La Voz del Interior @lavozcomar: Éstas son las claves para una correcta gestión de las emociones de un niño

Éstas son las claves para una correcta gestión de las emociones de un niño

Durante su desarrollo, los niños y niñas experimentan una amplia gama de emociones que a menudo les resulta desafiante expresar debido a su edad temprana

El proceso de crecimiento y desarrollo de niños y niñas, es una etapa crucial en la formación de sus identidades y personalidades. Durante este momento, los más pequeños se encuentran ante una amplia gama de emociones que experimentan de manera intensa y fluctuante.

“Las emociones que experimentan los niños son tan variadas como las de los adultos, pero su habilidad para identificarlas, comprenderlas y expresarlas de manera adecuada está en proceso de formación” explica el Licenciado David H. Marquez, psicólogo clínico conductual-contextual especialista en infancias, adolescencia y adultos.

Es común que, ante la incapacidad para comunicar lo que sienten, estas emociones se manifiestan en comportamientos externos como malas conductas, bajo rendimiento escolar, aislamiento, entre otros”.

Licenciado David H. Márquez – Servicio de Salud Mental – Sanatorio Allende

Por ejemplo, un niño que experimenta ansiedad o miedo puede mostrar resistencia a participar en actividades escolares o sociales. Del mismo modo, una niña que se siente frustrada o incomprendida puede recurrir a comportamientos disruptivos como una forma de expresar su malestar.

Es importante tener en cuenta que el desarrollo emocional es un proceso continuo que requiere apoyo, comprensión y orientación a lo largo de todas las etapas del desarrollo humano.

Desde la infancia hasta la adolescencia y la adultez, el desarrollo emocional sigue un curso dinámico y complejo que se ve influenciado por una variedad de factores internos y externos. A medida que crecen, estas emociones se vuelven más matizadas y complejas, y tanto niños como niñas, comienzan a experimentar una gama más amplia de sentimientos, como la vergüenza, la culpa, el orgullo y la empatía.

Un ejemplo destacado de cómo la etapa evolutiva influye en el manejo de las emociones es el alto nivel de estrés que, por ejemplo, experimentan muchos adolescentes al rendir exámenes de ingreso a la universidad. El miedo al fracaso, la presión de cumplir con las expectativas de los demás y la incertidumbre sobre el futuro pueden generar niveles extremos de estrés y ansiedad en los adolescentes, lo que a su vez puede afectar su bienestar emocional y su rendimiento académico.

“Todas las emociones tienen que ser validadas y expresadas” comenta el Licenciado Marquez. Y añade: “Yo escucho a muchas maestras decirles a sus estudiantes, “vos no te tenés que enojar” y eso está mal. Si los adultos se enojan, ¿cómo no se va poder enojar una niña o un niño? Lo que sí tenemos que enseñarles es de qué manera hay que expresar ese enojo”.

Ambiente seguro y de apoyo: ¿qué técnicas prácticas pueden utilizarse para enseñarle a mi hijo a identificar, nombrar y manejar sus emociones?

Si bien pueden haber estrategias y recursos para que niños y niñas logren manejar emociones como la ira, el miedo o la tristeza, se vuelve fundamental que, desde chicos, las personas podamos expresar lo que nos pasa. De no suceder, y ya en una etapa adulta, la falta de expresión de sentimientos se naturaliza siendo muy perjudicial para vincularnos con un otro, tanto de manera amistosa como en una relación de pareja.

En ocasiones, los adultos pasamos por alto que los niños también experimentan sufrimiento y emociones. Es en esos momentos cuando más necesitan nuestro apoyo.

La crianza de los hijos es un proceso complejo y multifacético que requiere una combinación de enfoques para fomentar un desarrollo emocional saludable. Entre ellos, el diálogo, el juego y la contención familiar destacan como pilares fundamentales.

Al tener conversaciones abiertas y honestas con nuestros hijos, les mostramos que sus emociones son valoradas y que son dignas de ser escuchadas. Esto no solo fortalece la relación entre padres e hijos, sino que también ayuda a los niños a desarrollar habilidades de comunicación y a comprender mejor sus propias emociones.

En el caso de los juegos, es allí donde niños y niñas pueden explorar y expresar una amplia gama de emociones de manera segura y creativa. Los juegos de roles, las actividades artísticas y los juegos cooperativos son especialmente efectivos para ayudar a los niños a identificar y procesar sus emociones.

Es muy importante destacar el rol de la empatía. No hay nada más humano que ponerse en el lugar del otro. A veces como adultos, nos olvidamos que los niños y niñas también sufren y sienten, ahí es cuando más necesitan de nuestro apoyo.

La contención familiar es fundamental para proporcionar un ambiente seguro y de apoyo en el hogar. Los niños necesitan saber que tienen un refugio emocional en sus familias, donde pueden encontrar consuelo, apoyo y comprensión.

Termómetro emocional, abrazos y técnicas de respiración. Al incorporar estas estrategias en la vida diaria, los padres y cuidadores pueden ayudar a sus hijos a desarrollar habilidades emocionales clave que les servirán bien a lo largo de su vida.

En conjunto, el uso del termómetro emocional, los abrazos y las técnicas de respiración constituyen un enfoque integral para el manejo de las emociones

El termómetro emocional es una técnica visual que proporciona a los niños una forma tangible de identificar y comunicar sus emociones. Consiste en un gráfico o tabla que muestra una escala numérica o una serie de colores que representan diferentes estados emocionales, desde la calma hasta la intensa angustia. “Otro método muy efectivo es el uso de emojis dónde al mostrar una carita enojada o una triste, el niño o niña puede señalar como se está sintiendo” comparte el Licenciado Marquez.

A su vez, el contacto físico, como un abrazo, libera hormonas como la oxitocina, que promueven la sensación de seguridad y bienestar. “Si su hijo se siente abrumado y no puede alcanzar el diálogo, puede intentar calmarlo o calmarla estando allí presente con un abrazo pero siempre haciéndole saber que está ahí para él o ella y que usted entiende por lo que está pasando” añade el Licenciado Márquez.

Cuando las familias no cuentan con recursos o herramientas para poder transmitir el control de las emociones, o ellos tampoco son capaces de expresar lo que sienten, no dude en buscar ayuda profesional.

Por último, pero no menos importante, cabe resaltar la importancia de las técnicas de respiración, ya que son otra herramienta útil para ayudar a los niños a calmar y regular sus emociones. “En momentos emocionales fuertes, nuestra respiración es más corta y rápida, por ende se nos dificulta el poder actuar de manera lógica o correcta” señala el Licenciado Márquez.

Y añade: “entonces con el control de la respiración logrando que la misma sea profunda y pausada ese nivel emocional empieza a bajar y se piensa con más claridad antes de actuar”. Como la respiración profunda y consciente puede activar el sistema nervioso parasimpático (clave ante las situaciones de estrés) es que enseñar a los niños técnicas de respiración profunda por nariz y de exhalación por la boca, puede ayudarles a calmar la mente y el cuerpo en momentos de ansiedad o agitación emocional.

Licenciado David H. Márquez – Servicio de Salud Mental – Sanatorio Allende

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