La Voz del Interior @lavozcomar: Embarazo adolescente, pobreza y Estado

Embarazo adolescente, pobreza y Estado

La tasa general de maternidad en mujeres menores de 20 años descendió en los últimos 10 años. Pero si se discriminan los datos de acuerdo con indicadores socioeconómicos y socioeducativos, las madres jóvenes pobres y de bajo nivel educativo son muchas más.

Así lo demuestra un informe del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad, de la Universidad Austral.

En términos económicos, mientras en el quintil más bajo hay un 19% de madres de entre 15 y 19 años, en el quintil más alto apenas hay algo más del 1% de adolescentes madres en el mismo rango etario.

En cuanto al nivel educativo, entre las menores de 20 años que no terminaron el secundario, hay un 17% de madres; pero entre las que concluyeron esa etapa educativa, hayan hecho algún tramo en la educación superior o no, sólo hay un 3%.

Junto con esta diferencia, se han observado otras igualmente preocupantes. Por un lado, sobre el inicio sexual de la mujer: el 43% de las mujeres de sectores vulnerables lo hicieron entre los 8 y los 15 años, contra sólo un 19% de las mujeres de sectores no vulnerables. Por otro lado, en términos sanitarios, apenas un 24% de las madres de sectores vulnerables tienen acceso a la salud, mientras que en el sector no vulnerable ronda el 70%.

En otras palabras, quienes más necesitan educación y salud son quienes menos posibilidades tienen de satisfacer sus necesidades. Y esas deficiencias repercuten en sus hijos: la muerte de niños de madres provenientes de sectores vulnerables llega al 6,10%, mientras que apenas registra un 1,60% en el sector no vulnerable.

Los fallecimientos de los hijos se vinculan con problemas de salud de las madres: depresión, ansiedad generalizada o crisis de angustia, y abuso de alcohol y fármacos, son algunos de los cuadros mencionados.

La participación de los padres en la crianza también difiere y es mucho más baja en los sectores vulnerables en comparación con los no vulnerables. No sólo se ocupan menos que las madres, por ejemplo, de las visitas a los médicos, sino también de diversas tareas de crianza y estimulación.

Veamos la diferencia en la lectura de libros: en el sector vulnerable, el 33% de las mujeres les leen libros a sus hijos, frente a un 10% de los padres; en el no vulnerable, el 55% de las madres les leen libros a sus hijos, frente a un 25% de los padres.

Todos estos factores tienen su influencia en el aprendizaje de los niños: en el sector vulnerable, el 13% de los niños presentan dificultades; en el no vulnerable, apenas un 5%.

Con la mitad de la población por debajo de la línea de la pobreza y con casi un 70% de los menores de 14 años en esa condición, es indudable que el embarazo adolescente requiere de un amplio abanico de políticas públicas para contemplar sus múltiples aspectos.

Sin embargo, en sus primeros meses de gestión, el Gobierno nacional desactivó el plan de prevención del embarazo adolescente. Dilapidó un trabajo de casi dos décadas, en vez de aumentar su presupuesto y la dotación de recursos humanos.

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