La Voz del Interior @lavozcomar: Evangelio de hoy, viernes 28 de junio de 2024: “Señor, si quieres, puedes curarme”

Evangelio de hoy, viernes 28 de junio de 2024: “Señor, si quieres, puedes curarme”

Reflexionando sobre el Evangelio del día el Papa Francisco compartió: “He aquí el estilo de Jesús con quien sufre: pocas palabras y hechos concretos. Muchas veces, en el Evangelio, lo vemos comportarse así con quien sufre: sordomudos, paralíticos y otros tantos necesitados”.

“Siempre hace así: habla poco y a las palabras les siguen enseguida las acciones… se inclina, toma de la mano, cura. No se entretiene en discursos o interrogatorios, y mucho menos en pietismos y sentimentalismos. Más bien demuestra el pudor delicado de quien le escucha atentamente y actúa con diligencia, preferiblemente sin llamar la atención”, remarcó el Pontífice en el Ángelus del 11 de febrero de este año.

A su vez, el Papa invitó a que nos preguntemos: “¿Yo sé escuchar a las personas, estoy disponible a sus buenas peticiones? ¿O pongo escusas, postergo las cosas, me escondo detrás de palabras abstractas e inútiles? Concretamente, ¿cuándo fue la última vez que fui a visitar a una persona sola o enferma o cuándo fue la última vez que cambié mis planes para satisfacer las necesidades de quien me pedía ayuda?”.

En la misa, la liturgia de la Palabra es uno de los momentos centrales de la celebración. En este punto, se leen los pasajes de la Biblia que permiten adentrarse en las enseñanzas de Jesucristo. Compartimos los textos del viernes 28 de junio de 2024 publicados por el sitio web del Vaticano.

Evangelio. (Vatican News)

Liturgia del 28 de junio de 2024: Primera lectura

Lectura del segundo libro de los Reyes

2 Reyes 25, 1-12

El día diez del mes décimo del año noveno del reinado de Sedecías, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, la sitió y construyó torres de asalto alrededor de ella. La ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo del reinado de Sedecías.

El día nueve del cuarto mes, cuando el hambre había arreciado en la ciudad y la población no tenía ya nada que comer, abrieron una brecha en la muralla de la ciudad. El rey Sedecías y sus hombres huyeron de noche por el camino de la puerta que está entre los dos muros del jardín del rey, y ocultándose de los caldeos, que tenían cercada la ciudad, escaparon en dirección al desierto.

El ejército caldeo persiguió al rey y le dio alcance en los llanos de Jericó, donde su ejército se dispersó y lo abandonó. Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron a Riblá, donde estaba Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien lo sometió a juicio. Nabucodonosor hizo degollar a los hijos de Sedecías en su presencia, mandó que le sacaran los ojos y lo condujo encadenado a Babilonia.

El día séptimo del quinto mes del año décimo noveno del reinado de Nabucodonosor en Babilonia, Nebuzaradán, jefe del ejército caldeo y súbdito del rey de Babilonia, entró en Jerusalén, quemó el templo del Señor, el palacio real y todas las casas de Jerusalén. Los soldados caldeos, que estaban con el jefe del ejército, destruyeron las murallas que rodeaban la ciudad. Nebuzaradán deportó al resto de la población y también a los que se habían rendido al rey de Babilonia, y sólo dejó a algunos campesinos pobres para trabajar las viñas y los campos.

Evangelio del día: 28 de junio de 2024

Lectura del santo evangelio según san Mateo

Mt 8, 1-4

En aquel tiempo, cuando Jesús bajó de la montaña, lo iba siguiendo una gran multitud. De pronto se le acercó un leproso, se postró ante él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciéndole: “Sí quiero, queda curado”.

Inmediatamente quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: “No le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación”.

Santo del día. (Vatican News)

28 DE JUNIO, SAN IRENEO: unos de los primeros grandes teólogos de la Iglesia

Según la página oficial del Vaticano, el Santo del día es una reseña diaria de los santos guardados en la memoria de la Iglesia. En esta sección encontrarás las historias, anécdotas y milagros realizados por estas figuras de vida cristiana a lo largo de distintas épocas y lugares del mundo.

Hoy la Iglesia recuerda a San Ireneo. Nacido de Asia, probablemente en Esmirna, llegó a la Galia en el 177. De joven aprendió del obispo Policarpo, discípulo del apóstol Juan.

Ireneo fue un verdadero testimonio cristiano en un período de dura persecución. Para evangelizar a celtas y germanos, aprendió las lenguas de aquellos pueblos conocidos como los bárbaros. Como pastor, se distinguió por la riqueza en la doctrina y su ardor misionero. Una de las herejías a las que se enfrentó fue el “gnosticismo”, un movimiento filosófico-religioso según el cual la fe sería solo un simbolismo.

En la obra “Adversus haereses” (Contra las herejías) escribe: “La Iglesia, aunque esté diseminada por todo el mundo, custodia cuidadosamente [la fe de los Apóstoles], como si viviera en una sola casa, y al mismo tiempo cree en estas verdades, como si tuviera un solo alma y el mismo corazón, en pleno acuerdo estas verdades proclaman, enseñan y transmiten, como si tuvieran una sola boca. Los idiomas del mundo son diferentes, pero el poder de la Tradición es único y es el mismo: las iglesias fundadas en Alemania no han recibido ni transmitido una fe diferente, ni tampoco aquellas fundadas en España o entre los celtas o en las regiones orientales o en Egipto o en Libia o en el centro del mundo”.

“La gloria de Dios da la vida; por eso aquellos que ven a Dios reciben la vida. Y por esto el que es ininteligible, incomprensible e invisible, se hace visible, comprensible e inteligible para los hombres, para dar vida a aquellos que lo entienden y lo ven”.

“Es imposible vivir si no se ha recibido la vida, pero la vida es solo a través de la participación en el ser divino. Sin embargo, esta participación consiste en ver a Dios y disfrutar de su bondad. Los hombres, por lo tanto, verán a Dios para vivir, y se convertirán en inmortales y divinos en fuerza por la visión de Dios”.

Se desconoce el año de su muerte. De acuerdo con una tradición posterior, se afirma que fue martirizado.

Oración a San Ireneo

Señor, Dios nuestro, que otorgaste a tu obispo san Ireneo la gracia de mantener incólume la doctrina y la paz de la Iglesia, concédenos, por su intercesión, renovarnos en fe y en caridad y trabajar sin descanso por la concordia y la unidad entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

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