La Voz del Interior @lavozcomar: El recuerdo de los comerciantes que sufrieron saqueos en 2013: revivir el miedo y la angustia

El recuerdo de los comerciantes que sufrieron saqueos en 2013: revivir el miedo y la angustia

Los comerciantes saqueados durante diciembre de 2013 recordaron lo que habían vivido en esas fatídicas jornadas por los ataques perpetrados en distintos barrios de la Capital. Entonces estaban solos y a merced de los delincuentes: la Policía se había acuartelado.

Si bien ahora la Policía patrulla las calles y el contexto es diferente, tras algunos saqueos y rumores de que podría haber más, algunos sienten que están reviviendo aquellos días de diciembre de 2013 y para algunos el fantasma es mayor, porque también pasaron por los saqueos del año 2001.

La angustia, la desesperación y el miedo se apoderaron nuevamente de algunos, otros se muestran más confiados, pero la situación está latente y están más atentos a las cámaras, al movimiento del barrio. A algunos incluso les cuesta conciliar el sueño por estos días.

Una doctora en Ciencias Sociales enmarca esta situación en el aumento y naturalización de la violencia en la sociedad y en un contexto de crisis social e institucional.

Le dejaron sólo las perchas

“Reviví todo”, contó Lucas Remedi (43), sobre los robos e intentos de saqueos a negocios de Córdoba. Es que la noticia lo retrotrajo a aquella fatídica jornada de diciembre de 2013.

Hace 22 años que tiene el local de ropa Pato P, ubicado en San Jerónimo al 2600, una zona comercial de barrio San Vicente. El recuerdo le produce angustia y afecta su salud, lo que le generaestrés. Lleva varias noches sin dormir y tiene el celular prendido todo el tiempo.

Es que “diciembre de 2013″ es una fecha que quedó grabada en su memoria de por vida. En pocos minutos, su tienda fue saqueada. Le llevaron tres mil prendas. Sólo quedaron las perchas desnudas y tuvo que comenzar de cero. “Abrí en 2001 y viví tres saqueos”, relató.

Lucas se enteró de que habían entrado a su local cuando estaba de viaje hacia Buenos Aires. La alarma sonó en las primeras horas del 4 de diciembre y su hermano fue a ver qué pasaba. Al llegar comprobó que en cinco minutos se habían llevado desde la ropa y maniquíes hasta los matafuegos. Le robaron entre $ 400 mil y $ 500 mil (valuado en ese momento).

Comerciantes que fueron saqueados en 2013 recuerdan los sucesos de aquel episodio.  (Nicolás Bravo / La Voz)

El comerciante tuvo que regresar inmediatamente. Cuando llegó al local, su impresión fue de desazón. No le quedaba nada, encima el negocio tenía los vidrios y las aberturas rotos. Para recuperarse contó con la ayuda de los proveedores y empleados, que le dieron “una mano” y así pudo seguir trabajando. A los pocos días regresó a Buenos Aires a buscar más mercadería. “Los proveedores no me recibieron la plata, me dijeron que les pagara después. Y también tuve un crédito del Gobierno y lo estuve pagando hasta 2017″, narró.

Y agregó: “Me llevó cuatro años comprar la misma cantidad de perchas”.

Esta vez cuenta con mayores medidas de seguridad, pero está en alerta. Piensa que esta situación es algo parecida a la de 2013, aunque diferente porque ahora hay patrullajes policiales, a la vez que están comunicados por WhatsApp entre comerciantes y la Policía. “Si entran entre 20 o 30 personas, mucho no se puede hacer”, manifestó.

Precaución, pero sin pánico

Gustavo es encargado de la ferretería D’Todo, ubicada en avenida Donato Álvarez al 8300, que fue saqueada en 2013 y cuyo dueño, Rubén López, falleció en 2019. Gustavo, aunque no estuvo en 2013, comentó cómo viven la situación actual: dijo que notó una presencia policial más permanente en las calles y también, mucha circulación de noticias falsas y grupos que generan agitación.

Comerciantes que fueron saqueados en 2013 recuerdan los sucesos de aquel episodio.  (Nicolás Bravo / La Voz)

A diferencia de lo ocurrido en 2013, donde los saqueadores eran en su mayoría vecinos y clientes habituales, en esta ocasión él observó que las motos que circulaban por el lugar eran personas de zonas más alejadas. Gustavo señaló que a su modo de ver esto no tiene que ver con “saqueos”, sino con “personas que buscan aprovecharse de la situación para poder robar en función del número de participantes”, que es más difícil de frenar, como los robos piraña. “Tiene que ver más con la delincuencia común”, añadió.

Gustavo también contó que uno de los empleados del lugar durmió el lunes a la noche en el lugar por iniciativa propia. “Para mí no sirve de nada porque lo único que vas a hacer si entran es verlo en primera persona, filmarlo y arriesgarte”, dijo, entendiendo que no se puede frenar un saqueo o un robo masivo. “Estamos atentos y, si vemos poco movimiento a la noche, cerramos antes, pero no queremos dejarnos llevar por la sensación porque caemos en la desconfianza permanente hacia todos, en la portación de rostro”, concluyó.

“Cerramos todo hasta que pase la situación”

Claudio es dueño de dos locales de ropa. Uno en barrio Los Bulevares y otro en la calle Donato Álvarez. En 2013, le saquearon el local de Los Boulevares y para volver a abrir tuvo que vender un auto y otras pertenencias porque el seguro no le cubrió y el Gobierno no ofreció ayudas. Fue como “empezar de cero”. Ante el miedo a pasar por lo mismo, el lunes pasado decidió irse a dormir a uno de los locales y su esposa a otro. “Estuvimos hasta las 6 de la mañana. Vino el Eter, se llevó gente, pero no pudieron saquear. El martes decidí llevarme toda la mercadería por prevención”, cuenta Claudio.

Tiene estantes llenos de ropa que llegan hasta el techo. El martes estuvieron desde la mañana hasta las 10 de la noche embolsando y cargando todo hasta su casa. Ya el jueves volvieron a traer la ropa, algo que les lleva dos días acomodar. Mientras una empleada acomoda cada bolsa, un herrero refuerza una reja en la vereda. “Tenemos seguridad, pero estamos reforzando todo. No puedo arriesgarme a perder todo de nuevo”, dice Claudio. Sabe que eso no evitaría del todo un saqueo o un robo, pero al menos se les hace más difícil.

Mientras dialogaba con La Voz, una clienta se acercó y preguntó si estaba abierto, pero tuvieron que decirle que volviera otro día.

La legitimación de la violencia

Valeria Plaza es abogada, doctora en Ciencias Sociales e investigadora de Conicet. Trabaja como docente en la Universidad Nacional de Córdoba y como investigadora de las políticas de seguridad. La especialista resalta que el saqueo y la violencia no deben ser vistos de manera aislada. Analiza al saqueo como una modalidad delictiva y considera que la violencia no es “instrumental” para el robo, para quedarse con un bien, sino que también hay una legitimación y disfrute en ejercerla, como un mecanismo de vinculación social.

Además, señala que la crisis social y la crisis institucional contribuyen a este clima, lo que genera un caldo de cultivo para estas conductas. “Incluso en la campaña política se han visto propuestas radicalizadas que proponen la aniquilación del otro o al que roba, una violencia que se asienta en el miedo”, explicó.

La especialista sostiene que, en momentos de crisis social e institucional, el oportunismo se convierte en un factor determinante para cometer actos delictivos. Las redes sociales también desempeñan un papel, ya que se magnifica la espectacularidad de algunos robos y saqueos. Otro factor que tiene que ver en este contexto es el del consumismo. “En una sociedad capitalista que te dice que para ‘ser’ tenés que ‘tener’, el consumo se vuelve una práctica. Todos somos consumistas: algunos tienen los medios legales para hacerlo y otros no, y si encuentran una oportunidad en forma masiva para quedarse con un electrodoméstico o un fernet, lo van a hacer”, dijo.

Si bien señaló que no es un fenómeno meramente local (de la provincia), indicó que Córdoba está mejor en relación con ciudades como Rosario en los índices de violencia en robos, pero que está peor que la provincia de Buenos Aires.

Por último, la especialista destaca la importancia de que no se naturalicen las formas violentas y que haya respuesta del Estado. “Hay que prevenir con políticas públicas a largo plazo. Y en el corto plazo el patrullaje policial, judicializar los casos, que el vecino sienta que hay una respuesta; si no, se genera ese efecto contagio de salir a defenderse solo”, explicó.

También dijo que es importante en estos tiempos no magnificar ni desinformar para no contribuir a un clima de mayor miedo y violencia.

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