La Voz del Interior @lavozcomar: Exposición. El arco de experiencias humanas, entre lo divino y lo profano

Exposición. El arco de experiencias humanas, entre lo divino y lo profano

La razón y la fe son dos conceptos que suelen enunciar campos antagónicos y, a su vez, magnéticos, porque aparecen vinculados con frecuencia en una suerte de circuito capaz de contener un gran arco de experiencias humanas.

Se supone que una es fría, analítica, imperturbable. La otra es caliente, inexplicable, turbulenta.

Esas dos nociones fueron elegidas como núcleos significantes y campo de pruebas de “Razón y fe, la colección José Luis Lorenzo en cuatro actos devocionales”, exposición con la que el espacio 220 Cultura Contemporánea celebra su décimo aniversario.

El coleccionista José Luis Lorenzo (en el centro), junto al dúo curatorial e integrantes del equipo de 220 Cultura Contemporánea.

La muestra reúne obras del acervo del arquitecto y coleccionista cordobés, junto con algunas piezas seleccionadas para reforzar la hipótesis curatorial, trabajo a cargo de Siu Lizaso y Joaquín Barrera.

Obra de Blas Aparicio que integra la muestra.

El conjunto exhibido propone explorar las tensiones y los roces entre producciones visuales que retratan las formas de las relaciones interpersonales y su relación con lo divino, lo profano, lo comunitario y el deseo. Los segmentos de la muestra son cuatro: “Imagen e iconografía”, “Herramientas de sanación”, “La unión de lo común” y “La recuperación de la fe política”.

“En tiempos en los que acecha el malestar diseñado y en los que el derrumbe pareciera inevitable, la posibilidad de la recuperación de la fe –con sus subjetividades y derivas– aún hoy amalgama una promesa de futuro, un proyecto de reconstrucción colectiva. Cuatro actos de fe. Un refugio. Una trinchera”, se lee en el texto curatorial, a modo de sugerencia sobre cómo hacer el viaje que propone la muestra.

Símbolos y rituales

El recorrido arranca con una perturbadora fotografía de Nicola Costantino, presentada en el confín de uno de los túneles oscuros del espacio cultural, lo que le agrega un componente ritual a la acción de acercarse a mirarla. Nicola en el lago convoca algunas de las obsesiones visuales de la artista rosarina, como el autorretrato y la imagen de un chancho, animal icónico en su producción, una criatura que en su caso parece el resultado de un laboratorio destinado a generar pesadillas.

Fotografía de Nicola Costantino (detalle) que abre el recorrido de “Razón y fe, la colección de José Luis Lorenzo en cuatro actos devocionales”.

En el primer núcleo de la muestra, se puede descender a un cubículo para encontrarse con Inmersión, pintura de Nahuel Vecino, o confrontarse con Todo era simple IV Cruz, de la serie “Buscando a Cristo en todos lados”, de Mariana Tellería.

De la cordobesa Marisol San Jorge se incluyen dos intrigantes artefactos de la serie “Carnada” (2019). En una rara alquimia, la artista combina elementos cotidianos para obtener joyas sensoriales y conceptuales. Una de las piezas, para darse una idea, se sirve de un palo de secador de piso, cadena, dije acrílico, acero inoxidable, medias de red y vírgenes Stella Maris de yeso.

Los incendios en las sierras de Córdoba son el disparador de El monte impronunciable: La piedra del futuro (2023), video de Indira Montoya que incluye entornos virtuales y modelado 3D.

Obra de Carlos Crespo, uno de los artists locales que integran la colección de José Luis Lorenzo.

Otro creador local es Carlos Crespo, artista hipersensible que supo dejar constancia en imágenes de los abismos del ánimo y las pasiones sombrías, pero también de las alegrías momentáneas y la sinrazón de vivir pesar de todo. Para la exposición se seleccionó una verdadera reliquia, una pintura cuyo soporte en madera tiene la forma de la fachada de una iglesia.

Crucifijos, mártires, santitos populares de la tradición cristiana o mixturados en un sincretismo pagano reverberan en las Cruces colchoneras, de Blas Aparecido, así como en las obras de Santiago García Sáenz y Gisella Mailén Scotta.

De la extensa y turbulenta serie Haití, de Tomás Espina (en colaboración con Pablo García), se puede ver un conjunto de ocho cabezas de arcilla, un repositorio de puro barro primigenio y caras deformes, algo al medio entre el museo etnográfico y el osario, que funciona a su vez como Memento mori: Recuerda que vas a morir.

La obra de Samantha Ferro,

Incómoda, alojada en el lugar donde se tocan el goce y el malestar, es asimismo la instalación de hierro y resina de Samantha Ferro, Lo que vos hiciste de mí (2023), una pieza colgante que interroga los sistemas de disciplinamiento corporales y subjetivos.

Vida, muerte y devoción

Más de 20 dibujos en birome de la serie Felices 27 vidas con sus respectivas muertes”, de Clara Esborraz, dan cuerpo al segmento “Herramientas de sanación”, en el que se destacan también 30 dibujos en microfibra pintados con lápices de colores de Eugenia González Mussano, pertenecientes a la serie “Repertorio de motivos ‘Aproximación a un lenguaje’”.

Este núcleo propone obra de dos reconocidos fotógrafos. Del ubicuo Marcos López se puede ver El ganador, de 1986.

Fotografía de Alejandro Kuropatwa.

Por su parte, Alejandro Kuropatwa dice presente con una fotografía muy célebre, conocida como “Boca con pastilla verde” (1996), de la serie “Cóctel”, en la que el artista visual ponía en la discusión pública la temática del sida, a través de imágenes irónicamente “cosméticas” sobre el combinado de medicamentos antivirales.

En el núcleo “Unión de lo común” sobresale Player, de Diego Bianchi, un maniquí que incluye vestimenta, cemento, plástico, alambre y madera, una momia entre tierna y repulsiva, cuya materialidad disruptiva desafía las leyes del buen gusto de lo que alguna vez se llamó “bellas artes” (ya no, por suerte) y que acá instiga a pensar, quizás, en la línea de producción de carne humana destinada a generar ejemplares que ejerzan el deporte más popular en la Argentina.

Popularísimo, de Juan Suárez, es una pintura que va al corazón de la devoción popular cordobesa por Carlitos “La Mona” Jiménez, captado en una escena de baile tomada, a su vez, de un fotograma de video.

Memoria y futuro

El cuarto segmento, “La recuperación de la fe política”, es un timbrazo al presente que incluye obra de artistas de largo y reconocido recorrido como Graciela Sacco, con Barrera, y Roberto Jacoby con 1968, el culo te abrocho.

En Tosco, un retrato del dirigente sindical del gremio Luz y Fuerza, chispa germinal del Cordobazo, Carlota Beltrame recupera la técnica de la randa, un encaje de bordado sobre malla que se remonta a la época de la colonia y activa memorias ancestrales y contemporáneas.

Otra ciudad es posible/necesaria es una potente y explosiva pieza de la cordobesa Elisa Canello. Una remera roja, bordada a mano, ha sido enrollada para simular un cartucho de dinamita.

La exposición cierra con Recordis, para Eduardo, video que registra una acción de Soledad Sánchez Goldar. La artista recuperó una bicicleta y la convirtió en un artefacto de memoria, que convoca el pasado familiar y los años tenebrosos de la Argentina de la década de 1970, una porción de historia que hoy es desafiada por el negacionismo de cuño libertario.

La bicicleta había pertenecido a Eduardo Goldar Parodi, tío de la artista, desaparecido en 1977. Su nombre se encuentra en el Parque de la Memoria de Buenos Aires.

En colaboración con mujeres de su familia, Sánchez Goldar llevó a cabo un trabajo de reconstrucción de la música que le gustaba escuchar a su tío. La grabó. Y modificó la bicicleta de modo que, al pedalear, se escuchan las melodías que acompañaban esa vida.

Para ver. La muestra permanecerá abierta al público hasta el 19 de octubre, con entrada gratuita, de miércoles a sábados, de 17 a 20. En 220 Cultura Contemporánea (subsuelo de Plaza de la Música, Costanera y Mendoza).

Artistas en la muestra: Nicola Costantino, Nahuel Vecino, Mariana Tellería, Marisol San Jorge, Santiago García Saenz, Francisco Medail, Carlos Crespo, Lola Goldstein, Indira Montoya, Blas Aparecido, Candela Sotos, Tomás Espina (en colaboración con Pablo García), Gisella Mailén Scotta, Samantha Ferro, Eugenia González Mussano, Marcos López, Alejandro Kuropatwa, Clara Esborraz, Ulises Mazzucca, Diego Bianchi, Rosalba Mirabella, Juan Suárez, Laura Códega, Florencia Rodríguez Giles, Agustina Wetzel, Luciana Lamothe, Roberto Jacoby, Carlota Beltrame, Marcelo Brodsky, Luis Hernández Mellizo, Graciela Sacco, Elisa Canello, Soledad Sánchez Goldar.

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