Espionaje boliviano: el extraño caso en eliminatorias que preocupa a la Scaloneta
Un nuevo escándalo sacude al fútbol sudamericano luego de que el DT de Colombia, el argentino Néstor Lorenzo, denunciara que los entrenamientos de su equipo en Cochabamba en vísperas del partido que perdió contra Bolivia fueron objeto de espionaje por parte de supuestos agentes secretos bolivianos que fingían ser habitantes de los edificios que rodean al estadio Félix Capriles. “Son muchas las ventanas de los edificios que rodean al estadio, por lo que calculamos que la práctica podría haber sido espiada por 105 agentes aproximadamente dotados con cámaras de vídeo y fotográficas y prismáticos”, aseguró un allegado de la selección cafetera.
Aparentemente, el objetivo de la operación de inteligencia era obtener de manera encubierta información sobre cómo Lorenzo pararía al equipo en la cancha y, sobre todo, cuáles eran los puntos débiles de la formación. Advertido por el contraespionaje colombiano de que varios catalejos asomaban de las ventanas de un rascacielos aledaño, Lorenzo ordenó maniobras para confundirlos especialmente en cuanto al esquema del equipo en la cancha, ya que ordenó un dibujo ultradefensivo (8-1-1) y otro ultraofensivo (7-2-1).
También dispuso el ingreso de los jugadores al vestuario para que luego salieran con máscaras y disfraces que desorientaran al populoso grupo de espías. Según versiones, unos de los apuntes tomados por los espías bolivianos daba cuenta de que la defensa colombiana, “de cara al partido”, estaría conformada por un Velociraptor, el Hombre Lobo, Darth Vader y el Payaso Satánico Pennywise. “Está claro que esta información no le sirvió demasiado al técnico boliviano Óscar Villegas, ya que comprobó que no disponía de información ni de videos sobre las características de juego del Hombre Lobo o de Darth Vader, por ejemplo”, explicó un allegado al cuerpo técnico colombiano. “Las jugadas de contrainteligencia de Lorenzo fueron magníficas porque sumergieron en la confusión a Villegas. Seguramente estuvo inspirada en las estrategias del MI6 inglés durante la Guerra Fría”, agregó la fuente.
De todos modos, la denuncia de Lorenzo fue pública, incluso con la presentación de fotografías de al menos dos agentes encubiertos tratando de disimular su presencia detrás de unas ventanas que daban al campo de juego del Félix Capriles, lo que derivó en un pedido de investigación del hecho a la Conmebol que, a partir de ahora, deberá abocarse a la tarea de determinar si el edificio en cuestión era un nido de espías o si se trataba de ocupantes del edificio con tendencia a mirar hacia el estadio.
“Hay que separar la paja del trigo por lo que el primer paso que va a dar la Confederación es enviar un par de representantes a la próxima reunión de consorcio del edificio (en calidad de observadores) para determinar si las personas que aparecen en las fotografías difundidas por la delegación colombiana son habitantes (propietarios o inquilinos) del edificio, si están con las expensas al día, etc.”, explicó un integrante de la Brigada de Lucha contra el Espionaje en el Fútbol de la Conmebol, que se identificó como S-32. Del informe de los enviados a Cochabamba se determinarán los pasos a seguir, aseguró el agente.
No se sabe si esta línea de acción conformará a Lorenzo y a su cuerpo técnico, quienes consideraron que “fue una ruptura a la intimidad de su plantel”, aunque sin profundizar sobre qué datos “íntimos” habrían recabado los sigilosos agentes de inteligencia bolivianos de sus jugadores y qué uso le podrían haber dado.
El tema, más allá del escándalo, generó preocupación en la AFA, ya que el próximo martes la selección argentina enfrenta a Bolivia y seguramente los espías bolivianos estarían ya cruzando, fingiendo ser turistas, la infranqueable frontera norte del país dispuestos a instalarse imperceptiblemente en inmediaciones del predio de Ezeiza. Según rumores, los agentes secretos de la AFA habrían realizado ya una inspección rigurosa del predio afista porque los encargados de la jardinería habrían advertido la presencia de arbustos y ligustros “sospechosos” que podrían ser agentes bolivianos disfrazados de flora autóctona para espiar a la Scaloneta.
“Estamos verificando si hay una infiltración de la inteligencia boliviana en Ezeiza y, hasta el momento, podemos decir que no encontramos ninguna persona extraña o sospechosa dentro del perímetro. De todos modos, dos árboles que habían aparecido en cercanías de la cancha principal (un paraíso y un siempreverde) desaparecieron tan misteriosamente como habían aparecido”, señaló un agente secreto afista. “No queremos sembrar la alarma en el cuerpo técnico del equipo, pero se trata de un comportamiento extraño para un par de árboles ya que generalmente las especies forestales no se mueven de donde crecen y se desarrollan”, señaló el espía, mientras colocaba dispositivos de seguimiento satelital en los árboles. “La flora del predio está bajo sospecha”, agregó.
La trama de espionaje introducida por la delegación colombiana agrega un condimento extra a la Clasificación de Conmebol para el Mundial de 2026 que podría obligar a sumar a expertos en inteligencia y contrainteligencia en los cuerpos técnicos de los seleccionados de la región.
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