Feletti, sobre el congelamiento: “No hay una lesión tremenda de la rentabilidad de las empresas”
El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, aseguró en una entrevista con este medio que el objetivo de que haya una canasta de alimentos con precios regulados va más allá del 7 de enero, cuando vence la fase recientemente lanzada del congelamiento de 1.432 productos, y señaló que el diálogo con las grandes empresas no está roto, al punto que está dispuesto a revisar y corregir valores si hay pérdida de rentabilidad en algún caso puntual.El funcionario -quien asumió en el cargo el 12 de octubre- dijo que los consumidores de todo el país deberían “comenzar a encontrar ya” en las góndolas los precios de los productos que forman parte de congelamiento retrotraídos al 1 de octubre pasado. Y lamentó que la aceleración inflacionaria se septiembre y octubre se haya dado por la “visión monetarista” de los asesores de las empresas.
Para el funcionario, no existen condiciones objetivas para que aumenten los precios entre 10% y 25% como había ocurrido a principio de mes y tampoco para que exista desabastecimiento. Consideró que las tensiones que se generaron ante el anuncio son parte de la puja distributiva. Y opinó que este tema debería formar parte de un acuerdo económico y social de largo plazo que incluya a los sindicatos.
¿Cuáles son las condiciones de inflación que llevaron a tomar la decisión de establecer el congelamiento de precios hasta el 7 de enero?
Hubo tres factores. El de más largo plazo: el deterioro del salario respecto de la canasta básica alimentaria. En diciembre de 2019, la canasta consumía el 9% de un salario promedio de un trabajador registrado del sector privado; y en agosto de 2021, el 11%. Es decir, la paritaria no había permitido recuperar poder adquisitivo en alimentos. El segundo punto fue el 3,5% de inflación en septiembre. Y el tercero, la aceleración de precios en la primera quincena de octubre. Eso fue muy fuerte, porque en una muestra de unos cincuenta productos que hicimos, había entre 10% y 25% de aumento, por ejemplo, en conservas de tomates y arvejas, café y manteca.
¿Pidieron explicaciones a los productores sobre esos aumentos?
Yo asumí un martes y el miércoles estábamos convocando en reuniones a productores y abastecedores, y comercializadores. Se les planteó retrotraer precios al 1 de octubre porque no había una razón que justificara los aumentos, estabilizar por noventa días y comenzar a conversar cuáles eran exactamente las necesidades. De la ida y vuelta hubo bastante consenso con muchas empresas y con otras no tanto, siempre pasa. Hubo un intercambio de listas. Se consolidó eso y se decidió estabilizar duplicando la canasta de Precios Cuidados.
Ahí incorporo el contexto internacional. ¿Por qué también hacemos esto? Porque estamos viviendo inflación alta en el mundo. Estados Unidos tuvo 5% anual en alimentos, que es muchísimo para ellos y casi le desbarata el plan a Joe Biden de reactivación de demanda. Y hay presiones en los precios internacionales nuestros también, como el trigo, el maíz.
¿El diálogo con el sector privado está roto?
No, no… en absoluto. Hoy estamos conversando, teniendo reuniones con grandes empresas. De hecho, están convalidando la ampliación de Precios Cuidados. Empresas muy grandes ya han enviado sus listas a sus compradores con precios retrotraídos al 1 de octubre.
¿Cuándo la gente va a encontrar los productos con los precios retrotraídos?
Tendría que empezar a encontrarlos ya. No quisimos cambiar cartelería ni nombre al programa, porque es algo que la gente ya conoce. Mientras tanto, intercambiamos reuniones y correos con las empresas. El diálogo está abierto, estamos manteniendo conversaciones para sostener el programa y revisar si hay temas de costos en algunas líneas de productos.
Hay un tema espinoso para el Gobierno y usted mismo expuso su enojo cuando el presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Mario Grinman, dijo que podría haber desabastecimiento. ¿Ustedes qué prevén?
Veamos las condiciones técnicas. Hoy el uso de la capacidad instalada está entre el 62% y 63%. El estrangulamiento de producción comienza cuando esto pasa el 80%. Hoy hay posibilidades concretas de producir sin cuellos de botella. Además, el Banco Central se reunió con las empresas para habilitar los insumos importados. Pero estas empresas alimenticias no tienen gran demanda de insumos importados, salvo algo de packaging. Entonces, no veo una razón para que haya desabastecimiento, como tampoco para que se deteriore la rentabilidad de las empresas en noventas días ni para que haya una crisis de producción.
La verdad es que fue muy desafortunado lo que dijo el presidente de la Cámara de Comercio. Fue muy desagradable porque sin saber cómo va a evolucionar el programa, ya inmediatamente lo enfrentó. Y no estamos tomando ninguna medida extrema ni estamos atentando contra los planes de negocios de las empresas. Pensemos que 18 empresas ofertan el 46% de esta canasta. Son empresas muy grandes, consolidadas.
¿Si las empresas en algún momento demuestran que en un producto o una línea de productos determinada van a pérdida, les van a autorizar aumentos de precios?
Bueno, vamos a evaluar el componente a ver si hay un deterioro de la rentabilidad o no.
Los aumentos de este mes se dieron justo vencía el programa Precios Cuidados y se genera el recambio de autoridades en la Secretaría. ¿Cree que hubo incrementos por especulación?
Yo creo que hubo especulación por parte del sector privado. No es información fehaciente que pudiera tener, pero creo que ahí hubo un proceso en el que muchos economistas ligados a la oposición y consultores de empresas que anuncian que habrá un mayor proceso inflacionario, les dicen a las empresas que se cubran, crean un clima. También muchos comunicadores. Crean un clima inflacionario, un conjunto de expectativas inflacionarias que realmente no están justificadas: el tipo de cambio no está volátil, la tasa de interés no aumentó, el déficit fiscal se achicó muchísimo.
¿Es decir que ustedes no ven condiciones objetivas para que haya aumentos?
No hay. Es el mismo caso que el desabastecimiento. Hay alta capacidad ociosa en las empresas, por lo que tienen posibilidades de producir más. No hay estrangulamiento en la administración de los insumos importados. No hay volatilidad macroeconómica. Y estamos hablando de un plazo corto, noventa días, que es el proceso de primavera e inicio de verano en el que el consumo estacionalmente levanta mucho generalmente y ahora más por la salida de la pandemia. Lo hemos visto el último fin de semana largo con la Costa Atlántica llena de gente. Bueno, eso es lo que queremos asegurar: que nadie se frustre yendo a buscar un producto en góndola y lo tenga que dejar porque no lo puede pagar. Pero insisto con el alcance de la medida: en un supermercado se ofrecen 15.000 productos y acá estamos hablando de 1.432. Es una canasta diversa y amplia, pero que tiene que ver con que el trabajador pase bien las fiestas, es mucho tiempo de encuentro este.
Los economistas están advirtiendo que en 2022 la inflación va a ser del 50% o superior por el nivel de emisión monetaria que hay. ¿Qué expectativa tiene?
Ese enfoque monetarista fue el que provocó la aceleración de precios en la primera quincena de octubre. Yo soy secretario de Comercio y me ocupo de la política de precios. El objetivo es aparear las políticas de precios con la de ingresos. Y llegar a un gran acuerdo que nos permita ordenar esa relación con el salario. La lectura monetarista les dijo a los empresarios: aumenten, cúbranse, cubran sus stocks y bueno, acá estamos.
Economistas, empresarios y la oposición dicen que esto no va a funcionar. Incluso Juntos por el Cambio dice que a Macri no le funcionó cuando lo estableció. ¿Ustedes están convencidos que esto tendrá un impacto concreto en el bolsillo de la gente?
Yo no tengo dudas. Si uno monitorea y dialoga, esto puede ser llevado adelante. Todos los países del mundo, desarrollados o emergentes y más uno productor de alimentos como este, asegura una canasta de precios regulados. Todos.
Lo críticos señalan que para la inflación sería más atinado un plan de estabilización macroeconómica.
Cuando muchos economistas de la oposición dicen que los controles de precios no sirvieron y dicen que tiene que haber un programa de estabilización, omiten varias cosas. Primero, los programas de estabilización macroeconómica fracasaron todos, ¡todos! El Plan Austral terminó en la hiperinflación. El Plan de Convertibilidad tuvo 15% de desempleo prolongado y terminó en una catástrofe. El Plan doble cero de cierre de Sandleris y Dujovne terminó con una tasa de interés del 70%, una inflación de casi 54% y salto cambiario importante. Por otro lado, si los planes de controles de precios son acordados, si se mantiene una discusión adecuada, han provocado expansión de consumo siempre.
¿Cuál es su objetivo en la gestión?
Acá hay dos cuestiones: hay que asegurar una canasta regulada; segundo, la concentración de oferta alimenticia también hace que un monopolio tienda a ajustar por precio y no por cantidad. No culpo ni estigmatizo al monopolio, pero para eso hay un Estado. Para decir ‘bueno, no, tu plan de negocios tiene que desarrollarse en una sociedad armónica, sino estamos en un problema’. Bueno, estas son las discusiones que hemos instalado. Obviamente que hay empresas y empresarios, yo diría más bien dirigentes que operan teñidos de política y con carga ideológica. Nosotros estamos cumpliendo una tarea que es asegurar el último trimestre del año con buen nivel de consumo y sin frustraciones. Si no alineamos ingresos con precios, no hay paritaria ni fórmula previsional que alcancen.
En el medio de esos tres meses hay elecciones. ¿No es el congelamiento una medida netamente electoral?
Estamos todos los días conversando con las empresas, recibiendo sus inquietudes, haciendo devoluciones, pidiendo los compromisos de abastecimiento. ¡Acá había que retrotraer una situación! No podíamos convalidar la aceleración de precios de los primero quince días de octubre.
¿Qué van a hacer el 7 de enero, cómo va a ser la salida del congelamiento?
La salida del 7 de enero tiene que ser con este criterio: respetando rentabilidad de las empresas y sus planes de negocios, pero asegurando una canasta regulada. Tenemos que lograr en la Argentina un acuerdo social de base entre el Estado, el sector empresarial y las organizaciones sindicales. Y una de las cuestiones que tiene que estar es una canasta de alimentos regulados sostenida en el tiempo. Es una cosa posible, acotada, serán 1.500 productos, pueden ser 1.200, pero tiene que ser eso parte de un acuerdo social en la Argentina porque sino se vuelve una sociedad muy conflictiva.
¿Están viendo un clima social caldeado al punto de que puede haber una crisis a fin de año?
No, no, no… eso no. Pero lo que no podemos seguir permitiendo es el deterioro de los ingresos populares. Hay que sentarse a hablarlo. Al contrario de una crisis social, lo que habrá será una fuerte expansión del consumo. Y queremos asegurar que esa expansión alcance a la mayor cantidad de familias argentinas posibles.
¿Qué le pareció el comunicado de la Copal con críticas por la falta de diálogo para llegar a un acuerdo?
Primero, la Copal fue muy desafortunada con su comunicado, porque lo emitió a la tarde, horas antes de que yo recibiera a su titular (Daniel Funes de Rioja) para informarlo y ver cómo estaban las cosas. Fue sorpresivo. Eso fue una intervención política.
¿Las tensiones que se generaron con la Copal son políticas o son parte de una puja distributiva?
Los controles de precios o los acuerdos de precios o que esto se instale como parte de una negociación colectiva de una canasta regulada es la puja distributiva. También los planes de estabilización son parte de la puja distributiva, porque comprimen el consumo, van para el otro lado. Todo esto es parte de la puja distributiva. Lo que tiene que hacer el Estado es ordenar, es plantear que debe haber un escenario propicio para los negocios y la competitividad, pero los trabajadores necesitan acceder a una canasta básica amplia.
Empresarios que son parte de la discusión sostienen que el congelamiento pone en tensión al empleo. ¿Esto está en el debate suyo con ellos?
¡Pero estamos hablando de noventa días, ni siquiera de 180! Esto es para que todos, familias y empresas, puedan disfrutar de este escenario de mayor consumo en la salida de la pandemia. Esa afirmación solo podría justificarse si hay una lesión tremenda de la rentabilidad. Además, como hay capacidad ociosa, tendrían que producir más y tomar más gente si quisieran abastecer la mayor demanda en el mercado. Los empresarios no pueden pretender solo ganar por precio en un mercadito chico. No es un comportamiento socialmente responsable.
En Córdoba y Mendoza los consumidores dicen que el programa Precios Cuidados está presente, pero no tiene la misma representación que en el AMBA. ¿Prevén un refuerzo en el interior?
Sí, primero más que duplicamos la canasta. Pero, cuando se habla de política alimentaria y acceso a una canasta básica no hay que pensar que lo que se come son tres o cuatro productos y con eso ya. Estamos halando del disfrute del consumo, esto es Argentina. Que el trabajador pueda tomarse un vino, una cerveza si tiene ganas, hacerse una rica comida.
¿Cuán grande prevén que será el monitoreo del programa?
Ayer hablé con el presidente (Alberto Fernández) y estuvo de acuerdo en conversar con las gobernaciones para que colaboren en la instalación del programa y el monitoreo. No queremos actuar sancionatoriamente sino que los productos estén al precio que tienen que estar y que, si alguien no lo tiene, lo corrija o lo abastezca.
¿Van a convocar a organizaciones como el Movimiento Evita para controlar?
Esas son decisiones de cada organización. Nosotros, en este momento, estamos hablando institucionalmente con las gobernaciones. Estuve con Axel Kicillof e intendentes.
Hay provincias gobernadas por la oposición como Córdoba, Mendoza, Corrientes y Jujuy y son bastante reticentes a políticas impulsadas por el Gobierno de Fernández. ¿Cómo van a hacer para que controlen?
¿Pero un gobernador no va a querer que su pueblo y sus familias accedan a una canasta básica amplia para fin de año? No parece eso. Insisto, esto tiene que ser una política de Estado. Tenemos que lograr un piso para los argentinos, a partir del cual podamos conversar.
Frases destacadas:
“No es un comportamiento socialmente responsable pretender ganar solo por precio”.
“No hay una lesión tremenda de la rentabilidad de las empresas”.
“Queremos asegurar el último trimestre con buen nivel de consumo y sin frustraciones”.
“Las alimenticias no tienen gran demanda de insumos importados”.
“Tenemos que lograr una canasta de alimentos regulados sostenida en el tiempo”.
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