La Voz del Interior @lavozcomar: Elecciones Córdoba 2023: ese malestar que no toma decisiones y de mensaje difuso

Elecciones Córdoba 2023: ese malestar que no toma decisiones y de mensaje difuso

En las urnas y fuera de las urnas, los cordobeses pusieron ayer todo tipo de marcas históricas. Estas configuran un escenario político con pocos precedentes en la provincia y reconfiguraciones de todo tipo hacia el seno de las fuerzas políticas y en cuanto a la representación territorial.

Una de esas marcas fue la votación de menor asistencia a las urnas desde el regreso de la democracia. Casi cinco puntos menos que en la última elección, cuando se había sido una de las participaciones más bajas desde 1983.

Casi cinco puntos en una elección que podría definirse por apenas tres tienen una dimensión especial. Quienes decidieron no votar pudieron revertir el resultado o ampliarlo a favor del ganador. El dato es tan contrafáctico como no menor.

Es obvio que el único mensaje válido es el de quienes van a votar. Son ellos los que deciden y eligen cargos ejecutivos y legislativos.

Pero el otro mensaje algo está expresando, y no es tan sencillo de decodificar.

En un escenario de crisis profunda, inflación descontrolada, altos niveles de pobreza y elevados índices de inseguridad, ya se habían registrado señales muy concretas en el país sobre el crecimiento de la abstención y el denominado voto bronca o protesta, en un larguísimo año electoral.

Son ciudadanos que exponen su malestar con la oferta electoral, expresan no sentirse representados y, al decidir no participar de las decisiones, sientan su posición de manera totalmente difusa.

Lo que quieren decir no logra ser interpelado desde el poder. Eso está cada vez más claro.

Con casi cinco puntos de voto en blanco y dos y medio de votos nulos, el llamado voto bronca-protesta no implicó una novedad en el demoradísimo escrutinio provisorio cordobés. Esos siete puntos y medio implican uno menos de lo que sumaron ambas categorías en 2019 y se inscriben en una constante histórica en votaciones de gobernador.

Claro está que no son acciones asimilables de manera lineal. Quienes anulan el voto es como que optan por una opción más activa para exponer su rechazo. Quienes votan en blanco eligen la pasividad para expresar su decepción.

Pasividad al extremo

El fenómeno que se dio en Córdoba este domingo expresó esa pasividad:directamente no ir a votar.

El ausentismo no es un fenómeno cordobés. Ya se planteó en varios distritos que fueron a las urnas en lo que va de este 2023.

Hay nueve provincias que aumentaron muy por encima de Córdoba sus niveles de no concurrencia a votar, con casos muy marcados como los de Chaco y Corrientes, donde sufragó algo más de la mitad del padrón. Si sumamos a Tierra del Fuego, el concepto más amplio de voto bronca, incorporando la abstención, viene mostrando en algunos distritos los niveles de aquella elección legislativa de 2001, previa a la caída de Fernando de la Rúa, estallido social, traumática salida de la convertibilidad y eclosión del sistema de partidos.

Córdoba todavía está muy lejos de expresiones abstencionistas o de rechazo de aquella etapa histórica. Pero la curva de participación sigue bajando, a punto de haber perdido más de 20 puntos en los 40 años de democracia.

Es imposible repetir el fervor de aquellos años ‘80 de recuperación institucional, pero parecía estabilizarse la concurrencia por encima del 70% y este domingo cayó de ese umbral.

La caída de votantes no quitará ni legalidad ni legitimidad a quienes sean consagrados, pero de alguna manera los interpela.

Razones complejas

Las razones del aumento de la abstención son múltiples y complejas.

Ese contexto de crisis abre las puertas al malestar, por ahora canalizado de la manera pasiva antes citado. Mascullar la bronca sin hacer nada. Está claro que esa situación, que ni siquiera es un fenómeno nacional sino casi global, juega un papel central.

El segundo elemento tiene que ver con la atracción que genera un proceso electoral. En la mayoría de los municipios que eligieron intendente hasta acá en Córdoba en este año, el porcentaje de votantes superó el 70%. La proximidad de la gestión es un elemento clave, como lo es la definición de autoridades nacionales, en un país donde los grandes temas son de esa jurisdicción.

Las elecciones provinciales son las de menor pulsión. En el caso de Córdoba, la campaña quedó envuelta en la discusión nacional y recién pareció cobrar intensidad en el tramo final.

Como dato adicional, la Justicia electoral salió a aclarar con un énfasis poco habitual que no aplicaría el artículo del Código Electoral provincial que establece multas para quienes no concurrieran a votar. Una aclaración sobre la que se puso mucha energía ante la sola difusión periodística del monto actualizado de esa multa que establece la ley.

Pudo haber tenido semejante interés en aclarar alguna motivación desconocida o tal vez haya sido una de las tantas desprolijidades de la Justicia electoral en todo este proceso.

Los cambios en ese fuero se acelerarán, coinciden tanto en el oficialismo como en el Tribunal Superior de Justicia.

https://www.lavoz.com.ar/politica/elecciones-cordoba-2023-ese-malestar-que-no-toma-decisiones-y-de-mensaje-difuso/


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.lavoz.com.ar/politica/elecciones-cordoba-2023-ese-malestar-que-no-toma-decisiones-y-de-mensaje-difuso/

Deja una respuesta