La Voz del Interior @lavozcomar: El periodismo y el desarrollo sostenible

El periodismo y el desarrollo sostenible

Hoy es el Día del Periodista. En Argentina, aunque no en otros lugares del mundo. Esto es así porque pese a que se ha consagrado un día internacional –el 8 de septiembre–, este es conmemorado en pocos países; la mayoría recuerda la fecha que considera más representativa de su tradición periodística. En nuestro caso, la fundación de la Gazeta de Buenos Ayres, primer periódico fundado tras la Revolución de Mayo, cuando en estas tierras se iniciaba el camino hacia la independencia.

Otra jornada de gran simbolismo es el 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa. Este año asistí al evento central convocado por la Unesco en Santiago de Chile, y luego a un foro regional organizado en Lima por el Sistema de Naciones Unidas en el Perú (PNUD, Unesco y Oacnudh).

En encuentros previos en la capital chilena, los debates se centraron en el difícil momento que vive la prensa en las Américas y, en mayor o menor medida, en el mundo entero. Hay estigmatizaciones; restricciones de acceso a información pública; agresiones; amenazas; acosos físicos, en línea o judiciales; persecuciones políticas; encarcelamientos; ataques a periodistas y medios de comunicación; ciberespionaje; bloqueos; confiscaciones de equipos; exilios forzados; deportaciones; secuestros y asesinatos a manos del crimen organizado.

El objetivo, en todos los casos, es censurar, presionar, acallar la acción del periodismo.

Pero la prensa afronta asimismo crecientes dificultades de subsistencia, ya que aunque los medios poseen más audiencia que nunca, buena parte de los ingresos que financiaban el periodismo profesional son absorbidos por intermediarios que concentran más del 80% de la publicidad digital mundial. Esto genera los llamados “desiertos informativos”, con extensas zonas del planeta sin voces locales que reflejen sus necesidades y propuestas.

“El discurso de quienes dicen privilegiar la comunicación directa con la sociedad –planteé en la reciente reunión de medio año de la SIP– suele ocultar otro propósito: enturbiar el debate ciudadano, potenciar la confrontación a través de bots y granjas de troles, en una lógica amigo-enemigo que termina minando el debate social y demoliendo la institucionalidad”.

Y agregué: “El camino no es con menos periodismo, sino con más y mejor periodismo, con medios sostenibles, con acciones de los estados para garantizar la seguridad de quienes informan a la sociedad”.

Periodismo e institucionalidad

La sostenibilidad de los medios adquiere aquí un papel central para fortalecer la acción del periodismo, apuntalar el debate ciudadano y, de ese modo, neutralizar el debilitamiento democrático que se advierte en diversos puntos del planeta.

Por ello es vital que se implementen políticas públicas para garantizar la sostenibilidad de la prensa y del periodismo en general. Por ejemplo, promoviendo negociaciones entre las plataformas globales de internet y los medios de comunicación para que se reconozca una retribución justa por los contenidos que estos generan y aquellas distribuyen y monetizan.

En el encuentro realizado en la capital chilena, colegas españoles propusieron que en conjunto gestionáramos la incorporación del valor de una prensa libre e independiente entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por las Naciones Unidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para 2030 haya paz y prosperidad en el mundo.

Empoderamiento ciudadano

Sobre este aspecto ahondé luego en el foro de Lima con la representante del PNUD, la alemana Bettina Woll, quien en una nota publicada en esos días en el diario La República había dicho que “una ciudadanía empoderada y vigilante, consciente de las principales problemáticas que afectan a su comunidad, es clave para lograr una gobernanza efectiva que haga posibles los ODS”. Y agregaba: “En este marco, una prensa libre e independiente cumple un rol fundamental, pues brinda información útil para involucrarse en los asuntos públicos e incidir en ellos”.

Está largamente demostrada la correlación entre el aumento de las restricciones al trabajo periodístico y el crecimiento de la corrupción, la caída del producto interno, la pérdida de competitividad y el deterioro de la calidad de vida de la gente. Sin vigencia de las libertades de expresión y de prensa, la democracia se debilita, la sociedad queda inerme ante el poder y se deteriora su calidad de vida.

Para hacer foco sobre el tema, no parece necesario ampliar el listado de 17 objetivos definidos en 2015, sino precisar que la sostenibilidad de la prensa debe tener un lugar más destacado en el ODS 16, que habla de “Paz, justicia e instituciones sólidas”. Entre las metas de ese objetivo, figura “garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales”.

Un foco más cercano sobre las dificultades crecientes que afronta la prensa y respecto de cómo esta realidad compromete el acceso a la información y, por ende, la participación ciudadana en la vida en comunidad, sería una contribución clave para concientizar sobre el valor del periodismo profesional en tiempos de desinformación y debilitamiento institucional.

* Director Periodístico de La Voz; presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)

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