El extraño caso del árbitro Coote: de día, un juez honorable; de noche, un sujeto fuera de control
Posiblemente afectado por el último fenómeno de Mercurio retrógrado del año, rareza astronómica que provoca severos contratiempos en los signos del zodíaco, el árbitro inglés David Coote fue suspendido por la Liga inglesa y por la Uefa a partir de quedar involucrado en una seguidilla de situaciones escandalosas que, en un puñado de días de noviembre, desmoronó su prestigiosa carrera en el fútbol inglés. Un supuesto arreglo de partidos presuntamente vinculado con el submundo de las apuestas deportivas, insultos al ex-técnico de Liverpool Jürgen Klopp (que evidentemente no le caía bien) y probable consumo de drogas y organización de fiesta con drogas (en grado de tentativa) durante la Eurocopa 2024 fueron denunciados por la prensa inglesa desde principios de mes y conformaron un tsunami de imputaciones que demolería hasta la imagen de Bambi y que efectivamente tuvo el efecto del impacto de un misil hipersónico ruso en la foja de servicios de Coote.
“Solo le falta que lo investiguen por espionaje en favor de Corea del Norte, pero hasta que termine noviembre no estamos en condiciones de descartarlo”, arriesgó un dirigente en referencia a la negatividad que tuvo este mes en la trayectoria del colegiado debido a que Mercurio puso reversa en su órbita, como suele hacerlo cada tanto, aparentemente por una costumbre que tienen los mercurianos y cuyas razones que los terrícolas no podemos descifrar. “Parece que los habitantes de Mercurio tienen capacidad de dominar la órbita del planeta y, cuando les pinta, lo ponen a girar marcha atrás mientras cantan a coro ‘De reversa, mami’”, explicó un desorientado científico de la Nasa. “Si me preguntan cómo son los mercurianos, diría que se parecen a los lémures locos de la película Madagascar”, agregó.
Pero, más allá de los misterios del cosmos, el cuerpo acusatorio que pesa sobre Coote sorprendió tanto al fútbol, jugadores y aficionados, que muchos piensan que el árbitro podría llegar a tener un trastorno de personalidad múltiple: por un lado, la de un atildado, flemático y eficiente árbitro británico celoso del reglamento y de su trabajo; y por otro, la de un sujeto fuera de control, irascible, xenófobo y proclive a los excesos. “Podría tratarse de una versión arbitral de El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la memorable novela de Stevenson que narra que dos personalidades conviven en una misma persona, la del Dr. Jekyll, amable, bondadoso y responsable; y la Hyde, una suerte de barrabrava violento, resentido, malvado, descontrolado y carente de culpa”, señala un dirigente de la Federación Inglesa.
En medio del escándalo, no deja también de sorprender que hasta este fatídico mes de noviembre la carrera de Coote venía impecable: había sido designado uno de los árbitros ingleses en la Eurocopa de este año y se había desempeñado en el VAR, desde hacía cinco años formaba parte de la elite del arbitraje de la Premier League y, según las encuestas, a sus 42 años era el yerno maduro que 82,6 por ciento de las madres inglesas querrían tener.
Pero los problemas para su imagen comenzaron cuando se filtró un video en el que trataba al entonces DT de Liverpool, Jürgen Klopp, de “alemán de mierda”, lo que se considera un insulto xenófobo en un país que trata tan bien a los extranjeros que, por ejemplo, aprobó solventar viajes de regreso al África de africanos que son encontrados en las ciudades inglesas flojos de documentos. “Se trata de gente que extraña y padece nostalgia y que no puede volver por sus propios medios. Por esa razón, nosotros los subimos a aviones y los mandamos a Ruanda (no necesariamente deben ser ruandeses) para que vuelvan a ser felices. Por eso, no solo no toleramos que traten de esa forma a Jürgen Klopp, tan solo por ser alemán, sino que es para demostrar que no estamos a favor de ningún tipo de discriminación y nos ponemos a su disposición por si quiere que lo enviemos a Ruanda, sin cargo, por vía aérea”, señaló un allegado a la federación.
Pero los problemas siguieron apareciendo desde el pasado, como haber amonestado al defensor macedonio de Leeds Ezgjan Alioski en un partido entre Leeds United y West Bromwich Albión que dirigió en 2019, aparentemente para beneficiar a un amigo que había apostado que ese jugador recibiría la amarilla en ese encuentro. Mientras se investiga el caso, Coote negó cualquier ilegalidad al respecto y, muchos menos, que incentive la ludopatía. Pero pocos creen en las casualidades o que su amigo sea uno de los tipos con más suerte en el Reino Unido.
El complicado panorama del árbitro Coote hace pensar que difícilmente pueda volver a dirigir y su futuro se torna incierto. “Por las imputaciones que tiene, si viviera en Argentina, probablemente se le daría alguna embajada en algún país lejano para sacarlo de la escena ya que, después de todo, no le hizo perder una final a nadie, pero en Inglaterra esa posibilidad no cuenta”, se sinceró un dirigente afista. Tal vez hizo lo que no debía hacer en un lugar dónde no debía hacerlo.
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