El PJ y JPC salen a buscar el voto “casa por casa” en barrios populares
El resultado de las elecciones provinciales fue una encuesta concreta para los protagonistas de los comicios municipales de la ciudad de Córdoba, el 23 de julio. Las dos principales alianzas Hacemos Unidos por Córdoba y Juntos por el Cambio están pergeñando buena parte de su estrategia electoral, en base a esos números, para alimentar las aspiraciones de sus candidatos a intendente: el oficialista Daniel Passerini y el opositor Rodrigo de Loredo.
En los comicios provinciales, el oficialista Martín Llaryora le sacó en la Capital una diferencia de más de 56 mil votos al opositor Luis Juez.
Buena parte de esa ventaja, el ya gobernador electo la consiguió en los barrios más populares de la Capital. Pero con un dato que ahora se volvió significativo para el PJ: en esos sectores, la concurrencia fue bastante inferior al 67% global que fue a votar.
Hay datos que los oficialistas y opositores sacan de las planillas del escrutinio provincial definitivo. En los 35 barrios más poblados de Córdoba, donde viven 638.680 electores, la diferencia a favor del oficialista Llaryora fue de 31.803 votos.
En esos barrios no fueron a votar 215.923 personas. Y los barrios con mayor ausencia de votantes, arriba del 20 por ciento, fueron donde el PJ obtuvo mayores diferencias (con excepción de la seccional Primera, donde se impuso Luis Juez).
En la otra vereda, el radical De Loredo también mira las mismas planillas de los resultados que el oficialismo.
Es consciente que debe mejorar su cosecha de votos opositores en los barrios más carecientes de la ciudad, donde en el pasado el radicalismo, y luego el juecismo, fueron fuertes electoralmente.
Ninguna de las dos alianzas desatenderá el resto de los sectores de la ciudad. Aunque ambas admiten un objetivo en las dos semanas que quedan de campaña: salir a buscar el voto “casa por casa” en las barriadas más populares de la Capital.
Sin tiempo para festejos
El flamante gobernador electo no tuvo tiempo para festejar el ajustado triunfo en las elecciones provinciales. Llaryora se puso al frente de la campaña del oficialismo en la Capital, para apuntalar las chances electorales de su viceintendente Passerini, el candidato que él eligió para que lo suceda.
El jueves pasado, un día después de quedar confirmado como el sucesor del gobernador Juan Schiaretti, el intendente capitalino convocó a una reunión reservada a los principales dirigentes del PJ Capital.
En ese encuentro en el Palacio Municipal, ornamentado por los festejos del 450° aniversario de la ciudad, Llaryora no anduvo con grises a la hora de pedir “un esfuerzo más” para tratar de retener el poder, también en la Capital.
“En las elecciones provinciales perdimos entre tres y cinco puntos en la Capital de gente que no fue a votar en las barriadas populares. Esos vecinos nos apoyaron, pero muchos no fueron a votar. Hay que ir a buscarlos casa por casa, si queremos ganar la Intendencia. Hay que redoblar el esfuerzo. De ustedes depende”, le dijo -y comprometió- el gobernador electo a los principales referentes peronistas capitalinos.
Para el oficialismo, el escenario electoral en la ciudad se puede resumir en pocas palabras: ganaron por 56 mil votos las elecciones para gobernador, pero ahora enfrentarán a un rival como De Loredo, mucho más consolidado en la Capital, en comparación con Luis Juez, postulante a nivel provincial.
La segunda conclusión del análisis que hacen en el PJ, es que Llaryora consiguió gran parte de esa diferencia en las barriadas más populares, pero donde hubo mucho ausentismo en las urnas.
En esos sectores sociales, el peronismo espera aumentar la diferencia que obtuvo en los comicios provinciales, para enfrentar un posible mayor caudal de votos, que las encuestas propias le otorgan al radical De Loredo.
En este contexto, la meta de la aceitada estructura del PJ Capital está en aumentar el porcentaje de participación en los barrios más carecientes.
De allí, el pedido ampuloso y repetido del futuro gobernador a la militancia de ir a buscar “casa por casa” a los vecinos para que vayan a votar.
Que Llaryora se haya la campaña “al hombro” -una definición que suele repetir Juan Schiaretti en tiempos electorales- tiene que ver con que su gestión provincial y su futuro político dependen mucho de retener el poder en la ciudad de Córdoba, ahora su territorio político.
Diferencia
La Capital fue donde el oficialismo consiguió la mayor diferencia en las elecciones provinciales, en un estrecho triunfo por poco más 64.300 votos.
De esa ventaja sobre Juez, a 56.265 votos, Llaryora los consiguió en la Capital.
Aunque hay atenuantes para esta lectura numérica que indican que el peronismo está lejos de relajarse, todo lo contrario, sobrevuela cierta preocupación, de cara a las elecciones del 23 de julio.
Con matices y sin entrar en números finos, porque hay encuestas para todos los gustos, como pasó a nivel provincial, los peronistas reconocen que “arrancan de atrás” en este segundo tiempo, como Llaryora calificó a los comicios municipales.
Con ese convencimiento, y con las planillas de los resultados de los 119 circuitos electorales, de las 14 secciónales de la ciudad, Llaryora y Passerini reforzaron la estructura de trabajo militante para esta campaña.
Héctor “Pichi” Campana es el jefe de campaña del oficialismo en los anuncios. Se trata de un dirigente con buena imagen, pero sin “territorialidad”. En los hechos, hay un grupo de funcionarios municipales y dirigentes del PJ Capital que se dividieron el trabajo en las distintas secciones.
“Estamos haciendo acupuntura territorial. Ponemos una aguja en cada rincón de la ciudad”, explicó un funcionario llaryorista, tal vez, exagerando, aunque la definición grafica el “barrido” o “territorialidad fina” que el oficialismo puso en marcha en la Capital, en los últimos días.
Una estrategia alentada hasta el cansancio por el propio Llaryora. También avalada por el gobernador Schiaretti, en su lanzamiento en Córdoba de la campaña como precandidato presidencial, el viernes pasado.
En las últimas reuniones, quedó conformada una mesa de campaña con referentes en cada seccional. Hay integrantes del gabinete municipal, concejales y legisladores.
Estos dirigentes son los “coordinadores” en cada seccional, pero no son los únicos. En cada sector hay referentes territoriales que también tienen peso en las decisiones.
La seccional Primera está a cargo de la ministra de la Mujer, Claudia Martínez. Segunda: la concejal Soledad Zarazaga, que responde al secretario de Gobierno Municipal, Miguel Siciliano. Tercera: el concejal llaryorista Marcos Vázquez. Cuarta: el propio Siciliano. Quinta: el legislador provincial Diego Hak. Sexta: el secretario de Desarrollo Social, Raúl La Cava. Séptima: el secretario de Participación Ciudadana Juan Domingo Viola. Octava: Martín Simonian, un estrecho colaborador de Passerini. Novena: el secretario de Transporte, Marcelo Rodio. 10: la titular del Coys Victoria Flores. 11°: el secretario de Desarrollo Metropolitano Gabriel Bermúdez. 12°: la legisladora Nadia Fernández. 13°: la ministra de Economía Familiar, Laura Jure, y la 14°: Rodrigo Ferreyra, otro dirigente muy cercano a Passerini.
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