La Voz del Interior @lavozcomar: El peronismo perdió bastiones y acelera la salida de una generación

El peronismo perdió bastiones y acelera la salida de una generación

Si la política es territorialidad, el peronismo sufrió en el interior un impacto que lo descolocó: no sólo que se revirtió el histórico aporte que le aseguraba gobernadores, sino que hubo una pérdida real de municipios, particularmente aquellos donde los cacicazgos forjados reelección tras reelección se quedaron sin cacique.

Un dato duro para dimensionar el impacto que tuvo en el PJ la decisión de Juan Schiaretti de eliminar las re-reelecciones indefinidas: en las 50 principales ciudades de la provincia cuyos intendentes no tenían esta frontera, 22 pertenecían hasta el domingo pasado a Hacemos por Córdoba o a fuerzas vecinalistas aliadas. Ahora, la oposición recuperó 10 y conducirá desde diciembre 25, la mitad.

Debajo de la ola amarilla que cubrió la zona núcleo, en el sur provincial, hay varios ejemplos puntuales del retroceso municipal.

En Marcos Juárez, por caso, 10 jefes comunales estuvieron vedados de postularse nuevamente, ya sea por carta orgánica propio, como fue el caso de Pedro Dellarossa, o por la aplicación de la reforma política aprobada en la Legislatura en 2016. De esas 10 localidades, el PJ controlaba seis, con una población de 50.100 habitantes.

Tras el resultado del domingo pasado, sólo quedó en pie el peronista no schiarettista Gustavo Dal Bo, quien sucederá a Sandra Dal Bo al frente de la localidad Cavanagh, de 1.240 habitantes. Juntos por el Cambio le arrebató al peronismo cinco localidades donde sus caciques no podían repetir, por lo que comandará nueve, donde viven 63 mil personas, al tener el control de nueve localidades, un escenario inédito para el oficialismo provincial.

La debacle peronista encuentra en la falta de re-re una excusa perfecta para gambetear el debate respecto de cómo se construyeron (o destruyeron) en estos años de hegemonía los liderazgos.

El salvavidas de los parientes

La búsqueda de un pariente para garantizar la comuna para la familia tuvo resultados distintos; relativos a cada microclima.

El departamento Santa María fue un buen laboratorio del peronismo: Viviana Spadoni, pareja de Hugo Suárez, fue electa intendenta de Los Cedros; Nicolás Merlo, hijo de Jorge, quedará al frente de Valle de Anisacate; “Carli” Guzmán, hijo de Carlos, asumirá en La Serranita; pero Gabriel Calvelo, cuñado de Pedro Ciárez, intendente de Malagueño, perdió ante Marcos Fey, en el marco de una interna abierta entre peronistas. El final de la cuenta en esa localidad, la segunda del departamento, no deja de ser positiva para Martín Llaryora.

En cambio, en Anisacate, Matías Cuello, hijastro de Ramón Zalazar, no pudo sostener el ducado y perdió ante la “halcona” Natalia Contini, una PRO dura que promete derribar la estatua de Néstor Kirchner que Zalazar emplazó a la vera de la ruta 5.

Distinto fue en La Calera, donde la “re-re” no tuvo nada que ver: allí, la pelea de los primos Facundo y Rodrigo Rufeil llevó al PJ a una derrota que sería un antecedente para el ajustado resultado que se estaría dando en la elección provincial, donde la banca de Colón se definirá por un puñados de votos.

Bastiones caídos

Aquellos territorios en los que una derrota parecía improbable para el PJ por la preponderancia de la tradición, el fin de la “re-re” parece haber incidido de manera directa, dándole a Juntos por el Cambio una ventaja política. Algunos casos son emblemáticos. Por ejemplo: en Santa Rosa de Calamuchita, el intendente Claudio Chavero se postuló para la Legislatura y dejó un delfín a disputar la Municipalidad. El resultado de la elección no pudo ser peor para él: no tendrá su escaño, que fue para el radical Mauricio Jaimes, y deberá darle las llaves de la ciudad a Eduardo Martín, de Juntos por el Cambio.

Le pasó lo mismo a Claudio Farías, el intendente de Cruz de Eje: perdió la banca a manos de Fernando Luna y deberá ceder el mando de la ciudad que gobierna a Ramiro Raschetti, también de Juntos por el Cambio.

Y la situación es análoga en Río Segundo, donde Gastón Re, intendente de Oncativo, fue vencido en la departamental por Lucas Valiente y deberá entregar la Municipalidad al radical Nicolás Filoni.

Aunque la principal ciudad de General San Martín, Villa María, aún no votó, sí lo hizo su gemela, Villa Nueva, donde Natalio Graglia, impedido de ser re-reelegido, delegó en su hermano Franco la candidatura a intendente, con otro resultado catastrófico para el peronismo, que perdió ante Ignacio Tagni, de Juntos por el Cambio.

El dato de Villa Nueva sirve para recordar que resta que la mayoría de los cordobeses elijan sus respectivos intendentes, los próximos jefes de la política local: los vecinos de Córdoba, Río Cuarto, Villa María, Alta Gracia, Río Tercero y Villa Allende, entre otras ciudades, aún no lo hicieron. Los capitalinos comenzarán a trazar el mapa del poder que viene el 23 de julio, cuando decidan quién será el intendente de la segunda ciudad del país.

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