El “pacto de mayo” que no será en mayo
El Gobierno nacional suspendió la firma del “pacto de mayo”, que debía realizarse en Córdoba el próximo sábado, en medio de los festejos por el primer gobierno patrio. La justificación apunta a la demora del tratamiento de la “ley bases” por parte del Senado: si ese proyecto no está aprobado, no puede haber pacto, aseguran.
El 1° de marzo, al abrir las sesiones ordinarias del Poder Legislativo, el presidente Javier Milei convocó a gobernadores, expresidentes y líderes de los principales partidos políticos a suscribir un pacto por un nuevo orden económico y social, denominado simbólicamente “pacto de mayo” para resignificar el 25 de Mayo: si aquel día de 1810 lo que hasta ese entonces integraba el Virreinato del Río de la Plata comenzaba un nuevo período histórico, en 2024 Argentina inauguraría un nuevo ciclo.
El pacto contemplaría la inviolabilidad de la propiedad privada; el equilibrio fiscal; una reducción del gasto público para que este se ubique en torno del 25% del producto interno bruto; una reforma tributaria para reducir la carga impositiva; la configuración de una nueva coparticipación federal; un plan de explotación de los recursos naturales de las distintas provincias; una reforma laboral; una reforma previsional; una reforma política, y la apertura al comercio internacional. Temas generales sobre los cuales no se especificó contenido alguno.
En los hechos, en los dos meses y medio que transcurrieron desde aquel discurso, nunca hubo una formulación precisa para cada uno de esos tópicos. Tampoco hubo reuniones en las que se pudiera discutir un programa acorde con ese temario, que fijara, por ejemplo, objetivos de corto, mediano y largo plazo.
Un pacto, según el diccionario, es un tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir una serie de pautas que han estipulado. Queda implícito en la definición que esas pautas fueron convenidas entre todos los firmantes. Y la única manera posible de llegar a un acuerdo semejante es a través del diálogo, la negociación y el entendimiento entre todos los participantes.
Nada de eso sucedió. No por causa de la oposición, sino por entera responsabilidad del Gobierno, que pretendió disfrazar como “pacto” lo que en la práctica no representaría más que un contrato de adhesión a su plan. Una adhesión tal que restringiera a los firmantes la posibilidad de criticar a futuro las líneas de acción del oficialismo vinculadas con esos temas.
Es cierto que Milei puso como condición previa la sanción de la “ley ómnibus” que no había sido aprobada en el período extraordinario de sesiones. Pero es igualmente cierto que ahora, como entonces, el tratamiento legislativo se ha visto trabado por la disfuncionalidad de los bloques oficialistas, que no cuentan con el aval necesario para negociar con los bloques opositores ciertas reformas del articulado original. Un aval que Milei les niega porque cree que nadie puede enriquecer su proyecto, sino que, al contrario, buscan desmantelarlo.
El Presidente debiera comprender que se aleja de su propósito cuando desprecia las opiniones de los opositores y afirma que la política equivale a “miseria, bloqueo, palos en la rueda, trampa”. En estos primeros seis meses de gestión, esa estrategia le ha dado nulos resultados.
https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/el-pacto-de-mayo-que-no-sera-en-mayo/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/opinion/editorial/el-pacto-de-mayo-que-no-sera-en-mayo/