El feliz cumpleaños de Messi: llega a los 36 con el trofeo que más quería
Lionel Messi pasará este sábado acaso uno de los cumpleaños más felices de sus 36 años de vida. Participará del partido homenaje a “Maxi” Rodríguez en el estadio de Newell’s Old Boys de Rosario. Y es muy posible que la hinchada rojinegra le dedique la tradicional canción y lo ovacione cada vez que toque la pelota.
En el Parque de la Independencia (y también el domingo en la Bombonera cuando acompañe a Juan Román Riquelme en su despedida), “Leo” volverá a comprobar lo que ya sabe de sobra: es el argentino más amado, el ídolo mayor. Uno de los pocos indiscutibles para los 47 millones de habitantes de esta tierra que aprendieron a admirarlo y a quererlo luego de haberle dado la espalda injustamente durante mucho tiempo, demasiado.
Es además, el primer cumpleaños que Messi celebra como campeón del mundo, el título que tanto persiguió y lo obsesionó durante su incomparable carrera. Y uno de los pocos que puede pasar junto con su gente y sin estar concentrado.
La gloria máxima que hace seis meses abrazó en Qatar vale más que ninguna para él. Y lo hizo replantear el rumbo de los años por vivir. “Ya está, ya está, no hay más nada” le gritó desde la cancha a su familia inmediatamente después de la imborrable consagración contra Francia.
Por eso, luego de su paso ingrato de dos temporadas por el París Saint Germain, donde admitió que no fue feliz, y con la satisfacción del objetivo cumplido, eligió quitarse de encima una mochila de presiones y no seguir apuntándole a la rutina de lo extraordinario y a los grandes logros, esos que consiguió a lo largo de sus 18 años de campaña profesional.
Desde ahora, la consigna de Messi es disfrutar y dedicarle más tiempo a su esposa Antonella y a sus hijos, Thiago, Mateo y Ciro. Por eso, eligió jugar en el Inter de Miami y hacer una experiencia en la creciente MLS de los Estados Unidos a cuyo desarrollo e inserción habrá de contribuir desde el peldaño más alto del podio del fútbol mundial.
Nadie más que “Leo” sabe cuánto habrá de durar su recorrido por la cálida y elegante Miami. Y si el estado de la Florida será la estación terminal de su trayectoria como jugador impar. O la penúltima etapa antes de su regreso a Europa y a Barcelona, su lugar en el mundo.
Hoy parece difícil que se dé ese reencuentro que todos ansían, empezando por el mismo. Deben cuadrarse demasiados factores extrafutbolísticos para que así sea. Pero no se lo puede descartar. }
Lo que sí parece definido por los Messi es que una vez que se consume el retiro que todos queremos lo más lejos posible en el tiempo, volverán a vivir en su mansión de Castelldefels. Con los pies en Europa. Pero con el corazón mirando a la Argentina.
“Leo” no descuidará bajo ningún aspecto su campaña en los Estados Unidos donde los intereses deportivos del futbolista compartirán espacio con los negocios que lleva adelante su padre y representante, Jorge. Pero el foco central estará puesto en la selección argentina.
Quiere seguir siendo su capitán y su número 10 porque disfruta serlo. Y lo potencia la admiración de sus compañeros y rivales y el cariño de las multitudes. En septiembre saldrá al frente en el estadio Monumental para empezar a jugar ante Ecuador su sexta Eliminatoria. Con la idea de disfrutar de cada partido y de cada contacto con la gente.
Pero él ya se encargó de dejar en claro que no cree que con 39 años, pueda llegar al final del camino, el Mundial tripartito de Estados Unidos, Canadá y México en 2026.
Jugará el año próximo la Copa América en los Estados Unidos porque se siente comprometido a defender el título logrado en 2021 ante Brasil y en el estadio Maracaná. Después, sólo hay interrogantes.
Hay quienes creen que luego de esa Copa, Messi le dirá adiós a la gloriosa casaca de los campeones del mundo. Otros imaginan que jugará hasta el final de las Eliminatorias, en noviembre de 2025 y con el pasaje sellado para el Mundial, dará el mensaje de despedida.
Como siempre, la decisión depende de él y del estado de sus piernas magistrales y su mente privilegiada. Pero después de sus declaraciones en China, “Leo” ha dejado en claro que no exprimirá su físico y su mente con tal de hacer lo que nadie hizo a lo largo de la historia del fútbol: jugar seis veces la Copa del Mundo.
Mientras tanto, Messi va. Es el ídolo máximo de las generaciones más jóvenes, su camiseta número 10 bate récords de venta mundial y su iconografía triunfal alzando la Copa en Qatar decora miles de murales callejeros a lo largo y a lo ancho del país. Y hasta sirve de marco de millones de juntadas familiares. En una Argentina en la que todo es discutido, cuestionado y polemizado, Messi es inobjetable. No ofrece ningún flanco a la crítica y se deja querer por todos.
Maduro, feliz y realizado, ciudadano del mundo, Lionel Messi hoy cumple 36 años rodeado del amor de un país que le entregó su corazón después de demasiados años de ingratitud. Se lo ganó sin necesidad de declaraciones explosivas o gestos demagógicos y sin fabricarse enemigos a cada paso.
El combo de su fútbol inigualable y de una personalidad sin estridencias y de bajo perfil cautivan a una sociedad a la que él le enseño dentro de la cancha que hay que ir detrás de los sueños.
Porque los sueños se hacen realidad. Como Messi los hizo a lo largo de una carrera a la que casi no le quedan páginas en blanco por escribir.
Los números de la espectacular carrera de Messi
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