Entrevista a la artista Paloma Teppa: Vengo a dar mi regalo
Mientras trabaja en su próxima muestra que inaugurará el 3 de febrero en la galería Tomás Redrado Art, en José Ignacio, Uruguay, Paloma Teppa repasa su vida y las vueltas que la llevaron a donde está hoy.
Aún tiene a flor de piel la emoción de haber sido elegida directamente por Art Basel Suiza para que su obra tuviera un lugar destacado en la última edición de la feria en Miami en diciembre pasado.
Allí, Paloma montó “El santuario del musgo español”, una serie de jardines suspendidos del techo en el Centro de Convenciones de Miami Beach con asientos de cerámica de formas orgánicas parecidas a las piedras de un río y que recrean un entorno natural.
En la tranquilidad de Arthouse, un emprendimiento a dos kilómetros del centro de José Ignacio que reúne residencias para artistas, la galería de arte y lo que será un hotel que abrirá este año, Paloma deja por un rato el musgo, materia prima principal de su obra, para contarnos con su tonada cordobesa intacta de dónde viene y a dónde va.
Historia personal
Su padre, Raúl Teppa, fue un reconocido pintor que tuvo una gran muestra en el museo Caraffa. Él, junto con sus tías ceramistas y tejedoras en telar, le marcaron el camino. Egresó de la carrera de Diseño Industrial de la Universidad de Córdoba en 1993, voló a Italia en 2000 a estudiar bellas artes y tuvo su primera muestra de pintura en Milán.
A los 30 años se radicó en Miami para trabajar en MTV haciendo vestuario, maquillaje y producción. “Fueron años muy divertidos, lleno de artistas, músicos y actores, Miami era en esos años un lugar de máxima libertad creativa”, recuerda hoy.
Cuando MTV cerró sus oficinas de Miami, Paloma comenzó a trabajar en una casa de plantas que sería determinante para su carrera. En una época donde sólo se regalaban ramos de flores, ellos hacían arreglos florales con plantas vivas, lo que obligaba a darle una breve instrucción sobre cómo cuidarlas a quien las compraba.
Ese encargo forzaba un vínculo entre planta y comprador, y fue allí cuando Paloma descubrió que quería dedicarse a reconectar a las personas con la naturaleza.
Las orquídeas, las plantas suculentas y lo cactus requieren poca agua, pero el hecho de que muchos veraneantes cerraran su casa durante el invierno llevó a Paloma a pensar en plantas que se preservaran en el tiempo.
Y aquel musgo que estuvo presente desde el comienzo, cuando lo usaban para completar un arreglo florar, se convirtió, junto con los hongos, en su materia prima principal al usarlo en grandes formatos. “Me gusta crear familias con los hongos. En la naturaleza todo crece como en familia, se ve cuáles son las plantas mayores y los descendientes, se forma una comunidad”.
En 2008 funda Plant the Future (Planta el futuro), un estudio de arte y diseño “biofílico”. La biofilia es la conexión del ser humano con plantas y animales que se ha convertido en una tendencia cada vez más fuerte en arquitectura y en urbanismo.
Cada año son más las ciudades que apelan al mundo verde para contrarrestar la contaminación, combatir el cambio climático y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
“Trabajo con los materiales más divinos, no tengo que inventar nada. Mi misión es reconectar a la gente con la naturaleza,” dice Teppa, y agrega: “Una planta no mueve la cola, no te habla, la relación con ella es en silencio, es energética y el vínculo que se establece con este ser vivo es más abstracto”.
La variedad
Desde su página web ofrecen piezas de musgo preservados con formas y símbolos para colgar en la pared desde U$S 200, piezas colgantes como móviles verdes que parten de los U$S 160 a los U$S 3.500, lámparas y objetos.
También realizan murales con distintos motivos y proyectos con diseños a medida, como los que realizó para muchas residencias en Miami y para empresas como el hotel Arlo de Nueva York y locales de Starbuck’s en Giorgia y en Miami.
Teppa trabaja cada tanto en colaboración, como con diseñadoras de ropa alemanas que utilizan materiales sustentables o las joyas que hizo con una fábrica de joyas italianas, reemplazando las piedras de resina por musgo preservado. ”El oro es el metal de más alta vibración y el musgo, la primera planta que salió del mar a la tierra, es la madre de todas las plantas. Esa combinación entre la más alta vibración y la paz es la esencia femenina, y por eso para ellas hice este talismán”.
¿Diseño, arte o paisajismo? “¿Vos qué sos? No sos artista”, me lo han dicho muchas veces y durante un tiempo me traumaba. Ahora sé que vengo a dar lo que tengo de mi alma, no me interesa qué nombre tiene”.
Y será por eso que Art Basel Suiza puso su nombre junto al de su compañía en la feria: “Voy a vivir muy pocos años en la historia del mundo y yo vengo a dar mi regalo”.
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