Escándalo que alienta la incertidumbre
El Gobierno nacional transcurrió las primeras 48 horas tras la dura derrota electoral en las elecciones primarias como si nada hubiera ocurrido en la relación del poder con la voluntad de la sociedad.
El presidente Alberto Fernández fue el único orador en el acto en que el Frente de Todos reconoció la derrota electoral. Luego llegó a anunciar dos proyectos de ley, uno vinculado al “Compre Argentino” y otro sobre los hidrocarburos, cuya viabilidad legislativa es ahora incierta.
A partir del miércoles último, y durante 72 horas, el país se vio sometido a una disputa de poder en la interna de la coalición de gobierno, que reflejó las distintas visiones que anidan en esta agrupación en cuanto a las soluciones económicas que reclaman el aparato productivo y gran parte de la sociedad.
El jefe del Estado parece estar convencido de la necesidad de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que, según trascendidos, ya habría logrado el ministro de Economía, Martín Guzmán. El detalle más revelador de este presunto acuerdo está incluido en el proyecto de Presupuesto 2022, que Guzmán envió al Congreso al filo de la medianoche del martes último.
En las 4.800 fojas, que incluyen apreciaciones conceptuales y proyecciones macroeconómicas, el Ministerio de Economía no prevé pagos al FMI el próximo año, lo que daría por sentado la existencia de un convenio que prorrogará el pago de intereses y de capital.
La vicepresidenta Cristina Kirchner demanda que el organismo condone parte de la deuda al afirmar que ese crédito fue otorgado para “la reelección de Mauricio Macri”, además de que se elimine la sobretasa que debería pagar la Argentina por un empréstito que estaba por encima de sus condiciones crediticias.
En lo conceptual, ambas autoridades coinciden en regular la actividad económica, en fijar precios de bienes y de servicios, en extender las restricciones a las operaciones con el dólar y en cerrar las exportaciones de bienes básicos.
Esta receta ya había comenzado a mostrar sus limitaciones en 2015, lo que permitió el triunfo de la oposición.
El modelo de controlar la producción, regular los precios, alentar la intervención del Estado en los negocios privados e incentivar el consumo a través de subsidios o regulaciones por decreto ya fracasó en la Argentina y volvió a perder en las urnas el domingo último.
El país necesita alentar la inversión interna, sea esta nacional o extranjera; generar estabilidad, y encaminar la reducción del déficit fiscal a límites tolerables.
La crisis política desatada entre los seguidores del Presidente y de la vicepresidenta sólo alienta la incertidumbre sobre cuáles serán las medidas que reclama la producción, posterga decisiones y ralentiza la salida de la debacle económica registrada en 2020.
El equipo que conformó Alberto Fernández debe dar muestras de coherencia y evitar la captura de parcelas del Estado para un sector o fracción política.
La ampliación de la pobreza y la crisis económica no brindan demasiados márgenes para una lucha intestina en el seno del Gobierno.
https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/escandalo-que-alienta-la-incertidumbre/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/escandalo-que-alienta-la-incertidumbre/