El robot de Elon Musk, un fiasco gigantesco
“¿Viste lo del robot de Tesla?” El viernes de la semana pasada, para quien estuviese más o menos al tanto de las noticias sobre tecnología el gran tema era la presentación del lanzamiento de tres nuevos “productos” de la empresa de Elon Musk.
Un “robotaxi”, una “robovan” y un robot androide llamado Optimus.
No nos vamos a extender en cada uno, en parte, porque se trata de Elon Musk, un especialista en anunciar revoluciones que según él siempre están a la vuelta de la esquina, pero que luego son puestas en perspectiva por la realidad y quedan en un futuro impreciso y poco probable.
De hecho, los inversionistas parecen haberle picado el boleto a las compañías del hombre más rico del mundo, al menos en dos aspectos: no cumple con los plazos que anuncia y sobreactúa sus “lanzamientos” sin brindar mucho detalle. Por eso, las acciones de Tesla bajaron el mismo día del gran evento.
De todas maneras, no se puede negar que Optimus tuvo su impacto, o sea, el efecto buscado. Los títulos en cualquier medio que quisiera repetirlos, giraban en torno a “cómo es el nuevo robot de Tesla y qué puede hacer”; o “Tesla mostró en acción a su robot autónomo”.
Y en este punto hay dos detalles para nada menores. Primero, todo lo “que puede hacer” es en teoría, porque los videos promocionales son solamente eso y Optimus existe solamente como proyecto, lo que desbanca la idea de que Tesla los haya mostrado “en acción”.
Segundo (y acá viene lo más polémico, si se quiere) es que cada uno de los Optimus que pusieron a interactuar con el par de cientos de personas que había en el recinto, estaba manejado a control remoto en todos sus movimientos y su voz no era otra que la de quien estaba al mando de los controles de cada “autómata” (que, como hemos visto, no era tal).
La noticia de esta especie de puesta en escena llegó a los medios recién este martes a partir de publicaciones como esta de The Verge, pero parece que quienes estuvieron en el evento tenían alguna información respecto de que en verdad no se trataba de robots autónomos ni mucho menos.
De hecho, Musk anunció por primera vez el robot humanoide de Tesla subiendo al escenario lo que era claramente una persona con un traje de robot. Y los asistentes a su evento no parecieron molestos o traicionados en su buena fe por eso.
Eso sí: todo esto prueba que la desconfianza de los inversores está justificada; que ser la persona más rica del mundo parece otorgar derecho a difundir información que bordea la lógica de las fake news; que Musk podrá ser muy inteligente, pero es un charlatán; y que el robot Optimus está lejos de la realidad y es más bien un fiasco.
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