El yoga, un aliado de la fertilidad
El yoga ayuda a mejorar el estado físico general. Las posturas o asanas tonifican los músculos, mejoran la circulación sanguínea y ayudan a eliminar toxinas del cuerpo. Además, la práctica regular de yoga reduce el estrés y la ansiedad, dos factores clave que pueden afectar negativamente la fertilidad.
Del sánscrito yoga ‘unión’, योग en devanagari), esta disciplina conecta tanto el cuerpo como la mente a través de la consciencia en las respiraciones y el movimiento generando un estado de serenidad y equilibrio beneficiando a quienes lo practican en su salud física-psíquica y emocional.
El yoga también tiene un impacto directo en el sistema reproductivo. Algunas posturas específicas estimulan los órganos reproductivos y favorecen el flujo sanguíneo hacia la zona pélvica. Esto puede ayudar a regular el ciclo menstrual, mejorar la calidad de los óvulos en el caso de las mujeres y aumentar la motilidad de los espermatozoides en el caso de los hombres.
El yoga, un aliado de la fertilidad
Julieta Quaglia Martínez (MN 178758), médica especialista en tocoginecología y medicina reproductiva, explica que toda persona que comienza un tratamiento de fertilidad, independientemente del motivo y del sexo, se encuentra ante una situación de vulnerabilidad. “Probablemente transitó emociones de angustia e incertidumbre al introducirse en el mundo de la medicina reproductiva”, remarca.
Para la especialista, es clave como profesionales de salud reproductiva empatizar con esas emociones y priorizar el bienestar físico y emocional del paciente para emprender el camino con calma. “La práctica de yoga es una herramienta fundamental ya que puede ayudarlos en el comienzo y el recorrido del tratamiento de fertilidad”, dice.
Beneficios del yoga para la salud reproductiva
- Físicamente contribuye en mantener un estado físico saludable, realizando actividades con el propio peso y equilibrio de este.
- Aporta serenidad y es un momento de pausa mental que logra un vínculo armonioso entre el cuerpo y la mente, resultando en un mejor estado de salud y una sensación de bienestar.
- Reduce el nivel de estrés y el impacto que este enemigo silente del ser humano tiene sobre cada una de nuestras células.
- Mejora la circulación sanguínea favoreciendo la llegada de sangre a la pelvis, periné y genitales.
- Favorece el drenaje linfático, siendo importante en el sistema inmunológico.
- En el sistema endócrino, equilibra la regulación hormonal y favorece su correcto funcionamiento y pulsatilidad.
- Mejora la digestión, el flujo sanguíneo al intestino y los malestares intestinales y gástricos.
- Colabora en la reducción de estrés, sensación de calma mental y paz.
- Aporta flexibilidad tanto física como mental.
- Produce la liberación de endorfinas y serotoninas generando sensación de alegría y bienestar.
“Además, una vez logrado el embarazo, todos estos beneficios tienen un impacto favorable en el feto, por tanto, se recomienda continuar esta práctica teniendo en cuenta las posturas recomendadas según cada trimestre, pero de manera continua durante todo el embarazo”, aconseja Quaglia Martínez.
Yoga para la fertilidad: qué tener en cuenta
- Elegir un instructor con experiencia en este campo. El instructor te guiará en la realización de las posturas adecuadas para tu condición física y te ayudará a adaptar la práctica a tus necesidades específicas.
- Combinar el yoga con otros hábitos saludables, como una alimentación equilibrada y el descanso adecuado.
- Recordar que el yoga no es un tratamiento médico, pero sí puede ser una herramienta complementaria muy valiosa en tu camino hacia la fertilidad.
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