La Voz del Interior @lavozcomar: En enero se duplicaron las muertes en Córdoba, y lo atribuyen al pasivo que dejó la pandemia

En enero se duplicaron las muertes en Córdoba, y lo atribuyen al pasivo que dejó la pandemia

Las muertes por todas las causas en enero en Córdoba fueron el doble que las “esperables”. Hubo 4.818 muertes en enero de 2022, según datos del Registro Civil Digital, y el promedio de enero 2019, enero 2020 y enero 2021 fue de 2.421 decesos: el exceso fue del 99,5 por ciento.

Enero de 2021 ya tenía un número por encima del promedio: se habían registrado ese mes del año anterior 2.807 muertes. Es por esto que la comparación interanual ubica el exceso de enero de 2022 en un porcentaje inferior: 71 por ciento.

Estas 4.818 muertes en enero constituyen el segundo número más alto de decesos en un mes desde que está digitalizado el Registro Civil de la Provincia y quedó sólo por detrás de los 5.008 fallecimientos inscriptos en junio de 2021, el pico de la segunda ola de Covid-19, con el impacto de la variante Gamma (Manaos) sobre una población con baja cobertura de vacunación.

Las muertes atribuidas a Covid-19 crecieron, pero explican una parte pequeña del exceso en la mortalidad según los registros oficiales: en enero, se notificaron 579 fallecidos, según las estadísticas del Ministerio de Salud provincial.

“En el primer año de la pandemia –2020–, nuestro estudio de exceso en la mortalidad la midió en un 9,8 por ciento y se correspondió casi en forma exacta con las muertes por Covid. En 2021, el exceso fue del 20 por ciento, y el 74 por ciento estuvo explicado por Covid. Lo que estaríamos viendo en 2022 es una mayor mortalidad ocasionada por patologías prevalentes desatendidas, en el contexto de dos años de pandemia”, interpretó Gabriela Barbás, secretaria de Prevención y Promoción de la Salud provincial.

El monitoreo por semanas epidemiológicas que lleva el Ministerio de Salud provincial –que no coincide exactamente con el mes calendario que informa el Registro Civil– comparó las primeras cuatro semanas de 2022 con las de 2021, y arrojó “un 77 por ciento de exceso en la mortalidad”, precisó Marcela Yánover, directora de Maternidad e Infancia y encargada del monitoreo de decesos en pandemia.

Los números que tiene Yánover son 4.782 muertes en enero contra 2.700 de igual mes del año anterior y 1.936 de enero de 2020.

Mortalidad de defunciones en Córdoba por Coronavirus

Lo desatendido

La cobertura de vacunación es muy diferente al pico de la segunda ola. En enero de este año, el 91,4 por ciento de la población había recibido una dosis, con un 98,65 por ciento de cobertura en el grupo de 60 a 69 años; el 82 por ciento tenía dos dosis, con 95,8 por ciento en ese mismo rango etario, y el 29,2 por ciento de la población tenía tres dosis al final del mes pasado.

Sin embargo, si se considera el porcentaje de exceso de muertes, enero incluso supera a junio 2021, cuando las 5.008 muertes registradas representaron un 91 por ciento por encima de las muertes “esperables”.

Y a diferencia de ese pico en la mortalidad por todas las causas, enero no tiene un motivo evidente que explique con nitidez el exceso. Desde que La Voz releva mes a mes este dato clave del impacto de la pandemia en la mortalidad general, nunca se había producido una anomalía de esta dimensión sin que esté explicada en su mayor parte por las muertes oficialmente confirmadas por Covid-19.

Aunque puede haber causas concurrentes, para Barbás lo que se impone es “lo desatendido en las enfermedades prevalentes habituales”, algo que se observa también en el mundo, donde el exceso en la mortalidad se explica cada vez menos por Covid y cada vez más por la falta de acceso al sistema de salud durante la pandemia a controles preventivos y monitoreo de enfermedades crónicas.

Barbás destacó que se evitaron muchas muertes por Covid, no sólo por el avance de la vacunación, sino por el aprendizaje de los equipos de salud y las estrategias que se desplegaron y que consiguieron que Córdoba “se ahorre” una ola: la de Delta, que se contuvo con rastreo, seguimiento y aislamiento de contactos. Todas estas estrategias son las que permitieron que la letalidad de la tercera ola –que llegó a tener días con más de 22 mil contagios– sea mucho menor que las ocasionadas por las variantes anteriores del Sars-Cov-2, enfatiza Barbás.

Pero sigue habiendo exceso de muertes, y la pandemia se empieza cobrar el pasivo que dejó en la salud general de la población.

“Esto nos lleva a intensificar el trabajo que ya se había iniciado a fines de 2020 de fortalecer todas las líneas de atención del sistema de salud, empezando por los de atención primaria, pero también reequipando y capacitando al personal en los niveles de mayor complejidad, en una estrategia de integración sanitaria, para atender toda la demanda que se vio postergada en la pandemia”, definió la funcionaria provincial.

En particular, se buscará monitorear las patologías que explican en su mayor número las muertes en Córdoba: las enfermedades oncológicas, las crónicas no transmisibles, las cardiovasculares y las hipertensiones. También se acentuará el control de niños sanos y de embarazadas.

Si el exceso de enero se explica por el pasivo en salud acumulado tras dos años de dedicación casi exclusiva a Covid-19, es esperable que el fenómeno continúe. “Se va a sostener, aunque no sabemos si en esta misma magnitud, pero la mortalidad en exceso, tras dos años de pandemia, sabemos que va a mantenerse, aunque ahora vinculada a otras causas”, explicó Barbás.

Para Francisco Fortuna –exministro de Salud provincial, legislador y parte del comité de expertos que asesora a la Provincia en la gestión de la pandemia–, existirían “causas concurrentes” que podrían explicar el aumento en la mortalidad en enero. Entre las que destaca como de mayor relevancia son los decesos de personas con patologías de base y un estado precario en su salud que se contagian de Covid, y esto potencia el cuadro y se llega al desenlace fatal. En este grupo, se encontrarían quienes cursaron Covid y tuvieron el alta, pero quedaron con secuelas de mediano y largo plazo, que complicaron su situación de salud. No hay estadísticas oficiales que discriminen, entre los fallecidos de enero, a quienes murieron con antecedentes de Covid. Y no hay aún estudios epidemiológicos de long Covid –Covid prolongado– como posible causa de decesos en exceso en grupos de riesgo, como los adultos mayores, confirmó Barbás.

Fortuna también marca como un factor crucial la falta de controles de las personas que tienen enfermedades crónicas y que en pandemia no continuaron sus tratamientos o revisiones periódicas. Y no deja de lado las muertes de personas con diagnóstico confirmado de Covid, “que explican cerca del 25 por ciento de este número de exceso”, consignó el exministro, quien destacó que la mayoría de estas muertes se dio entre no vacunados o entre personas a las que les faltaba completar sus esquemas. En ese grupo, “el Covid sigue teniendo un impacto de mayor mortalidad”, marcó.

Para su par en el comité de expertos Sergio Konig –médico cordobés radicado en Chile y especialista en gestión de la Salud–, también existe una explicación multicausal, de causas concurrentes, pero coincide con Barbás y pone el foco en las patologías desatendidas durante la pandemia. Para Konig, “no hay muertes ocultas por la variante Ómicron” y sí cree que habría que revisar con detalle qué tipo de patologías prevalentes tenían los fallecidos, para “pensar en modo what’s next”, en su expresión. Esto es, extraer alguna conclusión útil hacia adelante. Si la causa del incremento de decesos es “el pasivo” de salud por el contexto de pandemia, este exceso no quedará circunscripto a enero y continuará durante un buen tiempo, advierte.

El avance en la cobertura de vacunación evitó una catástrofe con la alta incidencia que alcanzó la variante Ómicron. Pedro Castillo

Adultos mayores, los más vulnerables

Las muertes en los mayores de 65 años en enero de 2022 en Córdoba tuvieron un 120 por ciento de exceso. El promedio para el mismo mes en el trienio 2019/2021 era de 1.770 fallecimientos. El Registro Civil Digital de la Provincia informó 3.910 decesos en este grupo etario.

En el cruce por sexo y franja etaria, sorprende otro dato: en las mujeres, el exceso en la mortalidad fue del 124 por ciento, con 2.102 decesos. Los varones de más de 65 años, hasta aquí, eran los más vulnerables a la mortalidad en pandemia. En enero fallecieron 1.808, un 117 por ciento por encima del promedio.

“El exceso de muertes se concentró en el grupo de los mayores de 65 años, que son los que más se han cuidado en toda la pandemia y también quienes tienen una mayor cobertura de vacunación con tres dosis. Esto nos presenta, como desafío, qué más hacer para facilitarles el acceso a los controles y para captar la atención. Tenemos que salir a la búsqueda de ellos”, enfatizó Barbás.

En todas las bandas etarias murieron más mujeres: 2.403 fallecidas, un 108 por ciento de exceso en relación con el trienio de comparación.

También murieron más adultos de la franja de 25 a 64 años, aunque en menor proporción. El exceso en mujeres de estas edades fue del 54 por ciento –301 decesos, contra un promedio de 195–, y en varones fue del 49 por ciento –496, frente a 332 “esperables”–.

Mayor impacto en Capital

La distribución territorial de los decesos en enero muestra un mayor exceso en Capital que en el interior. Hubo 2.398 decesos informados en la ciudad de Córdoba, un 124 por ciento más que la media trianual de 1.067 casos esperables. En el interior, la proporción de aumento en los fallecimientos fue del 79 por ciento: 2.420 muertes contra 1.347 de media en los eneros del trienio anterior.

Las muertes domiciliarias, con impacto de la ola de calor

Raúl Lazcano es el coordinador de la Unidad de Constatación y Certificación de Óbitos (Ucco), el equipo que depende del Ministerio de Salud provincial encargado de intervenir en los casos de muertes “aparentemente naturales”, definidas como aquellas que no ocurren por causas violentas ni dentro del sistema de salud, en su mayor parte en los domicilios. Sólo operan en la ciudad de Córdoba y no existe ninguna otra Ucco en el país. No son los únicos habilitados para hacerlo en esos casos: el médico de cabecera o de familia es quien tiene la responsabilidad primaria de esta certificación.

En enero, tuvieron que intervenir en 168 casos, contra 97 de enero de 2021. En 27 de estas intervenciones, derivaron el caso a Policía Judicial para que se hiciera una autopsia porque no había documentación médica respaldatoria, el cuerpo fue hallado en avanzado estado de descomposición o se sospechó de intoxicación con psicofármacos u otra droga.

Durante 2021, la Ucco tomó participación en 1.179 decesos. Un número similar en 2020: 1.184. La media de un poco menos de 100 intervenciones por mes se vio desbordada el mes pasado.

Entre las muertes que certificaron, a Lazcano le llamó la atención una causa repetida: las muertes súbitas, producidas en el contexto de la ola de calor. “Una mujer de unos 75 años sale a hacer las compras o a retirar los remedios del Pami. Cuando llega a su casa, extenuada, se sienta y fallece. Esta situación se dio en forma repetida este mes. Llegamos a ver 20 casos en un día y 59 durante un fin de semana, la mayoría con cuadros similares”, contó Lazcano.

Entre las muertes que certifica la Ucco, se reportan las que ocurren en pacientes con Covid positivo, pero aquellos que ya están confirmados, porque ya no se hace el testeo post mortem como se había indicado en el pico de la segunda ola. Es por esto que puede existir un subregistro de muertes con o por Covid en este tipo de decesos aparentemente naturales.

En el certificado, la Ucco consigna la causa eficiente de la muerte, el diagnóstico más próximo que pudo llevar a la persona a la muerte y si tiene Covid. El punto más relevante, a juicio de Lazcano, es el segundo: “La muerte no es un hecho, es un proceso. Es el deterioro del equilibrio en la salud de una persona que va ocurriendo hasta que llega el desenlace”, explica.

Las patologías preexistentes más comunes en los decesos en los que interviene la Ucco son la diabetes, las enfermedades cardíacas, el Epoc, la hipertensión y los antecedentes de infarto. También, entre los antecedentes médicos, se consigna si una persona fallecida tuvo alguna internación por Covid. La estadística de las muertes de personas que tuvieron Covid-19 y el tiempo que transcurrió entre el alta de la enfermedad y el deceso –un dato que puede ser relevante para establecer si hay un impacto a mediano o a largo plazo de la infección en la mortalidad– es una estadística que no lleva la Ucco, sino que entrega sus reportes al Ministerio de Salud para un análisis más amplio sobre todas las muertes que realiza un equipo que estudia, con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el exceso de mortalidad en pandemia en Córdoba.

Más avisos fúnebres

Los avisos fúnebres publicados en La Voz también subieron en enero y son otro indicador consistente con el aumento en la mortalidad. En noviembre, se habían publicado 925; en diciembre, 928, y en enero se trepó a 1.608 avisos, un número que no se registraba desde el pico de la segunda ola, en junio y en julio de 2021.

El número es “un termómetro”, pero no es exacto porque la cantidad de participaciones se incrementa cuando la persona fallecida había desarrollado en vida una intensa actividad social o institucional.

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