior @lavozcomar: Fernando “Chino” Navarro: Acordamos con Schiaretti, pero el Presidente está primero

Fernando “Chino” Navarro: Acordamos con Schiaretti, pero el Presidente está primero

Fernando “Chino” Navarro tiene un doble rol, que admite le genera muchas críticas. Es funcionario nacional (secretario de Relaciones Parlamentarias e Institucionales de la Jefatura de Gabinete), y junto a Emilio Pérsico, son los máximos referentes del Movimiento Evita, la organización piquetera más grande del país.

El viernes pasado, “el Chino” Navarro vino a Córdoba para participar del congreso de la región centro de su organización, que ayer cerró Pérsico.

El funcionario y dirigente social admite que el doble rol le genera cuestionamientos políticos y señalamientos de organizaciones piqueteras de izquierda, enfrentadas con el Gobierno nacional.

“Siendo muy joven, cuando decidí hacer política, mi madre me dijo: ‘Si te metes en política vas a tirar tu honra a los perros’. No se equivocó. Cuando uno hace política se expone y está siempre bajo una lupa. No me quejó. Nadie me obligó a meterme en la política”, afirmó “el Chino” Navarro, un dirigente al que hasta sus rivales le reconocen ser un hombre de diálogo.

-Siendo un dirigente social, ¿qué análisis hace de acuerdo del Gobierno con el FMI?

-Creo que hay que valorar que por primera vez en la Argentina, un acuerdo con el FMI es aprobado en el congreso. No es para festejar, pero era algo que había que hacer para que no se detenga el crecimiento que se viene produciendo en el país. Es válido que haya disenso en la coalición oficial, pero quedó claro que quién conduce el Gobierno es el presidente de la Nación, que recibió el respaldo de la mayoría de los legisladores del Frente de Todos y también de la oposición. No tengo dudas de que esto marca que hay que seguir construyendo el diálogo y acuerdos para sacar al país de la crisis.

Congreso. Fernando

-¿Está roto el diálogo entre el Presidente y Cristina Fernández?

-Hay tensión, pero no está roto el diálogo entre los distintos integrantes de la coalición gobernante. Cuando Gabriela Cerruti (portavoz del Presidente) dijo que no hubo diálogo se refirió a lo que sucedió el día de los incidentes frente al Congreso, cuando Alberto (Fernández) y Cristina (Kirchner) no hablaron. A mí me consta que hay diálogo entre actores del Gobierno y sectores muy importantes del cristinismo. Se dialoga, más allá de los matices. La obligación de la política es que haya diálogo y acuerdos. Es legítimo que haya diferencias, no nos asusta, pero esas diferencias no pueden estar por encima de los 44 millones de argentinos.

-¿Cree que no habrá rompimiento definitivo en el Frente de Todos?

-No lo creo. Hay tensiones y van a seguir existiendo. Es muy difícil gobernar en este contexto internacional y local, pero esas diferencias no pueden afectar a la gestión. Yo confío en la razonabilidad de todos para el Gobierno siga adelante con su plan. Ahora el Presidente lanzó un programa para combatir la inflación que incluirá a todos los sectores.

-Usted habla de crecimiento, ¿no será un rebote, luego de la cuarentena por la pandemia?

-Con todos los empresarios que uno habla dicen que la economía está creciendo. Y algunos sectores como la metalmecánica, la tecnología del conocimiento o el campo, están volando. Pero sin dudas de que hay sectores que están muy complicados, como la clase media y los sectores más carecientes. Hay trabajadores formales que sus ingresos no alcanzan la canasta básica. Y ni hablar de los informales. Es decir, hay muchos problemas, pero estamos trabajando para atacarlos. No se puede jugar a la pelea interna o al teléfono descompuesto en esta situación. Por ejemplo, los diputados y senadores de Córdoba apoyaron el acuerdo con el FMI. Eso recrea una nueva relación con Córdoba, por este gesto de los cordobeses. Digo Córdoba porque estoy hablando con un medio cordobés, pero la mayoría de las provincias apoyaron este acuerdo. Hay que trabajar y no pelearse. Los políticos debemos tener la responsabilidad, sin subordinar todo a nuestros intereses personales.

-¿Tiene temor de que se complique el clima social?

-Yo siempre tengo temor, porque el país vive una situación difícil en lo económico y en lo social desde hace mucho tiempo. Lo que percibo es que todos los argentinos entienden que la paz social es un bien común que hay que cuidar. Eso no significa que no haya problemas, pero hay que hacer muy cuidadoso en este contexto de crisis. Por la información que tengo, ahora hay menos gente en los comedores populares que durante el momento más duro de la pandemia. Sin dudas de que hay más changas. Te puede gustar más o menos, pero es bueno que el Presidente se ponga al frente del problema de la inflación, que será mediante el diálogo entre todos los sectores. Aunque la mayor responsabilidad será siempre del Gobierno. Hay que terminar con los especuladores y los monopolios para combatir la inflación.

-¿Se recortarán los planes sociales?

-La política social no se alterará en sus recursos e incluso se podrán aumentar si fuera necesario. Además, no habrá reforma jubilatoria ni laboral. Esto es inédito en un acuerdo con el FMI. Estos datos son positivos, pero la realidad es dramática y será un proceso gradual para la recuperación. Hay que fortalecer la política social. No hay clima de estallido social, pero hay que cuidarlo todos los días. También hay que proteger a los trabajadores formales. Es demasiado grave la crisis para creer que a los problemas lo van a resolver sólo los políticos. Todos debemos estar involucrados.

-¿Cuál es el rol de las organizaciones piqueteras?

-En primer lugar, me parece muy positivo la reivindicación que el Presidente hizo de la economía popular. Nosotros queremos salir de los planes sociales y conseguir trabajo genuino. Y la economía popular tiene hoy ocho millones de trabajadores informales. Hay que darle su monotributo, su reconocimiento para que mejore, para que no sea un ingreso sólo para la subsistencia y sea digno. Esto se puede hacer si hay voluntad. Imaginemos que el 30% del presupuesto de obra pública de la Nación, las provincias y los municipios se destine a que sea ejecutada por cooperativas de trabajadores y por pymes de vecinos. Se podrían construir cloacas, pavimento, viviendas, arreglando escuelas. Serían cientos de miles de puestos de trabajo con un presupuesto que ya está previsto. Hay condiciones para generar puestos de trabajo directo, por una decisión del Estado. Y también fomentando el trabajo privado. Eso es clave.

-Las organizaciones piqueteras de izquierda, que son las que se movilizaron en los últimos días, denuncian que hay recortes de partidas sociales para la distribución de alimentos ¿Es así?

-Primero, todo reclamo social es legítimo, sea de la izquierda o de cualquier sector, porque los problemas sociales existen. Segundo, con todo respeto, porque valoro mucho la militancia social, el reclamo se debe desarrollar en paz. Y cuando cortamos calles hay que tener la precaución de dejar sectores liberados para no afectar al resto. No es cierto que haya recortes de fondos sociales. Lo que es verdad es que va menos gente a los comedores populares, que meses atrás. Nosotros estamos de acuerdo con que no haya más planes sociales. Tiene que haber trabajo. El Movimiento Evita es la organización más grande del país y no queremos tener planes sociales, exigimos que haya trabajo. Tampoco nos gusta que mucha gente se alimente en los comedores. Hay que compartir la mesa con la familia, como era décadas atrás. No es bueno hacer una cola para comer en un comedor u olla popular. A nadie le gusta eso. No queremos esa Argentina, pero de eso se sale con trabajo y dialogando para conseguirlo. Más allá de que respeto el derecho a reclamar, la izquierda debe entender que la solución se encuentra dialogando, no enojándose o gritando o cortando las calles. Hay que tener mayor empatía con la gente.

-Usted es funcionario y también dirigente piquetero ¿cómo compatibiliza esos dos roles, que parecen opuestos?

-Nosotros queremos ser parte de la solución y no parte del problema. Y la solución se encuentra desde el Estado y la política. Queremos que los trabajadores, los empresarios y también los movimientos sociales estén representados en el Gobierno. No podemos dejar el Gobierno sólo para los políticos profesionales. Hay que llenar al Gobierno con representantes de distintos sectores para revitalizar a la política. Eso no significa reemplazar a la política, pero las soluciones para el país vendrán entre todos.

-Recibe muchas críticas por ser funcionario y dirigente piquetero ¿Lo afectan?

-Cuando decidí hacer política hace muchísimos años. Mi madre me dijo una vez: ‘si te metes en la política vas a tirar tu honra a los perros’. Mi vieja no se equivocó (se ríe). Cuando uno hace política se expone y está siempre bajo una lupa. No me quejó. Nadie me obligó a meterme en política. Algunas cosas no son ciertas. Con los sectores de izquierda trabajamos juntos en muchos barrios. Por eso yo las valoro la militancia social. Las organizaciones sociales nacieron en aquellos lugares donde no hay Estado. Eso sucedió hace muchos años. Después del 2001, el Estado nunca pudo recomponerse. Y ahora muchos nos están reconociendo el rol de contención que cumplimos las organizaciones sociales. Creo que Argentina fue un ejemplo en cómo se organizó la pobreza, se organizó el reclamo y se encausó la desesperación, porque la realidad social es muy complicada, desde hace mucho tiempo, no de ahora. Eso da mayor sensatez y mayores posibilidades de resolver el problema, sin violencia. No queremos convivir con esta realidad, queremos soluciones, pero la realidad es la que tenemos y hay que seguir trabajando.

-A los piqueteros los acusan de vivir del Estado, ¿qué responde?

-Bueno, pero muchos no dicen nada de los subsidios que reciben las empresas que están en Vaca Muerta, por ejemplo. De eso no se dice nada, pero sí se habla mucho de los programas sociales. Nosotros no queremos planes sociales, queremos trabajo digno. Hay que fomentar el trabajo con la industria, el campo y todos los sectores productivos. Hay que fortalecer a las Pymes. Hay que terminan con los monopolios si queremos combatir la inflación.

-El Movimiento Evita tiene una particularidad, es albertista a nivel nacional y en Córdoba tiene un acuerdo con el schiarettismo ¿cómo se explica eso, teniendo en cuenta que el gobernador Schiaretti es muy crítico del Gobierno nacional?

-Hay cuestiones que compartimos con Schiaretti y por eso trabajamos con su gestión en algunos temas. Aunque no estamos de acuerdo en otras posturas que el gobernador tiene en el ámbito nacional. Pero hemos decidido dialogar, escucharnos, incidir positivamente para conseguir soluciones. Si hay un día en que tenemos que elegir entre el proyecto nacional que expresa Alberto Fernández y la posición que tiene Schiaretti o cualquier otro gobernador, que priorice lo local sobre lo nacional, nosotros siempre vamos a priorizar el apoyo al Presidente. Para nosotros, primero está la Nación. Pero se puede dialogar. Por ejemplo, con Schiaretti hemos tenido una gran recepción respecto a nuestra estrategia de generar la economía popular. Sobre esta cuestión, que para nosotros es básica, no tuvimos la misma respuesta de otros gobernadores. Eso no quita que nosotros estemos identificados y respaldemos al Gobierno nacional, al presidente Alberto Fernández e integramos el Frente de Todos. Y esperamos que el PJ cordobés en algún momento se sume al Frente de Todos, donde está todo el peronismo, excepto el cordobés. Por eso valoro que los legisladores del PJ cordobés hayan acompañado el acuerdo con el FMI. Si se hizo eso, por qué no se pueden acordar otras cuestiones.

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