Esto es lo que quita el hambre, sin pastillas y sin gastar plata
La grelina, más conocida como la “hormona del hambre”, fue descubierta en 1999 y fue objeto de múltiples investigaciones por su papel en la estimulación de la hormona del crecimiento. Sin embargo, su impacto va mucho más allá.
Además de regular el apetito, esta hormona afecta la homeostasis de la glucosa, la función inmunológica, el sueño y la memoria.
Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Virginia, publicado en el Journal of the Endocrine Society, ofrece una perspectiva innovadora: el ejercicio de alta intensidad podría reducir los niveles de grelina, especialmente en mujeres, lo que sugiere que esta práctica puede ser una herramienta efectiva para controlar el apetito y ayudar en la pérdida de peso.
Grelina: la hormona del hambre
La grelina se produce en el estómago y circula en dos formas principales: acilada (AG) y desacilada (DAG). Se sabe que la forma acilada es la que más influye en la estimulación del apetito.
Los niveles de grelina tienden a aumentar antes de las comidas, lo que provoca la sensación de hambre, y disminuyen después de comer. En términos simples, esta hormona le dice a tu cerebro que es hora de comer. Pero, ¿qué pasa si pudiéramos controlar esos niveles de manera natural?
El impacto del ejercicio en la grelina
El estudio realizado en la Universidad de Virginia analizó a ocho hombres y seis mujeres, quienes completaron ejercicios de diferente intensidad después de un ayuno nocturno. Los investigadores midieron los niveles de grelina en sus diferentes formas antes y después de las sesiones de ejercicio. Los resultados fueron reveladores: mientras que tanto hombres como mujeres experimentaron cambios, las mujeres demostraron una reducción significativa de la forma acilada de la grelina (AG) después de realizar ejercicio de alta intensidad.
Lo más interesante es que este efecto no se replicó con ejercicios de intensidad moderada, lo que sugiere que sólo el ejercicio por encima de cierto umbral de esfuerzo es capaz de suprimir la grelina y, por ende, el apetito.
Esto puede tener implicaciones importantes para quienes buscan perder peso, especialmente mujeres que tienden a tener niveles más altos de grelina total en reposo.
Qué significa esto para los programas de pérdida de peso
Si bien el ejercicio ya es una pieza fundamental en los programas de pérdida de peso, este estudio sugiere que la intensidad es clave. El autor principal del estudio, Kara Anderson, destaca que el ejercicio debe tratarse como una “medicación”, donde la “dosis” adecuada depende de los objetivos específicos de cada persona. La alta intensidad parece ser un factor crucial para aquellas personas que desean reducir su apetito como parte de un plan de pérdida de peso.
Este hallazgo podría cambiar la forma en que estructuramos nuestras rutinas de ejercicios. Las actividades de alta intensidad, como correr, nadar o entrenamientos HIIT, no sólo queman más calorías en menos tiempo, sino que también podrían actuar como un supresor natural del apetito, algo que las actividades de intensidad moderada, como caminar o hacer yoga, no logran con la misma efectividad.
Más allá del apetito: otros beneficios de la grelina
La grelina no sólo controla el hambre. También juega un papel en el equilibrio energético y la homeostasis de la glucosa, lo que podría tener beneficios adicionales en personas con riesgo de diabetes tipo 2.
Además se la vinculó a la mejora de la función inmunológica, el sueño y la memoria. Por eso, entender cómo podemos regular esta hormona tiene un impacto más amplio en nuestra salud general.
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