El riesgo de consumir cocaína
El consumo de determinadas sustancias tiene un impacto nocivo en la salud de las personas, lo cual impone tomar conciencia de un hábito que, más temprano que tarde, puede precipitar a un abismo sin retorno. También, para no cejar en las campañas de difusión pública acerca de la toxicidad de ciertos alucinógenos conocidos como “drogas de abuso”.
Por citar un caso, hay cifras elocuentes y preocupantes referidas al consumo de la cocaína. Al respecto, advierten que el infarto de miocardio es uno de los efectos colaterales del consumo de esa sustancia, muchas veces alterada a niveles de riesgo mortal.
Para tomar nota de las reacciones cardiovasculares provocadas por el uso de ese estimulante, días atrás publicanos un informe basado en estudios realizados por el servicio de hemodinamia del departamento de cardiología del hospital Córdoba.
Lo relevante y a la vez angustiante del asunto reside en que los episodios de infarto a raíz de la referida adicción se presentan sobre todo en pacientes jóvenes y sin antecedentes de patologías cardíacas.
El estudio de los profesionales determinó que el 14% de las personas atendidas en esa institución con cuadro de infarto han consumido cocaína.
Y que los sucesos provocados por drogas de abuso no sólo están en aumento, sino que han llegado a equipararse con otras afecciones, como la diabetes.
“Estamos viendo mucha drogadicción en pacientes que atendemos con infarto. Desde 2017 comenzamos a notar un alto porcentaje y ahora alertamos sobre un incremento preocupante”, afirma Graciela Scaro, vicedirectora del hospital Córdoba.
No es casual que en anteriores informes dimos cuenta de la baja de edad en el inicio de las adicciones en Córdoba, incluso en la minoridad.
Pero, más allá del crudo diagnóstico que trazan los expertos, sobresale una realidad palmaria: si hay consumidores de sustancias ilegales, significa que hay quien las provee. Sin omitir, claro está, la marihuana y las drogas sintéticas.
Y es entonces cuando entra a pesar un flagelo que excede a la medicina, como es el narcomenudeo, un fenómeno instalado con preeminencia en los grupos más vulnerables y al que las autoridades oficiales pertinentes no han logrado erradicar.
Entre narcomenudeo y crimen narco, no hay demasiadas diferencias. Hay que caer con todo el peso de la ley sobre los proveedores a gran escala.
Otro factor que incide en la mayoría de las patologías cardiovasculares es el tabaquismo, cuyo consumo aumentó en las mujeres, según el estudio.
Es sabido que la inhalación de drogas en dosis elevadas incrementa la posibilidad de infarto, entre otros desenlaces. Y otra vez la noticia infausta: los miembros del citado servicio señalan que las edades promedio orillan los 40 años, aunque aclaran que también atienden a pacientes de 20 y hasta de 18 años. Un panorama de espanto que llama a tomar acciones urgentes desde lo clínico y desde lo jurídico.
Los efectos coronarios obedecen a múltiples razones, pero el aumento de casos por consumo de cocaína exige actuar con rapidez. Demasiadas vidas cegadas como para no tomar medidas sin demoras.
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